Guía NBA 2008-09
| Los datos |
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Curso anterior: 48-34 en la regular season, fuera de los playoff |
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¿Qué se puede esperar de los Warriors este curso? |
Meej
¿Soy el único que tiene la sensación de que el “efecto Nelson” cada vez pierde brillo más rápido? Los Warriors vienen de sufrir la decepción de quedar fuera de playoffs después de la vibrante eliminación de Dallas hace dos temporadas, y encima han perdido a Baron Davis y por tres meses a Monta Ellis. No tiene buena pinta. Corey Maggette será una gran ayuda a la hora de poner puntos en el marcador y Belinelli tendrá una oportunidad, pero probablemente el líder hasta la vuelta de Ellis sea Stephen Jackson, un jugador difícil de clasificar y que tan pronto parece subvalorado como sobrevalorado pero con más peso en el vestuario de lo que parece. Los Warriors no carecen de virtudes, especialmente la capacidad de anotar desde cualquier posición de su quinteto titular, incluyendo un “cinco” de verdad en una época en la que eso es cada vez más frecuente; pero no tienen a nadie que defienda más allá del recién llegado Turiaf. Aún peor, la franquicia es un avispero, con la gerencia maniobrando alrededor del GM Chris Mullin y del entrenador Don Nelson, que pueden verse en la calle en cualquier momento, y con el vestuario inflamado por la torpe gestión del “caso del velocípedo”. Si no son capaces de remar todos en la misma dirección, que no lo serán, los playoffs serán inalcanzables.
Fran Guillén
Juan Carlos Serrano
Nelson ganará o perderá, gustará o no, pero es innegable que sabe a lo que juega. Los más anotadores, que tienen claro que los triples (Harrington, qué decir del añorado Baron Davis, el vital este año Jackson) y las bandejas-mates (Ellis, Biedrins) son los mejores tiros. Esa filosofía ha visto desfilar exteriores potables como Barnes, Pietrus y no digamos Davis o Richardson, en un carrusel que hubo que despejar para afrontar renovaciones y movimientos futuros, y al que ahora se sube Maggette. Tras perder a un Baron que les deja fatal el puesto de base, el verano ha visto retener al decente Azubuike, conseguir a Turiaf y las dos operaciones gordas de Ellis y Biedrins. Que no salvarán a Mullin -en su último año, como Nellie pero éste cae bien- por mucho que atara a Monta, el único con potencial de gran estrella de todos los citados. Lo trágico es que el malditismo de la franquicia ha reaparecido con esta anguila celebrándolo con una travesura peligrosísima (24 de sus primeros 38 partidos son en la carretera, y está por ver su recuperación) y una directiva con afán de protagonismo, que nos hablan de lo lejanos que quedan ya los tiempos del “We Believe”. Los dos chavales zurdos, largos y ligeros, el novato Randolph y Wright, podrían ayudar algo.
J.R. Sanchís
Xesús Serrano
Estamos ante la que podría ser la última temporada de Don Nelson en la NBA, y el equipo cuenta con todos los ingredientes para que asistamos a su apuesta más radical, quintetos con jugadores prácticamente intercambiables, con pequeños matices. No considero que el equipo empeore con el cambio de Maggette por Baron Davis, del que resulta complicado no recordar sus minutos en el banquillo ante los Suns, cuando se jugaban el pase a la postemporada. La emergencia de Monta Ellis, una incógnita tras sus horribles playoffs del curso anterior, fue la gran noticia de la temporada pasada, pero su estúpida lesión (no tanto como su posterior explicación) hace que las alarmas se disparen, tanto por las incógnitas que se presentan en el rendimiento del equipo como por el desconocimiento de su fecha de vuelta. Una de las apuestas más apasionantes del próximo curso, capaz de luchar por la postemporada si el retorno de Ellis no es demasiado tardío, encajan los nuevos y progresan los jóvenes. El problema es que no es tan fácil.