Comienzo de la segunda vuelta en el pabellón Príncipe Felipe en el que sería el reencuentro de Stan Okoye y de Fabio Santana con la parroquia zaragozana tras la histórica campaña realizada la temporada anterior, pero esta vez visitan el pabellón vistiendo la elástica de Herbalife Gran Canaria para medirse ante Casademont Zaragoza.

Buen comienzo para los insulares, que iniciaban un muy buen cuarto gracias al acierto desde el triple en los pocos intentos que intentaban y asfixiando en defensa a los locales, que no veían como superar esa barrera y apenas habían conseguido anotar en un contraataque y un miss match en el poste bajo. Conforme iba avanzando el cuarto, la defensa rojilla iba subiendo enteros y cortaba el acierto de los visitantes, y aunque no conseguían apenas anotar desde la larga distancia (1/8 en tiros de 3), conseguían reducir a una sola canasta la diferencia en el marcador al final del primer cuarto (14-16).

Tras un primer periodo muy dubitativo, Casademont Zaragoza salía a por todas en este segundo y a través de apretar en defensa y tener un mejor movimiento de balón, encontraba mejores situaciones de tiro, sumado a que volvía a anotar de tres notablemente, la diferencia en el marcador no solo se revertía, sino que se disparaba casi a los 10 puntos, gracias en buena parte a aprovechar la ausencia en pista de un Matt Costello que estaba imperial en la pintura. El partido se marcharía al descanso tras unos últimos muy buenos minutos de los visitantes en ataque que conseguían cortar la racha anotadora local y reducir la diferencia lo máximo posible (37-32).

En la salida de vestuarios veríamos un conjunto dirigido por Katsikaris que conseguía de nuevo percutir en la defensa zaragozana gracias a su acierto más allá del arco, mientras que los locales intentaban contestar a dichos ataques sin excesivo acierto, por lo que rápidamente se empataba el partido. La garra de los leones se vería de nuevo tras el empate y las luces se apagaban en la sala de maquinas canaria, por lo que si a esa defensa se le sumaba un ataque más fluido y tres triples consecutivos, subía la máxima diferencia en el marcador para acabar el tercer cuarto (59-46).

Los últimos 10 minutos de partido comenzaban con un Casademont Zaragoza en tromba que ponía la diferencia en el electrónico en 20 puntos, pero que, tras unas defensas exitosas visitantes y un gran trabajo en ataque, reducía en un parcial fulgurante la diferencia de nuevo a la decena. Cuando la dinámica del encuentro había cambiado y veíamos de nuevo que se podía abrir, los zaragozanos pusieron una marcha más en el partido capitaneados por Nicolás Brussino, que con triples y asistencias despegaba de nuevo a su equipo en el marcador y lograba así la victoria número 13 para los maños por 81 a 62.