Brittney Griner, estrella del baloncesto mundial, se le ordenó el pasado lunes ser juzgada por un tribunal de Khimki, suburbio a las afueras de Moscú, por posesión de cannabis. En la audiencia preliminar, a puerta cerrada, se prorrogó durante seis meses más la detención.
La jugadora de 31 años de Phoenix Mercury, medallista olímpica con los Estados Unidos y campeona de la WNBA, estará detenida mientras se lleve a cabo el juicio penal que puede comenzar este próximo viernes, enfrentándose a una pena de diez años de prisión si es condenada por cargos de transporte de drogas a gran escala.
En Rusia, menos del 1 por ciento de los acusados en casos penales son absueltos, y a diferencia de Estados Unidos, las absoluciones pueden ser revocadas.
La detención y juicio de Griner, originaria de la ciudad de Houston, Texas, llega en un momento complicado, de nula comunicación, ya que no hay relación entre Moscú y Washington, unido a la tensión por el conflicto armado de guerra en Ucrania y la denuncia de Rusia de los suministros de armas de Estados Unidos a Ucrania.
En mayo, después de varios meses detenida, el Departamento de Estado reclasificicó su caso como detenida injustamente, enviando a la figura presidencial especial para asuntos de rehenes. Cherelle Griner, esposa de Brittney, instó a Joe Biden y su administración a trabajar para la liberación de la pívot all-star, llamándola "un peón político".
"Al menos podemos ver una imagen de ella. Esperemos que con este juicio que suceda rápidamente, algunas cosas cambien y que el presidente Biden tome las medidas necesarias para asegurarse de que vuelva a casa", comentó ayer Vanessa Nygaard, head coach de Mercury. Griner llegó con un semblante diferente a la última vez, esposada, sin hacer declaraciones, pero mirando hacia adelante.
En algunos momentos de estos meses se ha comentado la opción de un intercambio de presos entre países, como fue en abril, cuando se devolvió a Estados Unidos a Marina Trevor Reed, de la infantería estadounidense, a cambio de un piloto ruso. Anthony Blinken, Secretario de Estado, eludió responder a la pregunta de un posible intercambio el pasado domingo. Muchas jugadoras de WNBA y también NBA miran directamente a la Casa Blanca para aumentar la presión de algún movimiento sobre la administración Biden y de Kamala Harris.