EL PARTIDO EN CLAVE:
1. REGRESO AL PASADO. RETAbet Bilbao Basket afrontaba la jornada de Eurocup con una ilusión especial, volvía a sus origenes en lo que el club ha denominado su "Regreso al pasado" para jugar de nuevo en el Pabellón de La Casilla donde el club bizkaino comenzó su andadura. Sin embargo, la emoción del viaje no fue suficiente y los de Carles Duran sucumbían ante la superioridad de los rusos de "Doc" Ivanovic. Al fin y al cabo, y permítaseme la broma, ha sido el Profesor Doc quien ha tenido el control del Delorean.
2. BAJO EL YUGO DE ALEXEY. El base ruso, Alexey Shved, dio una lección de baloncesto en La Casilla. Desde el primer momento se hizo con el ritmo del encuentro, y con él en el campo Khimki pudó desarrollar su mejor baloncesto. El base ejercía su superioridad continuamente, liderando el asedio. En el luminoso 23 puntos llevaban su firma, así como 2 rebotes, 2 asistencias y 3 robos.

3. ENCOMENDADOS AL POSTE DE MUMBRÚ. Ante el vendaval ruso, los bilbaínos se refugiaban en el saber hacer de su Capitan. Desde el poste bajo, donde tenía ventaja gracias a su buen juego de espaldas al aro, el barcelonés intentaba echarse el equipo a la espalda. Sus conatos de arrancar el coraje de los locales eran insuficientes, un parcial de 9-0 en el tercer periodo resultaba un puro espejismo, dado que los rusos respondían con otro parcial de 10-0.
4. LAS PÉRDIDAS DE BALÓN. Carles Duran tiene apuntado en rojo en su línea de trabajo este apartado estadístico. Y pese al trabajo que, seguro, se ha realizado esta semana el problema sigue siendo palpable. Ante los rusos sufrían 16 pérdidas de balón, que permitían a los de Dusko Ivanovic anotar muchos puntos tras pérdida bilbaína. Una remora demasiado grande ante un equipo de la categoría de los moscovitas. Cabe añadir, que mediado el tercer periodo, y tras una disputa entre Eric y Sokolov el trío arbitral ha decidido descalificar a ambos y echarlos del partido.
5. EL KHIMKI CON EL RODILLO EN MARCHA. Una vez han activado la maquinaria, y de la mano de las genialidades de Alexey Shved, los rusos ponían el rodillo en marcha y no frenaban ni un ápice en su desarrollo baloncestístico. Los de Dusko circulaban el balón con exquisitez, y hacían añicos la defensa bilbaína una y otra vez. Percutían desde todos los lados y ángulos del campo con excelentes porcentajes de tiro.
ESTADÍSTICAS:

