David Blatt es un hombre fiel a sus principios. Los equipos que dirige se distinguen, al menos en los últimos años, por su juego físico, dura defensa y ataque controlado. Un basket tal vez no muy atractivo, pero si muy eficaz.

Hoy, el basket-control de Rusia se enfrentaba a la sorprendente Nueva Zelanda. Los kiwis representan un juego basado en el coraje y la casta, además de tener en sus filas el talento de su artillero Kirk Penney. Guerra de contrastes que se reflejaba en emparejamientos defensivos como el del voluminoso Pero Cameron (1.98), que en momentos hizo pareja interior con Mika Vukona (1.98), con torres como Kaun (2.11) o Mozgov (2.15). Al final se impuso el mayor potencial ruso, que marcó el ritmo que más le convenía al encuentro y, con paciencia, acabó con la resistencia neozelandesa.

Nueva Zelanda estuvo en el encuentro durante toda la primera parte. Incluso comenzó dominando en el marcador (13-15, min. 10), para alcanzar el descanso con tan solo 4 puntos de desventaja (31-27, min. 20). A la vuelta de vestuarios, la apisonadora rusa continuó a lo suyo. Los tiros le fueron entrando y su presión defensiva fue aumentando. Nueva Zelanda lo daba todo en la cancha, pero no podía con el martillo ruso. A los 10 últimos minutos se llegó con una renta de 11 puntos para el conjunto de David Blatt (51-40, min. 30), que en los últimos minutos se estiró hasta los 22 puntos que reflejaba el luminoso al final de los 40 minutos (78-56).

Andrey Vorontsevich (18 puntos, 11 rebotes y 2 tapones) fue uno de los factores desequilibrantes del encuentro. El ala-pívot del CSKA ha dado un paso adelante ante la ausencia por lesión de Khryapa. Afinado en el tiro (3/3 en triples), ha estado sobresaliente también en la lucha por el rebote. Timofey Mozgov (16 puntos y 7 rebotes) fue, por números, el otro hombre destacado en el conjunto ruso, aunque debería haber mostrado un mayor dominio en la zona ante los diminutos interiores neozelandeses. Por Nueva Zelanda, Kirk Penney siguió a lo suyo (21 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias). Thomas Abercrombie se quedó en 13 puntos y 4 rebotes.

Por último, destacar que éste fue el último encuentro en la carrera profesional de Pero Cameron. Un jugador distinto, que fue el más listo de la clase durante muchos años. Uno de los jugadores más singulares visto en una cancha de basket. Un ejemplo a seguir por su tesón e inteligencia, que se labró una larga carrera profesional a pesar de no tener el físico más adecuado para la práctica del baloncesto de elite.

Video-resumen del encuentro: