Mientras que el equipo israelí estaba sumido en una racha muy negativa, la cual le ha llevado a ocupar la decimotercera posición de la tabla, el equipo baskonista atravesaba un momento de bajo nivel. Este partido en tierras judías suponía una oportunidad, tanto para un conjunto como para el otro, de ganar sensaciones positivas.

 Y parecía que Maccabi tenía aprendida la lección, cuando saltaba de manera fulgurante con un parcial de 8-0 en los dos primeros minutos y medio, gracias al liderazgo ofensivo de Goudelock. Tardaría Baskonia en anotar casi otro minuto más, con un mate de «el húngaro volador», siendo, acto seguido, contestado por otro de Iverson: 10-2, y las cosas pintando muy bien para el conjunto local, que estaba cómodo sobre la pista y encontraba buenas situaciones.

 De la mano de un activo Larkin, las diferencias se fueron reduciendo en los siguientes instantes. Baskonia trató de defender mejor y, de los 16 puntos en 5 minutos de Maccabi, se pasó a un parcial 6-9, en una corriente de fallos vascos, que provocaban una menor eficiencia en su juego. El conjunto amarillo no lanzaba un gran número de tiros, pero tenía buenos porcentajes, sobre todo en el tiro de tres. El partido discurría a través de un ritmo dinámico, llevándonos al final de este período: 22-18.

 En el segundo cuarto comenzaba con los vitorianos mucho más agresivos en su propio campo, destacando la presión que Hanga y Budinger ejercían sobre sus respectivos rivales. Gracias a los tiros libres y después de un mate de Voigtmann, el marcador de ajustaba en un 26-26, tras un parcial de 4-8 de salida. Sin embargo, Maccabi pedía un rápido tiempo muerto y reaccionaba, volviendo a tomar sus cuatro tantos de diferencia, con Miller a buen nivel: 32-28.

 A partir de este momento, la cosa cambió. El conjunto dirigido por Bagatskis comenzó a carburar, sobre todo en ataque. Y, de la mano de los triples de un gran Goudelock (15 puntos al descanso), la renta local iba creciendo paulatinamente, hasta alcanzar una máxima de nueve: 46-37. Bargnani era el único que daba respuesta (11 puntos en ese momento) y una canasta de Beaubois permitía que la cosa no fuera a más y que antes del descanso las cosas quedaran en un 46-39. Los porcentajes de Maccabi, escandalosos, con un 60% tanto en tiros de dos como de tres.

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 Tras el pase por los vestuarios, y con la sensación de ver al mejor Maccabi del año (pero que si Baskonia se «ponía las pilas» podía encauzar el encuentro), el partido siguió empeorando para los chicos de Sito, cuya intensidad defensiva dejaba mucho que desear. En menos de tres minutos y con un Landesberg muy activo (18 puntos al término del encuentro), la diferencia se disparó hasta los 16 puntos: 55-39.

 Con Baskonia en sus peores momentos y dando la cara, únicamente, el pívot italiano (17 puntos finales, aunque sin muy buenos porcentajes), el conjunto israelita era capaz de aprovechar la poca tensión mostrada por su rival y seguir haciendo mucho daño. Se llegaba a la máxima de todo el partido, haciendo pensar en una noche bastante oscura para el rival: 65-47. Los vascos solo daban pie con bola en alguna jugada (26% final e tiros de tres) y la diferencia era de 14 antes de llegar a los diez minutos decisivos: 69-55. Eran los peores momentos para los baskonistas, que perdían a Diop por lesión.

 A pesar de todo, la sensación era, como se ha dicho, de que Baskonia, si defendía con agresividad y cierta regularidad, y acertaba un poco más desde la línea de 6,75, lograría ajustar el encuentro. Al principio, se entraba al cuarto con un intercambio de canastas que hacía que las diferencias se mantuvieran entre los 11-13 puntos. Pero gracias a la relajación macabea y a un mayor acierto vitoriano, que lograba provocar algunas transiciones, las cosas fueron cambiando y la diferencia ajustándose: 77-70 tras mate de Voigtmann.

 Desde este momento, los jugadores del equipo local comenzaron a notar la presión y a sentirse más incómodos. Poco a poco, y con Larkin en estado de gracia y anotando dos triplazos, el marcador acababa reflejando un 85-82. Después, y tras dos fallos del equipo de Tel Aviv, Rafa Luz era capaz de encontrar un tiro fácil bajo el aro y meterla, colocando el 85-84. Con 39 segundos, Goudelock fallaba una bandeja, y Larkin, que se encontraba en una situación de uno contra uno, dividía y sacaba el balón para Hanga. El alero húngaro no lanzaba y pasaba a Beaubois, que la recibía fuera de tiempo. Finalmente, la victoria se quedaba en casa por un 85-84, a causa de una jugada muy extraña.

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 Baskonia, que sigue entre los ocho primeros, completa un partido muy flojo y lejos del nivel mostrado los últimos meses. Todo ello a pesar de la remontada, que no esconde el trabajo mal hecho. Maccabi, un equipo caído en desgracia en la actual Euroliga, ha demostrado que tiene un arsenal ofensivo notable, con Goudelock como brazo ejecutor (máximo anotador con 21 puntos). Veremos cómo sigue el campeonato para ambos conjuntos. 

Rueda de prensa post-partido:

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Estadísticas del encuentro: