Randy Livingston es el elegido para conducir el barco leonés hacia la salvación. El jugador, formado en Louisiana State, disputaba esta temporada en las filas de Idaho en la liga de desarrollo americana, con unos promedios de 16 puntos y 11 asistencias, mejores números que los que le valieron ser el MVP de la misma competición la pasada temporada.

La historia de Livingston ha sido la de otros tantos jugadores que se perdieron por el camino. En este caso las lesiones condicionaron su carrera, dejando muy maltrecha una rodilla que le ha fallado en innumerables ocasiones. Pero su potencial ha sido siempre muy importante. Así, Livingston fue nombrado ganador del Naismith Award, uno de los premios más importantes que se entregan a los jugadores universitarios y que el valió para ser conocido en la nación americana. Ese mismo año el rotativo USA Today le incluyó en su equipo ideal, y participó en el McDonald’s All-America Game, la prueba de fuego de los mejores jugadores de las universidades americanas.

Sin embargo su elección en el Draft de 1996 defraudó, victima ya de sus primeros problemas con las lesiones. Sólo alcanzó la segunda ronda en la posición 42, muy lejos de su verdadero potencial. Desde este momento su carrera es un continuo cambio de equipos, en muchos casos con contratos temporales en la mejor liga del mundo.

Así, Livingston ha conocido las franquicias de New Jersey, Houston, Atlanta, Phoenix, Golden State, Seattle, New Orleans, Clippers, Chicago y Utah, su última parada en la NBA. Sus promedios fueron de 4 puntos y 2 asistencias en los escasos 13 minutos que dispuso por encuentro.

Sin duda alguna los éxitos de Livingston más importantes están situados en la D-LEAGUE. La temporada pasada fue nombrado MVP de la competición, sucediendo en el palmarés a hombres como Ansu Sesay, Matt Carroll, Devin Brown o Marcus Fizer, todos ellos jugadores consagrados. Ese año alcanzó los 10 puntos y las 12 asistencias, lejos de los promedios que mantiene este año, por lo que de haberse mantenido en la liga podría haber conseguido su segunda nominación.

La experiencia europea de Livingston no es gratificante. Sólo dos referencias: su frustrado fichaje por el AEK de Atenas en el 2003 y sus bajos números en el Galatasaray hace dos temporadas, donde fue cortado tras disputar 15 partidos promediando 3 puntos y 2 asistencias.

A lo largo de su carrera Livingston también ha sido un hombre importante en las ligas comerciales americanas, jugando varios All Star de la CBA.