Le ha llegado con 27 años, aunque ya desde joven los técnicos de la Federación Española de Baloncesto se detuvieron en sus cualidades. De hecho, el jugador nacido en Santander, fue internacional cadete y sub-20. Doblas también pasó por la cantera del Baskonia y después inició un periplo por distintos equipos. Primero cedido por el TAU y, más tarde, traspasado.
Lo cierto es que, en las temporadas anteriores y pese a conseguir dos ascensos con el Bruesa, sus actuaciones no habían destacado tanto como en la campaña actual. Y es que el pívot del conjunto vasco promedia 10 puntos y 4 rebotes en 19 minutos de juego, con un 60% de acierto en tiros de dos. Pero, por encima de los números, como espectador, disfruto mucho viendo los movimientos ofensivos de este jugador de 2,06.
Ayer, por ejemplo, David Doblas logró 14 puntos y 8 rebotes frente al Cajasol y eclipsó al pívot español que había deslumbrado la temporada pasada en Murcia, Juanjo Triguero. Sin embargo, donde realmente demostró su clase fue en el Palacio de Vistalegre, midiendo sus fuerzas con el intratable Felipe Reyes. En ese partido, el pívot cántabro del Bruesa anotó 16 puntos en 17 minutos y sus defensores no supieron frenar su juego de espaldas al aro.
Por si fuera poco, Doblas posee un cuerpo tan ancho que sus bloqueos resultan infranqueables para los rivales y su actitud dentro de la pista recuerda mucho a la de otro guerrillero como Salva Guardia. En el lado negativo, eso sí, es cierto que comete demasiadas faltas personales. Tantas, que al término de la 20ª jornada, encabezaba esa lista en los registros de la ACB.
En definitiva, me parece un jugador capacitado para dar el salto a un equipo con otras aspiraciones, siempre que el entrenador de turno confíe en sus posibilidades, claro. Si su nombre impide que otros técnicos le valoren por su juego, mejor que siga en el Bruesa, donde Pablo Laso está ofreciéndole los minutos que se gana en la pista.