Duelo de altos vuelos el que se vivía en Zaragoza entre el líder de la competición, el Real Madrid, y un Casademont Zaragoza que ocupaba la tercera plaza en solitario.

Comienzo problemático para los rojillos, ya que con tan solo un minuto disputado veía como Javier Justiz cometía dos faltas personales que le relegaban al banquillo, dejando mermada así la rotación interior, ya castigada con la baja por lesión de Fran Vázquez. Aun con lo que podría parecer un gran problema para el ataque maño, tanto ellos como el equipo blanquillo se veían muy fluidos en sus ataques y conseguían anotar con bastante comodidad. Esa fluidez ofensiva que dejaba el partido igualado en los primeros compases abriría paso a un juego muy físico y que ponía a ambos equipos en sumas dificultades para poder anotar un punto solamente, dejando el parcial final de 4-7 en los últimos 5 minutos de juego para colocar el 20-17 en el electrónico.

Ambos equipos ponían la directa en la salida a pista y querían comandar el primer parcial del segundo cuarto, pero los triples de Jaycee Carroll eran contestados con las penetraciones a canasta de Dylan Ennis y así parecía que el marcador no podía decantarse hacia ninguno de los dos equipos. Un arreón final defensivo de Casademont Zaragoza, que demostraba que a través de esa faceta es como podría liderar el encuentro, dejaba en 33 puntos anotados al conjunto madrileño y conseguía llevar la ventaja cerca de los 10 puntos al descanso (42-33).

Pablo Laso parece haber puesto a calentar la muñeca de lo lindo a sus jugadores durante el descanso, ya que en sus 4 primeros lanzamientos a canasta meterían 3 triples y conseguían reducir la desventaja a la mínima. Porfi Fisac reaccionaba desde el banquillo y encendía de nuevo en su equipo ese espíritu defensivo de nuevo para parar el arreón ofensivo del Real Madrid, y vaya si lo conseguía. Casademont Zaragoza no encajaba un punto en los últimos 5 minutos de tercer cuarto y además conseguía encontrar de nuevo el ritmo ofensivo rápido para anotar con relativa facilidad y marcharse al último cuarto con la máxima ventaja del partido: 59-47.

No parecía ser muy halagüeño el inicio de último cuarto para los intereses visitantes, con un Casademont Zaragoza lanzado en ataque y que apenas dejaba hueco atrás, lo que provocaba que en un visto y no visto la ventaja ascendiese hasta los 20 puntos. Una vez llegado ese momento, la alegría que se vivía en las gradas zaragozanas se contagiaba en el juego local, que comenzaban a gustarse en ataques en transición y finalizando con jugadas acrobáticas, protagonizadas principalmente por Ennis una vez más. El resultado final sería de 84 a 67, dando lugar a una victoria histórica en la que, por primera vez en una misma temporada, el conjunto zaragozano vencía a los dos colosos de la ACB en su feudo.