Gabi Muela: Cuando un entrenador no confía demasiado en ti, y no sólo eso sino que además no comparte tu mismo estilo de juego, las cosas se comienzan a complicar. Si, además, esa falta de confianza hace que tus actuaciones no sean del todo destacadas, tus minutos de juego -ya pocos de por sí- se ven reducidos drásticamente, o incluso desaparecen. Eso es lo que le ha pasado a Sergio en las últimas semanas; ha pasado de jugar alrededor de diez por partido a no aparecer en cancha en los últimos cinco encuentros y la situación no tiene visos de mejorar.
Portland no es precisamente un equipo con una gran rotación en el puesto de base; es más, puede que sea de los más flojos de la liga en esa posición y sin embargo, Sergio no consigue afianzarse en dicha rotación. Este año ya sondearon sin éxito el mercado para incorporar un nuevo director de juego, en verano lo lógico es que retomaran esa búsqueda y, para el año que viene, se habla incluso de reubicar a Roy en esa posición para poder dar minutos como escolta a Rudy, por lo que el panorama pinta aún peor para el canario.
Llegados a este punto, Sergio tiene dos opciones, siempre teniendo en cuenta el deseo del jugador de permanecer en la NBA. La primera es intentar ganarse minutos de juego tanto en los partidos que le quedan este año como en la ligas de verano y workouts de pretemporada, algo que se antoja complicado con McMillan al mano. La segunda es, lógicamente, buscar una salida y recalar en otro equipo donde pueda mejorar como jugador y recuperar la confianza que ahora le falta. La temporada ya está prácticamente perdida para el español, y el futuro, si quiere que sea halagüeño, debería pasar por un cambio porque la perspectiva de la franquicia es que McMillan continúe al frente de la nave la temporada que viene. Sea lo que sea, la juventud de Sergio es un punto a su favor, pero son ya dos años sin apenas minutos y el tiempo comienza a apremiar (y la paciencia a escasear).

Álvaro Paricio: No por sorprendente que nos parezca, nos debe extrañar el hecho de ver a Sergio Rodríguez sin jugar en Portland. Si no fuera español y conociéramos su trayectoria incluso veríamos normal esta evolución. Europeo, joven y con pocos minutos, esta es la historia de jugadores como Beno Udrih que salieron de equipos tras unos años, o Ilyasova que con más minutos y oportunidades que Sergio tuvo que dejar la liga el pasado verano.
No seré yo quien cuestione la calidad de Sergio Rodríguez, pues está fuera de toda lógica discusión, pero siendo honestos y objetivos en un esquema de juego como el de Portland donde el base es un escolta llamado Roy, la función del base debe ser más de tirador que de director y, reconozcámoslo, tanto Blake como Jack son más anotadores que Sergio. La decisión no es fácil, pero no se puede estar viéndolas venir dos años y seguir esperando una oportunidad

Xesús Serrano: Es un caso atípico dentro del baloncesto español. Decidió irse a la NBA con 20 años, sin pasar por ningún equipo puntero de la ACB, algo muy diferente a lo sucedido con Martín, Pau, Garbajosa, Calderón, Navarro o Raül. Quizás el estar en un club como el Estudiantes hace que no sea realmente conocido en nuestro país como se merece, pues sus principales logros, arrasando en el europeo junior del 2004 o dominando a Pepe Sánchez y Cabezas en la primera ronda de playoffs del 2006, fueron hechos ajenos a las televisiones generalistas (aunque eso es otra historia).
En su llegada a la NBA, todo parecía claro: no hay prisas, pues estamos en construcción. Durante su primer año, dejó muestras con cuentagotas de su capacidad en el juego en contraataque o de su lectura del juego con pivots en general, y del pick&roll en particular. Sin embargo, una cierta ansiedad que llevaba a la precipitación, y un tiro muy irregular no le permitían establecerse en la rotación y lograr más minutos de juego. No pasaba nada, era el clásico peaje del novato en la NBA.
La lotería tocó en Portland con el número 1 del draft el verano pasado, y Sergio parecía uno de los principales beneficiados, pues podría tener un jugador con quien mostrar sus virtudes. Sin embargo, nada de lo previsto salió. Ni Oden estaría para compartir minutos con Sergio, ni el canario daba un salto de calidad, mientras se repetían las carencias del pasado: superado en defensa en numerosas ocasiones, castigando los contrarios sus carencias, con pérdidas de balón por falta de seguridad en su juego, con carencias en el tiro, y con muy contadas actuaciones destacables, ha terminado por estar condenado al fondo del banquillo.
En los Blazers se enfrentan este verano a una disyuntiva curiosa: sobran jugadores. Entre una más que aceptable plantilla actual llena de jugadores prometedores, múltiples elecciones del draft futuras y próximas renovaciones que deben superar la escala del salario rookie, necesitan tomar decisiones, lo que podría llevar a hacer traspasos para buscar jugadores en diferentes posiciones. En el puesto de base, lo declaraba el propio McMillan hace unos días:
“The defense, the attack, the pick-and-roll . . . we need all of that (in one player)”
Hasta el momento, Blake estaba siendo el mejor defensor, Jack el mejor atacante, y Sergio ese hombre que lee de fábula el pick&roll. Pero necesita dar un paso adelante si quiere entrar en la rotación y aumentar su importancia. Sigo pensando que tiene capacidad para hacerlo, pero aún no lo ha demostrado en los Blazers. Y ya toca. Salvo que haya una lesión en los próximos días, este año lo ha perdido, pero el próximo lo debe empezar a tope si no quiere quedarse incluso fuera de la liga.

Andrés Monje: Este curso hemos estado viendo a un Sergio Rodríguez asentado –de forma casi ínfima, eso sí- en la rotación de los Blazers. Era habitual que saltase a la cancha, al igual que también resultaba común ver que su importancia o su rol en el conjunto de McMillan no variaba hiciese lo que hiciese. Eso, como digo, ha venido sucediendo hasta hace dos semanas, momento en el que el canario desapareció de la rotación… para no volver a aparecer. Portland sigue sin tener un base de garantías, aunque realmente siendo Roy el motor absoluto de la parcela ofensiva no necesitan de su base más que un mero complemento capaz de anotar cuando se le demande y defender correctamente. Sabemos que las cualidades de Sergio no son precisamente ésas, y McMillan no está muy por la labor de darle el timón del equipo a un tipo alocado e irregular, justo lo contrario de lo que él desea implantar en Oregon. Todo eso, insisto, a pesar de que no hay ningún jugador de plenas garantías para ejercer de uno. La situación deriva en una total falta de confianza de Sergio, unido a una sensación alarmante de estancamiento en el jugador. Es cierto que el canario es aún muy joven, pero las circunstancias no se suavizan, y el tiempo va pasando… veremos hasta cuándo, porque algo debe variar para que la espiral acabe. Sólo se me ocurren dos opciones: O cambia Sergio, o cambian estos Blazers. Y, por descontado, mientras la confianza en la labor de McMillan sea elevada, únicamente cabe pensar en la primera opción.

Meej: Desde la recuperación de Brandon Roy, tanto Sergio Rodríguez como Von Wafer I el Breve han desaparecido de la rotación. Hasta la lesión de Roy, Sergio tenía minutos escasos pero regulares como tercer base, pero con su vuelta se han extinguido, así como el fugaz “experimento Wafer”. En los últimos partidos, Jarret Jack acapara todos los minutos de suplente del backcourt, y parece una decisión firme. Es un hecho admitido generalmente que los Blazers tienen problemas en el puesto de base, y si son ciertos los rumores de que están dispuestos a afrontarlos este verano, eso podría ser desastroso para el jugador español: no ha logrado imponer su juego ofensivo con regularidad, no ha demostrado un tiro fiable, no defiende bien y se ha caído de la rotación del puesto peor cubierto de un equipo que no entrará en playoff; ni siquiera posee un historial destacado en Europa antes de llegar a la NBA. Las franquicias no suelen perseguir ansiosamente a jugadores con ese currículum.

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