Tras un excelente año pasado, donde los elogios a Colangelo eran amplios por la mejora de la plantilla, y donderumores sobre Ukic. Con ya más de dos meses transcurridos desde el inicio de la regular season, es el momento de preguntarse ¿Hasta dónde pueden llegar los Raptors?
Javier Torrecilla: Veo a los canadienses a un nivel parecido al del año pasado,con la diferencia de que este año no van a ganar, salvo hecatombe céltica, el título de la división Atlántica. Tiene cierto mérito que, con dos titulares del pasado año lesionados, estén con un balance similar al que tenían el curso pasado a estas alturas. Jamario Moon está siendo, junto con Delfino, la más agradable sorpresa de la temporada, jugando donde Jorge lo hacía el año pasado. Evidentemente, es un jugador distinto a Garbajosa, no tiene su tiro o su astucia, pero sí es un gran defensor, como Jorge, además de un buen reboteador y un superdotado físico. Tampoco la baja de Ford está siendo una tragedia, con un Calderón a un nivel espectacular. Eso sí, a la larga, si TJ no vuelve pronto, que afortunadamente parece que mucho no va a tardar, el equipo tendrá un problema, pues no hay suplente de garantías para Calderón. Dixon, pese a su físico, es cualquier cosa menos un base.
Por lo demás y, tras un comienzo un tanto dubitativo, parece que la gran estrella del equipo, Chris Bosh, vuelve al gran nivel que ofreció la pasada campaña. Bosh debe seguir creciendo como jugador; tiene sólo 23 años y las opciones de futuro de los Raptors pasan en gran medida por sus manos. El que no acaba de carburar es Bargnani. El italiano sigue siendo un jugador blando y, no sé si es porque no se siente cómodo este año o qué, le veo con menos confianza que el año pasado.
¿Posibilidades del equipo? Creo que se meterán en playoffs sin muchos problemas y, dependiendo de los cruces, podrían aspirar a pasar una ronda siempre y cuando Bosh y otros jugadores del equipo hayan aprendido la lección que recibieron de New Jersey.
Gonzalo Vázquez: A estas alturas que alguien me diga si no hay en el Este dos mejores equipos que Toronto (Boston y Detroit) y otro más peligroso (Cleveland). Que el Este invita a conquistas de postemporada es tan cierto como que desde el adiós de Jordan sigue sin haber allí un claro dominador. Pero para hincar el diente a esa Conferencia para hacerlo en cualquier edición de Playoffs hace falta algo más que el Baloncesto fresco y democrático que practican los Raptors. Hace falta una dosis de instinto asesino del que ese equipo carece. Cierto que han ganado algo de mordiente ofensiva con la llegada de Kapono y Delfino. Que es uno de los cinco mejores patrones defensivos que hay en la liga (aquí su silencioso punto fuerte). Y que Calde ha ganado. Pero ¿quién decide en ese equipo a la hora de la verdad? Oye, que no es baladí. Que de Sprewell a LeBron pasando por Miller, Iverson, Kidd, Wade o DETROIT, los finalistas del Este desde 1998 se cuentan por equipos tanto como por estrellas, estrellas de las que pasan luego al Home Cinema. ¿Cuál es la de Toronto? Bosh y Parker siguen siendo iguales: jugadores correctos, de los que gusta entrenar. Pero de tan correctos se antojan pacifistas, como lo es todo este equipo. Que nadie se me tire al cuello pero el único killer de esa plantilla es T.J. Ford. Y no basta. En Toronto no hay una mejora individual significativa que te obligue a decir: “Tienen a X”. La mejora es tan sólo ligeramente colectiva. Un año de experiencia es la ganancia. Una ganancia que en otros ha sido mayor. Toronto es un equipo limpio y simpático: practica un Baloncesto ecológico tan grato para el espectador como para futuros rivales de serie. Pero pongamos unas semis de Conferencia: ¿A quién prefiere usted como rival? ¿A Boston, Detroit, Cleveland o Toronto?
Es que incluso aquel feliz factor cancha lo pierden este año en favor de los Celtics. Pero aunque repitieran título de División, los Raps me siguen resultando un conjunto blandito para cuando las cosas, y todos lo sabemos, se pongan duras. Pero no duras a secas. Digo realmente duras, del tipo 5º de las últimas ECF.
Álvaro Paricio: Dicen que en la vida de un estudiante lo difícil no es sacar un excelente sino mantenerlo y estos Raptors están cumpliendo esta máxima al pie de letra. El año pasado sorprendieron a la liga alzándose con el título divisional bajo una serie de premisas básicas: agresiva defensa de perímetro, excelente lanzamiento exterior y el extra pass como leitmotiv de una ofensiva que giraba alrededor de un All Star como es Chris Bosh.
También existe una premisa básica, si algo funciona mejor no tocarlo. De ésta, parece querer olvidarse el equipo y tras varios meses de pruebas, ajustes y, por que no decirlo, lesiones hay varias cosas que quedan claras: Con José Manuel Calderón se mantiene la intensidad defensiva y una excelente circulación de balón, Bosh es y debe ser el referente ofensivo del equipo y, por último, a Toronto le funcionarán las cosas en tanto en cuanto consiga mantener en pista el mayor tiempo posible a jugadores que no abusen del bote y sean inteligentes… Anthony Parker es mi hombre.
Meej: Hasta dónde pueden llegar lo sabemos todos, la pregunta es si hay alguna manera de impedírselo. El año pasado fueron la revelación al ganar inopinadamente su división contra pronóstico gracias entre otros a Parker y Garbajosa. Este año falta Garbajosa, Ford está más pallá que pacá, Bargnani va para atrás como los cangrejos y el flamante nuevo fichaje resulta un triplista unidimensional (¡sorpresa!). Y sin embargo, una vez más los Raptors están plantados por encima del 50% detrás de los intratables Celtics, gracias al incombustible Calderón y a la aportación de dos jugadores de los que se esperaba entre poco (Delfino) y nada (Moon). La capacidad de Colangelo y Mitchell de hacer fichajes de poco renombre y sacarles un rendimiento espléndido se ve una vez más reivindicada. Y menos mal, considerando la propensión a lesionarse de sus principales jugadores.
Andrés Monje: Su objetivo sigue siendo pasar una ronda de Playoff, y para tal propósito se están preparando. En una temporada en la que el Este incluso el Oeste- parece mucho más abierto -a excepción de la dictadura verde-, en Canadá sueñan con pisar unas Semifinales de Conferencia que, siendo honestos, no parecen muy lejos de su alcance. A pesar de tener a uno de sus puntales lesionado y sin fecha de vuelta, los de Mitchell han encontrado un punto de rendimiento colectivo que les vuelve a hacer muy competitivos, al igual que sucedió el curso pasado. Sin embargo, el salto cualitativo de los Raptors sigue teniendo nombre y apellido, y es que Chris Bosh parece estar llegando a un estado de forma óptimo y está mostrando los motivos que le señalan como una de las máximas referencias en la NBA de los próximos años. Si al gran momento del de Georgia Tech le sumamos que Calderón parece asentarse entre la élite de su posición y que los secundarios responden aunque se espera que lo hagan aún mejor-, los Raptors parecen ser, como a principio de temporada, una apuesta segura en el Este. El único pero que les encuentro a día de hoy es que pese a contar con un notable punto de regularidad, les sigue faltando esa brillantez decisiva en los momentos finales, y que realmente marca diferencias.
Íñigo García: La buena noticia: un notable Calderón está logrando que los Raptors se sobrepongan a la lesión de T.J. Ford y se mantengan alrededor del 50% de victorias-derrotas. Nos guste o disguste, Ford era el segundo jugador más importante de los Raptors, y si además le añadimos que el trabajo de Calderón de segundo no lo pueden hacer ni Dixon ni Darrick Martin, pues aún resulta más meritorio lo que está haciendo Calderón. Eso sí, veremos si según avance la temporada no le pasan factura los excesos físicos.
La gran noticia: Bosh is back! Tras comenzar la temporada con muchos problemas físicos, algo de lo que se resintió mucho su juego, parece que ya está en mejores condiciones y sin duda los Raptors lo están notando.
La noticia sorpresiva: en dos palabras: Jamario Moon.
La mala noticia: Aún con un Bosh a su mejor nivel y la vuelta de Ford, los playoffs no están ni mucho menos asegurados en la renovada conferencia Este. Y una vez en ellos, presumiblemente con el factor cancha en contra, tendrán pocas posibilidades de pasar la primera ronda.
La pésima noticia: la progresión de Bargnani. Y no será por falta de oportunidades.