El análisis previo
Sólo cuatro partidos han sido necesarios para que los Lakers dieran sus primeros pasos en busca del anillo. Nuestros colaboradores dan sus impresiones sobre esta serie.
Javier Torrecilla
No parecen existir las medias tintas con Gasol en play-offs hasta el momento. O pierde todos o bien pasa de ronda barriendo al rival con actuaciones tan impresionantes como la del primer partido.
La verdad es que pocas conclusiones se pueden sacar de este emparejamiento para calibrar las auténticas posibilidades de los angelinos de cara al anillo. No ha habido serie. Denver, pese al buen récord en temporada regular y su buen final de campaña, no ha sido rival para los Lakers. Muy flojos en defensa y muy desorganizados en ataque. A destacar la mediocre serie de Melo, bastante por debajo de su nivel.
Cinco años desde que Carmelo Anthony llegó a la liga y cinco años repitiendo derrota en primera ronda, hablan del estancamiento de un equipo al que posiblemente le venga bien algún cambio, bien de entrenador, bien de jugadores.
Gonzalo Vázquez
La forma en que han caído los Nuggets es sencillamente inaceptable. Para quien haya conocido el orden y sentido que desprendían los Sonics o los Bucks de Karl, resulta difícil comprender cómo es posible que un equipo a sus órdenes exhiba tal descabezamiento, anarquía y como desinterés. ¿Y éste es el mejor octavo de la historia? Éramos pocos los que creíamos que esta serie podía resultar más que interesante. Razones teníamos para pensarlo. Pero Denver ha traicionado a tal punto lo mejor de sí mismo (que pudimos ver unas cuantas veces en Regular) que no se sabe con certeza a qué nivel real han jugado los Lakers.Tan sólo en el segundo cuarto del primer choque y en el tercero del cuarto, los Nuggets han jugado a algo parecido a su mejor versión. La inoperancia de Karl con lo que ocurría en la pista no se puede comprender a estas alturas de carrera. La voluntad de Kleiza y los particulares ardores de JR Smith no han contagiado a nadie. El Baloncesto puede ser una cosa muy compleja que desgranar con números y diagramas. Pero todo es mucho más sencillo cuando uno de los rivales renuncia a competir por las razones que sean. Pero no precisamente técnicas.
Meej
Más allá de las rachas de anotación imparable de Kobe Bryant y, en menor medida, de Pau Gasol (tentado estoy de escribir Luke Walton), no ha sido una serie particularmente brillante. La sorpresa del marcaje de Kenyon Martin sobre Kobe sólo duró un partido (y costó una carretada de puntos de Gasol y Lamar Odom), y ahí se terminaron los recursos de un George Karl que parece haber perdido el control de su equipo. Allen Iverson ha estado mal, Carmelo Anthony zarrapastroso y Marcus Camby no sabe, no contesta; la disciplina ofensiva o defensiva no han asomado por ningún lado, y Lakers sólo ha necesitado aplicarse un cuarto por partido (normalmente el tercero) para barrer la serie. Muy mala imagen de unos Nuggets sólo redimidos remotamente por un J.R. Smith a tumba abierta, pero los Lakers tampoco han resuelto las dudas que despierta su aplicación defensiva o más bien la falta de ella. Demasiado correcalles, y Andrew Bynum ni está, ni se le espera.
Juan Carlos Serrano
No sólo Mike D’Antoni (casi se escurría tras la rueda de prensa posterior al tercer partido) y Avery Johnson están pasando por horribles momentos estos días. Un cariacontecido George Karl no debe dormir bien por las noches con sus desesperantes Nuggets. Puede que sea la primera vez que haya lamentado la acertada decisión que supuso en su día el alargamiento de la primera ronda de Playoffs. Con estos mimbres a su disposición, Karl no puede sino recurrir a un baloncesto footballizado, por oleadas, pero sin los resultados del Memphis de Calipari, claro. Todo uno contra uno y penetraciones, una tras otra hasta que salga bien. Es tremendo que sólo un jugador, musculoso pero no muy fuerte como Hilario, sea la única opción interior válida para atacar desde el pick and roll. Incluso los locos Warriors a los que dejaron fuera, con su llegar y tirar, trabajan más esa acción y probablemente nos hubieran permitido sacar más conclusiones para Lakers de cara al probable enfrentamiento con Utah. Muy feo lo de Denver; y el problema no es perder ni que te superen; ni siquiera hacer las cosas al revés. El drama es que en este contexto, jugadores importantes como Iverson han salido con su legado dañado tras exhibiciones como la del tercer partido.
Andrés Monje
Los Nuggets son una auténtica banda. Sí, eso es algo que ya veníamos comprobando durante toda la fase regular, pero con la llegada de los Playoffs creo que todos esperábamos algo más de los de Colorado. A decir verdad, la Serie tenía pinta de sweep desde el mismo momento en el que todo comenzó, porque uno puede basar su éxito en un baloncesto anárquico
pero hasta unos límites. No es que los Lakers hayan pasado como un ciclón, pero es que ni siquiera les ha hecho falta. Puntuales momentos de eficiencia han sido suficientes para doblegar a un equipo que por momentos parecía un combinado cualquiera de un All-Star, y tenía justamente ese ritmo competitivo. Y es que con una defensa inexistente y un ataque tan previsible como irregular es muy complicado hacer algo serio en la fase decisiva de la temporada.
De los Lakers poco que decir, podremos calibrar su verdadero potencial en la siguiente ronda, porque en ésta se podía decir que han apabullado cómo, cuándo y dónde han querido- por incomparecencia del rival. Puede que no hayan asustado especialmente creo, no obstante, que es complicado hacerlo ante circunstancias tan particulares-, pero tengo la sensación de que los de Jackson se crecen y motivan ante retos de entidad. Éste no lo ha sido, así que yo no confundiría su mera corrección la ley del mínimo esfuerzo ha bastado para barrer a Denver- durante la eliminatoria con falta de poder
por si acaso.