La NBA goza de un presente inmejorable a nivel deportivo y mediático, lo que se traduce en ventas, visualizaciones en redes sociales y todo lo que engloba al marketing deportivo. El crecimiento de televidentes fue del 19% con respecto a la temporada anterior y la Primera Ronda de Playoffs fueron las más vistas desde 2018.
El fenómeno se puede explicar por la globalización que tuvo la liga en los últimos años sumado a que casi todas las franquicias tienen por lo menos una estrella en sus planteles.
Por si hiciera falta algo para agregarle a este gran momento de la liga, la contienda por el título es una de las más abiertas de los últimos años. Sin embargo, el concepto de candidatos impredecibles a salir campeones no siempre fue bien visto en la historia de la NBA.
la imprevisibilidad, sinónimo de la peor época de la nba
Si nos remontamos a la década del ‘70, la imprevisibilidad era sinónimo de crisis en el baloncesto estadounidense. En ese entonces, ocho equipos diferentes consiguieron el campeonato en diez años. Sólo New York Knicks (1970 y 1973) y Boston Celtics (1974 y 1976) repitieron el anillo. Justamente, esa época es conocida como la más oscura de la historia de la liga.
¿Qué sucedía en ese momento? La NBA carecía de una estrella carismática con poder de atraer a las masas a llenar pabellones. Luego del retiro de Bill Rusell y el cese de la rivalidad entre Boston y Los Ángeles, la competición contaba con buenos jugadores, pero ninguno con peso mediático. Todo eso en un contexto de grandes problemas sociales en Estados Unidos.
La política de drogas era bastante blanda, y la explosión del consumo de lisérgicos y diversas drogas como la cocaína había llegado a los jugadores, lo que atentó contra su rendimiento. A eso hay que sumarle la gran segregación racial que existía, en una liga en la que la mayoría de los espectadores eran blancos.
Todo se puso incluso peor con la llegada de la ABA, a finales de los ‘60. Varios jugadores decidieron competir en esa liga paralela a la NBA, lo que dividió aún más la audiencia. Finalmente, con la llegada de Larry O’Brien como comisionado, se fusionaron ambos torneos en 1976 y comenzó la época de crecimiento que tendría como grandes protagonistas a Larry Bird y Magic Johnson.

la nba actual: una lucha abierta por el título
Curiosamente, la NBA se encuentra en el mejor momento de su historia sin que su proyecto de crecimiento se apoye en un equipo o una dinastía. Atrás quedó la era de Golden State Warriors, con 3 títulos en 5 finales consecutivas. El paradigma de que a la liga no le conviene que el campeón no repita el título cambió por completo.
Quedó demostrado que los espectadores esperan ver nuevas caras levantando el trofeo, ya que eso favorece a las apuestas, a los pronósticos, al debate y a la sorpresa. En las últimas temporadas, Toronto Raptors, Los Ángeles Lakers y Milwaukee Bucks salieron campeones. Este año habrá un nuevo campeón.
Este periodo de cuatro años consecutivos sin un campeón que repita el título es el más prolongado desde la etapa 2003-2008, aunque en esos años, San Antonio Spurs salió campeón tres veces. Por el contrario, si hablamos de las épocas en que no se repitieron equipos en finales (Suns y Bucks no la jugarán este año), es el segundo período más largo en la historia, sólo superado por la década de los ‘70 que mencionamos anteriormente.
Esto no es algo común en la NBA, que nos tiene acostumbrados a disfrutar de equipos que dejan un legado. De las 74 finales que se disputaron hasta ahora, solo en 28 de ellas no estuvo alguno de los equipos que la jugaron el año anterior. Eso quiere decir que el 62,2% de las veces, al menos uno de los dos finalistas llegó a esa última instancia el año siguiente.
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los candidatos para salir campeones este año
Según una encuesta de opinión pública en redes sociales, los Celtics aparecen como el máximo candidato a ganar el anillo con 44%, seguido de Miami Heat con el 21%. En tercer lugar aparece Dallas Mavericks con un 19% y por último, Golden State Warriors con un 15%. Hablamos de cuatro equipos que tienen muchos argumentos para ser tenidos en cuenta como candidatos.
Boston mostró una defensa sólida con Al Horford, Marcus Smart (DPOY), Grant Williams y Rober Williams III, además de Jayson Tatum y Jaylen Brown quienes mejoraron notablemente en este apartado. Esos dos jugadores jóvenes son las esperanzas en la ofensiva del equipo de Ime Udoka, que comenzó perdiendo el primer partido ante el Heat, en el que no contó ni con Horford ni con Smart.
Miami empezó con el pie derecho la serie de Finales de la Conferencia Este. Jimmy Butler es la gran estrella (41 puntos ante Boston) y le da mucho al equipo en los dos costados de la cancha. Puede decirse que el equipo dirigido por Erik Spoelstra es el más completo de todos, con jugadores que defienden y son confiables en ataque como Bam Adebayo, PJ Tucker, Tyler Herro (6POY) y los sorprendentes Max Strus y Gabe Vincent, además del aporte de Victor Oladipo.
Dallas Mavericks fue de menor a mayor en los Playoffs. Claramente, Luka Doncic es su gran estrella y el jugador por el que pasan todas las acciones del equipo. El esloveno maneja el balón y arma las jugadas por las que los tiradores como Dorian Finney-Smith, Maxi Kleber y Reggie Bullock anotan puntos claves para su equipo. Estos jugadores de rol realizan un gran trabajo defensivo con dinámica en el cambio de posiciones, inteligencia para el switch y mucho sacrificio. El escudero de Luka, Jalen Brunson, fue la gran aparición de la postemporada.
Por último, los Warriors parecen ser el equipo más inestable de todos. En cuanto a nombres, sigue dando el mismo temor en sus rivales que en 2018, ya que Steph Curry, Draymond Green y Klay Thompson continúan en el roster. Sin embargo, el mayor atributo del equipo de San Francisco es que sus actores secundarios aparecen cuando más se los necesita. Jordan Poole y Gary Payton II son grandes jugadores de rol. Además, Andrew Wiggins es un jugador confiable en ambos costados de la cancha. A eso hay que agregarle la química que mantienen y la movilidad ofensiva. Son un equipo temible, pero impredecible