El lunes saltaba la noticia: Nuggets y Pistons traspasaban a Iverson y Billups, el primer gran movimiento de la temporada. Nuestros colaboradores buscan diferentes puntos de vista para analizar las motivaciones de los equipos, y los detalles que pueden derivarse de este traspaso.

Gonzalo Vázquez

Gonzalo VázquezSi parecía haber un equipo inconcebible para Iverson ése era Detroit, una fortaleza diseñada sobre la idea de que el balón es cosa de todos. Y si hemos de creer la ambición de Dumars por hacerse con un anotador puro, la cosa no debería cambiar. No demasiado porque el resultado podría ser desconcertante. ¿Es Iverson la diferencia entre las ECF y The Finals? Toca al pequeño entonces la prueba de madurez más dura de toda su carrera: integrarse en una democracia de verdad y un juego de memoria; formar matrimonio con Rip, acomodar a Stuckey y preservar el equilibrio de Sheed en esta plantilla. Tal vez Dumars tenga razón y Detroit precise romper esa regularidad de final previsible con un killer, o lo que vaya a ser Iverson en Michigan.

Sobre Billups no se puede intuir otra cosa que progreso y solidez allá donde recale. Con él es imposible pensar en la chapuza de mayo ante L.A. Billups es posiblemente el jugador más seguro de la liga que no sea propiamente una estrella. Denver se hace adulto a golpes. Primero Melo manda los rows a tomar vientos y ahora le llega un distribuidor de verdad que además de desplazar a un falso starter no sabe jugar sin hacer jugar en nombre de la victoria. AI no funcionó en Colorado. Si en su lugar emergen Billups y McDyess, ¿hay duda de qué parte del intercambio asume menor riesgo?
 

Meej

MeejTradicionalmente se dice que el equipo que sale ganando en un traspaso es el que se lleva al mejor jugador, pero los tiempos del impuesto de lujo nos han traído a un nuevo jugador llamado “espacio salarial”, que en muchos traspasos es el mejor jugador que cambia de manos. No anota demasiado, pero no pierde balones y casi nunca se lesiona. La lógica del traspaso para los Pistons es impecable: estaban atrapados en tierra de nadie con un equipo competitivo pero ya no candidato (y un entrenador de perfil bajo), y la llegada de Iverson les permite probar un camino nuevo. Si dicho camino no resulta, que es lo más probable, el inminente fin de su contrato liberará espacio salarial para reformar el equipo. No pierden nada y ganan una gran flexibilidad para el futuro, que será lo que Joe Dumars quiera que sea. En cambio, la lógica del traspaso para los Nuggets es más difusa: el equipo parece más equilibrado con Chauncey Billups y en mejor disposición para entrar en playoffs. Pero este traspaso no parece suficiente para meterlos en la “zona noble” de la Conferencia Oeste, y a cambio los condena a coquetear con el impuesto de lujo durante varios años. ¿Para qué se deshicieron de Marcus Camby, entonces? Si los Pistons han flexibilizado su futuro, los Nuggets se han encadenado a su presente.

Juan Carlos Serrano

Juan Carlos SerranoDetroit ha sobreprotegido mucho a sus jugadores por respeto al anillo de 2004. Pero al final Dumars sacó la espada cuando debía, con una decisión más dolorosa para su historia que el acierto que supuso no picar con Ben Wallace. Franquicia orgullosa y ganadora, que gusta del bloque por encima de todo: la gran cuestión en este desembarco y de cara a esas otras estrellas a las que ansían fichar próximamente. Iverson no ha tenido una compañía tan equilibrada en el backcourt como Prince (trabajo extra) y Hamilton (muy afectado al precisar que se le encuentre tras los bloqueos). Con defensores capaces de maquillar carencias particulares, el poco tiempo para fraguar un proyecto que no va a ser tal, junto con la incertidumbre de su futuro contrato, son las amenazas sobre algo tan llamativo como es meter en un taller de orfebrería a este Jackson Pollock del basket. En cuanto a los Nuggets, han optado por atarse varios años a Chauncey Billups en una paradójica búsqueda del actual efecto Andre Miller en Philly. En principio es una correcta decisión si lo que se quiere es un líder serio, pero tendrá que mostrar su mejor cara en la cancha para ser seguido por los jóvenes. Como no sea así, estaríamos ante una operación dramática para un equipo tan hipotecado. En medio de esta marabunta se ha quedado el buen McDyess, al que deseamos un final de carrera lo más digno posible.

Ramón Rodríguez

Ramón RodríguezParece mentira que un traspaso de estrellas en noviembre, apenas una semana después de empezar la temporada, tenga tanto sentido. Pero lo tiene. Este año Detroit, con Michael Curry en el banquillo, se había propuesto un cambio de estilo, encaminado hacia la anotación y el juego rápido. Con Iverson, no sólo consiguen a uno de los mejores anotadores de la liga, sino el factor desequilibrante y la chispa que les faltaba en ataque. Traspasando a Billups y McDyess además despejan el camino para que Rodney Stuckey y Jason Maxiell comiencen a desarrollarse como jugadores. Los Nuggets claramente salen beneficiados también: Billups pondrá juicio e intensidad defensiva en el juego anárquico de su nuevo equipo. JR Smith saltará a la titularidad en el puesto de escolta y el perímetro estará lo suficientemente cubierto y ordenado como para que Carmelo Anthony se dedique a postear y penetrar, con diferencia, dónde más daño hace. Un cambio de cromos, que a corto plazo, es beneficioso para ambos equipos.