Guía NBA 2008/2009

Hace ya 22 años que empezó a fraguarse la historia del baloncesto español en la mejor liga de baloncesto del planeta. La de Fernando Martín fue una aventura breve y desafortunada, más anecdótica que relevante para los destinados a heredar su papel como referente del basket nacional. ¿Quién se habría imaginado que el paso de Martín por la liga no sería más que un ínfimo prólogo de la participación española en la NBA? El enorme vacío que dejó la generación de Los Angeles no azuzaba a los optimistas, pero todo cambió con la irrupción de Pau Gasol, el líder de la generación que dejó a la de Martín, Epi, Corbalán y cía. en un bonito recuerdo. Desde entonces Estados Unidos ha conocido a Pau Gasol, Raül López, José Manuel Calderón, Sergio Rodríguez, Jorge Garbajosa y Juan Carlos Navarro.

El algo exagerado fenómeno de migración de jugadores NBA de perfil medio a Europa se ha hecho notar también entre los españoles: Garbajosa y Navarro se han vuelto de Toronto y Memphis respectivamente al viejo continente. A cambio, los jóvenes Marc Gasol y Rudy Fernández les sustituyen, y todo hace indicar que vienen para quedarse. Los dos llegan a franquicias familiares: Marc será el tercer español en vestir la camiseta de los Grizzlies, al igual que Rudy en Portland, que compartirá vestuario con Sergio Rodríguez. Calderón continúa en Toronto y Pau Gasol, en Los Angeles.

En L. A. ya no está permitido fallar

La carrera profesional de Pau Gasol sufrió una mutación irreversible cuando Mitch Kupchak y el resto de ejecutivos de los Lakers se dieron cuenta de que el catalán podría ser lo que necesitaban para volver a ser campeones. Desde el instante en el que fue presentado como nuevo Laker, la carrera de Gasol daba un giro de 180 grados, dejándole mucho más cerca del anillo de lo que podía imaginar: a dos victorias. Las dos victorias por las que los Boston Celtics les superaron en la final, incluyendo la humillante paliza en el TD Banknorth Garden para cerrar las series y la temporada. Al margen de lo dolorosa que resulta una derrota importante, esta final era otra espina en la carrera del de Sant Boi: era la tercera final consecutiva perdida. La racha empezó en Suecia, en el Eurobasket de 2003 y siguió durante los últimos meses en Madrid, en el Holdenazo del último Eurobasket. En agosto se añadió el cuarto capítulo en Pekín, con la final de los Juegos Olímpicos, también con la selección española, aunque este episodio fue mucho menos traumático que los tres anteriores. Para mayor crueldad, el único título que ha ganado desde que se fue del Barcelona en 2001 fue sin su participación en la final.

La temporada pasada se dio por buena en Los Angeles, y es que tenían razones para ello: el equipo está aún en proceso de formación y su rendimiento fue totalmente inesperado en la segunda mitad de la temporada, incluso contando con la adición de Gasol; los Celtics eran simplemente un equipo superior, conjurado para ganar el título por encima de todas las cosas; y todo esto llegó sin Andrew Bynum, el niño mimado de la franquicia que tan buen nivel de juego había ofrecido justo antes de lesionarse y del que tanto esperan en el Staples. Los movimientos del último mes de febrero envejecieron repentinamente a algunos de los rivales de los Lakers en el Oeste (Suns, Mavs) y parece que los Spurs, dominadores de la conferencia durante el último lustro, han iniciado ya una lenta cuesta abajo (insisto en repetir que solamente lo parece). No es que Bryant y Gasol sean dos pipiolos, pero tendrán como mínimo dos o tres temporadas para aspirar a todo.

El dúo formado el año pasado por Gasol y Odom resultó muy efectivo, lo que paradójicamente resultará un problema para Phil Jackson: Bynum ha vuelto y, con su llegada, los patrones de juego anteriormente conocidos por el equipo quedan invalidados. ¿Podrán jugar juntos los tres a la vez? ¿Será Bynum más importante para el equipo que Odom? ¿Será más importante que el propio Pau? ¿Podrán coincidir Gasol y Bynum muchos minutos en pista? ¿Le compensa a un equipo alegre como los Lakers jugar con tantos kilos y centímetros? La respuesta a estas preguntas condicionará la temporada angelina para bien o para mal. Pau alcanzará los 29 años de edad en 2009, una cifra perfecta para que un jugador de baloncesto profesional ofrezca su mejor versión. Está en el momento adecuado, en el lugar adecuado. Fallar no es una posibilidad.

Solo ante el peligro, al fin

Tras años de titularidad compartida, en esta offseason a José Manuel Calderón le llegó la propiedad en exclusiva del puesto de base titular de los Toronto Raptors, acompañada además de un nuevo y jugoso contrato. El extraño binomio formado por Calderón y Ford se rompió este verano: el eléctrico base texano fue traspasado a los Indiana Pacers –junto con Nesterovic, Baston y Roy Hibbert– a cambio de Jermaine O’Neal y Nathan Jawai. Con este traspaso, los Raptors adquirieron a una antigua estrella de la liga en decadencia con la esperanza de recuperarla para la causa.

