Dos victorias locales en los dos primeros partidos de las finales de este año. Marcador ajustado hasta los últimos minutos para el 98-88 del jueves, mientras una amplia ventaja de los Celtics daba paso a un espectacular parcial angelino para llegar con opciones al último minuto antes de caer 108-102. ¿Cuáles son algunos de los aspectos que han dado a los de Boston esta ventaja?

Ramón Rodríguez

¿Qué puede esperarse de un equipo que hace rituales zulués antes de los partidos? ¿ De un Paul Pierce criado en los guettos de L.A que sobrevivió a once puñaladas en la cara, el cuello y la espalda o de un Kevin Garnett que tuvo que cambiarse de instituto por meterse en peleas raciales en el primer Estado que se unió a los confederados? ¿Qué pueden oponer los Lakers a esto? ¿Que Kobe Bryant se llama así por un tipo de carne japonesa y que a Gasol le gusta Estopa?
Boston ha dado una lección de coraje y agresividad en los dos primeros partidos de la serie a unos talentosos pero apáticos Lakers. Su Big Three está promediando los mejores números de toda la post-temporada y el banquillo aporta defensa, intensidad y puntos (Sensacional Powe con 21 en el partido de la madrugada del Domingo).
Los Lakers han estado en todo momento por debajo en el plano emocional y de confianza y quizás la peor noticia, Kobe Bryant ha vuelto a las andadas. Salvo en momentos puntuales, como la espectacular remontada del segundo encuentro, la mamba negra no ha jugado para el equipo y ha errado (en ambos sentidos del término) solitario por la pista. Una actitud que no veíamos en él desde el traspaso de Gasol y que dice mucho del estado anímico en el que se encuentran los pupilos del maestro zen Phil Jackson.

Meej

Lo más destacable de lo que llevamos visto de final es la manera en la que se ha ido cumpliendo el guión, entendido como guión previo a unos playoffs en los que la cotización de los Lakers ha subido quizás en exceso respecto de su valor real, y la de los Celtics ha bajado quizás demasiado. Los Celtics han sido ese equipo seguro y constante en defensa, casi imbatible en casa, y con recursos en ataque aun a costa de algún momento de estrechez. En algunos aspectos me recuerdan a una versión mejorada de los Spurs, capaces de ejecutar la defensa que éstos sólo deseaban y con recursos para solventar las malas rachas en ataque. En los Lakers, ni Odom ni Radmanovic han podido mantener su buen momento, sorpresa sorpresa, Gasol sigue irregular y se echa muchísimo de menos a Bynum (o a Mihm, o a cualquier hombre válido de frontcourt). Con todo y con eso, la realidad del marcador indica una superioridad de Boston no tan marcada como la imagen que han dado. Se hace difícil apostar porque los Lakers mantengan su servicio en casa, pero lo hemos visto varias veces este playoff. En cualquier caso, a estos Lakers les falta un año para poder presentar su mejor candidatura al anillo. Han hecho unos grandes playoffs, pero no pasarán de aquí. Celtics reverderán laureles con la victoria, pero a costa de aumentar las dudas sobre si la apuesta de los “Big Three” dará para más de un anillo.

Xesús Serrano

Los últimos minutos del segundo partido no deben engañarnos: poco a poco hemos visto a un Celtics que se iban imponiendo a los Lakers cada vez con mayor facilidad, desde el dominio en rebote en el primer partido y la efectividad en ataque del segundo, donde una sucesión de canastas sencillas tras un extraordinario movimiento del balón nos dejaba una exhibición total en ataque por parte de los Rivers en el segundo y tercer cuarto.
De nuevo el tercer cuarto como el momento en que uno de los equipos muestra el arsenal, ¿recordáis el Spurs-Hornets? Pues estos dos primeros han sido relativamente similares.
No entiendo demasiado bien las quejas de Phil Jackson, sobre la actuación de Pierce en el primero y sobre el arbitraje en el segundo. Suena demasiado a una excusa sencilla ante la superioridad de los Celtics, muchísimo más intensos y encontrando soluciones a lo largo del partido. Sigo admirado por las rotaciones de Doc, consiguiendo encontrar soluciones en cualquier parte de la rotación, mientras han desaparecido las anotaciones habituales del banco de los Lakers en anteriores eliminatorias, además de echarse en falta una mayor presencia de Pau en las segundas partes y de Odom en todo el partido.
El cambio de escenario a buen seguro nos traerá modificaciones. Dudo que sigamos viendo a los Lakers con un déficit de intensidad frente al rival, y deberían conseguir no entrar tan rápido en el bonus.
Pero la imagen de los de Boston está siendo (creo) muy superior, y si la mantienen quizás no volvamos a Massachussets, porque esta final está empezando a parecerse a la del pasado curso.