Los analistas dedican sus horas de estudio a investigar las causas del desarrollo de uno de los nuevos gigantes en el mundo económico. En menos de veinte años, la República Popular de China se ha situado en niveles macroeconómicos a la altura de las grandes potencias mundiales; las razones han sido muchas y muy variadas, por lo que no utilizaremos este artículo para introducir toda una serie de teorías y datos que se van por caminos bastante alejados de nuestra hipótesis: solamente tendremos en cuenta aquellas variables que hacen que miremos, en primera instancia a China y luego a su Liga dependiente de la NBA, como uno de los factores que pueden hacer que, en un futuro cercano, los mercados de jugadores cambien radicalmente.
Las reformas introducidas desde el ascenso al poder de Deng Xiaoping son el punto de partida para el estudio del despegue económico del país asiático: el impacto de las Cuatro Modernizaciones y el proceso de apertura hacia el exterior tras décadas de autarquía, junto con factores como la situación política, han conseguido que China recorra a mayor velocidad el camino por el que han circulado los monstruos industriales durante siglos; pero si hay algo que caracteriza al desarrollo chino es la introducción, en los planteamientos de Deng, de la teoría filosófica del confucianismo. En líneas generales, el introducir la filosofía de Confucio en la teoría política del PCCh hace que, en cierto modo, el individualismo y la libertad empresarial se vean atenuadas en el castigo moral de la filosofía política socialista debido a la tradición cultural del país: la teoría liberal está introducida en la filosofía china, por lo que es compatible con el desarrollo económico dentro de un régimen comunista. Una de las ideas más curiosas es la interpretación empresarial de la transmisión de saberes: así como el maestro ha de otorgar saberes a sus discípulos para el desarrollo del resto de la sociedad, la industria tecnológica china copia los diseños europeos y americanos sin que ello suponga recibir un castigo moral.
La NBA ha sido, sin lugar a dudas, la empresa deportiva que más ha crecido en los últimos veinte años: las grandes marcas relacionadas con el deporte (Nike, Reebok, Adidas, etc.) tienen en la liga americana el mejor escaparate para anunciar sus productos y crear una imagen de marca acorde a los espectadores. La llegada de varias generaciones exitosas (desde 1979 con la aparición de Magic Johnson y Larry Bird hasta mediados de los noventa, con la llegada a la Liga de la generación hip-hop encabezada por Allen Iverson o Kobe Bryant, sin dejar de lado el fenómeno Jordan), unida a la aparición de una figura que se ha empeñado en abrir cada vez mas su producto al mercado internacional como David Stern, han conseguido que la NBA se convierta en la empresa deportiva que más beneficios genera con menos trabajadores implicados; a esto hay que unirle un diseño de marca donde se explica que, además de superestrellas, los jugadores son personas que visten bien, que ayudan a las buenas causas promocionadas por la Liga y que son la referencia para la juventud que aspira a ser como ellos –Be Like Mike(*)-: han convertido a una Liga de baloncesto en una empresa de lo más fructífera y a un conjunto de individualistas petulantes en un ejemplo para la sociedad (**).
Su expansión internacional ha sido también un ejemplo digno de análisis: la llegada de Stern a la silla de Comisionado supuso la apertura de la Liga hacia el exterior a través de la llegada de una serie de acciones y eventos que ayudaron a que la marca NBA fuese conocida en todo el mundo: la política de retransmisión del All Star (el mayor espectáculo de baloncesto de la Liga) en todo el mundo, donde los propietarios de los derechos deben ofrecer el Juego de las Estrellas en abierto o las giras internacionales y torneos que incluyan la participación de sus franquicias (como los NBA Europe Live Tour o los extintos McDonald’s Open) han llevado el American Way of Play a los puntos mas recónditos del planeta. Si bien las giras europeas han conseguido, en dos años, grandes éxitos de asistencia y publicidad, los ejecutivos de la Liga han decidido suprimir estas a partir de este verano; si bien han movilizado gran cantidad de público, el aficionado europeo es ya bastante maduro tanto en su admiración por el deporte como por su admiración a la Liga, además de contar con competiciones que se acercan en nivel a la suya. De ahí que, desde el próximo verano, la expansión de la NBA se concentre en dos zonas donde, sin una gran tradición baloncestistica, los encuentros de las giras han tenido gran éxito: el mercado británico (donde la NFL también ha encontrado el filón en un deporte con un ínfimo desarrollo mas allá de Norteamérica) y el chino, donde han decidido, tras una serie de experiencias, invertir definitivamente en la creación de una competición satélite, NBA China.
(*) Be Like Mike (Ser como Mike), frase acuñada en un anuncio de la empresa Gatorade, en referencia a seguir el ejemplo de Michael Jordan.
(**) Si bien esto es cierto, en ocasiones las marcas asociadas a la idea NBA han buscado la manera de plantearse contrarias a esto: Charles Barkley fue protagonista de un anuncio de Nike declarando que él no era un modelo a seguir mientras vendía su propio modelo de deportivas.
55 Días en Pekín: la NBA China