Después del año que le cambió la vida y la cuenta corriente, Calderón se enfrenta a un reto desconocido en esta temporada 2008-09, y es que ha pasado de iniciar la temporada como suplente de Mike James o TJ Ford a tener como suplentes a Roko Leni Ukic y Will Solomon. El traspaso de Ford fue una operación necesaria para los Raptors, pero que partía de una base muy clara: fe en Calde. Los objetivos de la franquicia canadiense para este año, que no deben ser muy ambiciosos (es lo que hay: ganar una ronda de Playoffs debería ser motivo de euforia), necesitan que se cumplan varias condiciones: entre otras, que Chris Bosh esté sano, que Jermaine O’Neal no siga pareciendo un ex jugador y que Calderón se parezca mucho más al jugador que anotó la canasta decisiva en el Garden de Boston que al que pasó con más pena que gloria por la postemporada.

La defintiva emigración de Jason Kidd podría acercar a Calderón al All Star Game, un logro de un mérito cuestionable, pero que sería un hermoso reconocimiento para un jugador como él. Los mejores momentos de su carrera llegaron cuando jugó más de 35 minutos por partido la temporada pasada, un buen motivo para ser optimistas. Por el contrario, entre negociaciones y aros olímpicos, el verano del extremeño ha sido muy ajetreado, con poca capacidad de recuperación y progreso individual; motivo para el pesimismo, contando con que Calderón necesita que su tiro exterior sea tan efectivo como el que más. Y los Raptors necesitarán al mejor Calderón, en una conferencia Este que probablemente será más exigente que el año pasado.

Sergio y Rudy, a la conquista de Portland

En Portland, Oregon están acostumbrados a ver a jugadores internacionales dar sus primeros pasos en la NBA. Rolando Ferreira, Drazen Petrovic, Alaa Abdelnaby, Arvydas Sabonis, Aleksandar Djordjevic, Slavko Vranes, Victor Khryapa, Ha Seung-Jin, Sergei Monya y Sergio Rodríguez forman una lista a la que este año se suman Nicolas Batum y Rudy Fernández. La mayor parte de nombres de la lista fracasaron en Estados Unidos: sólo Petrovic y Sabonis (¡casi nada!) consiguieron hacer carrera en la NBA, y en el caso del de Sibenik no fue hasta que salió de Portland.

La trayectoria de Sergio Rodríguez en los Trail Blazers lleva un camino no muy diferente de la de Victor Khryapa, actualmente en el CSKA de Moscú. El canario lleva dos años quedándose con las migajas de los bases titulares y mostrando su conocido talento (también para McMillan) con cuentagotas. Aun así, la pretemporada está dejando motivos para la esperanza: Sergio promedia 26 minutos por partido y ha sido titular en dos de los cinco encuentros que han jugado los Blazers. El dato puede parecer intrascendente, y quizá lo sea, por pertenecer a la pretemporada, pero la comparación con el pasado es interesante: en la pretemporada 2006, Sergio promedió 10 minutos de juego; en 2007, 14. Por supuesto, tampoco fue titular en ninguno de esos partidos.

Con la desilusión de perderse los Juegos de Pekín, El Chacho ha estado trabajando duro para hacerse un hueco en la liga, su única obsesión. Es joven y tendrá mucho tiempo para volver a jugar unos Juegos Olímpicos, pero el tren de la NBA no suele pasar más de una vez por la carrera de un jugador, más si es europeo. Este año, Jarret Jack ha dejado el equipo; a cambio, Steve Blake sigue y ha llegado el prometedor Jerryd Bayless. Aunque no es un base puro, es posible que las rotaciones le hagan desempeñar esa posición coyunturalmente, en competencia directa con Sergio. Los precedentes no son halagüeños y, si las cosas siguen como en los dos últimos años, ésta debería ser su última temporada en la liga. Pero Sergio Rodríguez, uno de los mayores talentos de la historia del baloncesto español, sigue creyendo en sí mismo; ¿por qué no vamos a creer nosotros en él?

El caso de Rudy Fernández es distinto. Respondan a esta cuestión: ¿qué jugador ven más cercano a la figura de Rudy: Petrovic o Monya? Sí, la respuesta correcta es Drazen Petrovic, sin pretender establecer una comparación directa entre ambos. No hace falta hablar de los méritos del mallorquín en Badalona, porque bien conocidos son por todos. Dentro del mundo estadounidense, el pasado 24 de agosto vio como su caché subía dos o tres peldaños con la final olímpica. No es para menos: anotó 22 puntos en 18 minutos, incluyendo el estratosférico triple delante de Tayshaun Prince tras pasarse el balón varias veces entre las piernas (la marca de la casa) y el aun menos terrenal in your face a Dwight Howard.

Rudy desembarca en Portland en la posición de la estrella del equipo Brandon Roy, a expensas de lo que pueda hacer Greg Oden. También están por ahí Martell Webster, uno de los últimos jugadores NBA salidos directamente desde el instituto, que ha ido asentándose progresivamente en el esquema de McMillan; Travis Outlaw, que tras unos inicios muy complicados –también llegó del high school– ha acabado adquiriendo galones; Nicolas Batum, también rookie, quizá el mejor proyecto salido de Francia desde Tony Parker; y otros como Luke Jackson o el mencionado Bayless, en función de lo que acabe siendo. En general, la plantilla de los Blazers es muy larga, muy joven y muy talentosa, lo que hace que los roles, salvo algunas excepciones (Roy, Aldridge e imagino que Oden), estén poco claros. Sabemos que McMillan es un técnico conservador en muchos aspectos, lo que hace bastante probable que, al menos inicialmente, se decida por patrones similares a los que dieron buen resultado el año pasado.

No obstante, Rudy Fernández es un jugador preparadísimo y, en líneas generales, mejor que casi todos sus compañeros de posición. No debe sufrir para adaptar su juego a la NBA, aun con detalles por pulir –el manejo de balón, por ejemplo, especialmente con la zurda-, y su físico es excepcional, por mucho que no esté tan musculado como muchos de sus rivales. Puede sufrir en defensa, como cualquier novato en la liga, y habrá que ver cómo se desenvuelve en el cuerpo a cuerpo en sus espectaculares penetraciones, quizá el aspecto más notable a la hora de hablar de su adaptación física. Todo esto serán complicaciones en un año de debut que debería ser el mejor de un español en la liga, exceptuando el de Gasol, porque por más que se puedan mencionar algunos factores en su contra, Rudy pertenece a la subespecie de los grandes jugadores, esos que consiguen lo que se proponen. Los Blazers deben luchar por entrar ya en Playoffs, sabedores de que el futuro están en sus manos, y en el Rose Garden ya saben qué es la Spanish Connection.

Otro Gasol en Memphis

Mientras en Los Angeles y Memphis se fraguaba el traspaso que cambiaría la carrera de Pau Gasol, su hermano Marc se dedicaba a coleccionar grandes actuaciones en Girona, lo suficientemente contundentes para conseguir el MVP de la temporada. En la familia Gasol todo debió ser júblio y alegría durante la noche en la que se anunció el famoso traspaso. ¿Todo? No. Según se iban conociendo detalles, supimos que Marc estaba involucrado en el traspaso, en el sentido contrario al de su hermano: sus derechos pasaban de la atractiva Los Angeles a la plomiza Memphis, la ciudad de Elvis y, como siga el ritmo, de los jugadores de baloncesto catalanes. Marc decidió su futuro a principios de verano, rechazando a Barcelona, Real Madrid y demás flor y nata de Europa, a sabiendas de que en Memphis no iba a conocer muchas victorias.

Afortunadamente, toda moneda tiene su reverso: las pocas victorias que lleguen, llegarán con muchos minutos del de Sant Boi, igual que las derrotas. Pese al mediático fichaje del iranés Haddadi, Marc no tendrá grandes problemas para ser titular, dentro de una plantilla muy gris. Sólo Darko Milicic parte por delante de Gasol en la rotación interior; de momento parece que ambos van a compartir titularidad y bastantes minutos en pista, a no ser que sucedan cosas poco probables como que Walker resucite, que Haddadi se convierta en El Correcaminos, que Warrick tenga el mismo impacto que en sus tiempos de Syracuse o que Iavaroni se decante por el small ball (ésta última es la menos disparatada de todas las opciones).

Gasol tendrá que cargar con el lastre de su apellido, algo con lo que ha lidiado a la perfección durante su carrera, y con el legado de Pau en Memphis, con tantas cosas buenas como malas. En el plano mediático, los Grizzlies son tres jóvenes estrellas: OJ Mayo, Mike Conley y Rudy Gay. Se espera que entre los tres empiecen a dar pasos sólidos para alejar a los Grizzlies de su casi sempiterna mediocridad. Marc Gasol es prácticamente de su misma generación y, aunque no se acercará al impacto en la franquicia que tuvo su hermano siete años antes, Memphis puede ser un buen lugar para que haga carrera en la liga, pese a todo. Tendrá que adaptarse a ser mucho menos influyente en el juego ofensivo de lo que lo era en Girona, algo que ya hace sin problemas con la selección, e incluso es posible que su papel quede acotado por momentos al de un especialista. No serían motivos para alarmarse: por su físico, sus movimientos, sus cualidades técnicas y su lectura del juego, Marc Gasol es carne de NBA y puede aportar a su equipo desde el primer día.

La temporada de los españoles empieza ya en el primer día de competición, martes 28, con un duelo directo: Lakers y Blazers se enfrentarán en el Staples Center. Calderón y los Raptors debutarán el día 29 en Philadelphia, mientras que Marc Gasol jugará su primer partido en la NBA ese mismo día en el Toyota Center de Houston.
 

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