
Este fin de semana se celebra el All-Star Game 2014 en Nueva Orleans. Como todos los años, el domingo tendrá lugar el partido entre los mejores jugadores del Este y del Oeste; encuentro que mostrará quiénes son las actuales estrellas de la NBA. Dentro de los seleccionados este año para disfrutar de ese privilegio, sorprende la ausencia de varios jugadores, que llevaban muchos años acudiendo a esta cita. Hablo de aquellos que llegaron a la NBA a finales de los años 90, y los mismos que ahora se acercan a los 40 años. Esa generación a la que pertenecen Jason Kidd, Tim Duncan, Kevin Garnett, Paul Pierce, entre otros muchos, está llegando a su fin. En el partido de las estrellas del próximo domingo, solo estará Dirk Nowitzki en representación de este grupo de estrellas; que cada vez cuenta con menos efectivos. Kobe Bryant, a pesar de haber disputado 6 partidos esta temporada, ha sido votado como el que más para asistir al All-Star Game. La estrella de Los Ángeles Lakers ha declarado públicamente que está muy agradecido pero que, con todos sus respetos, prefiere que los jugadores jóvenes disfruten de esta experiencia. Otra prueba más de que esta generación llega a su fin.
La temporada pasada, un miembro de oro de este grupo de jugadores, Jason Kidd, anunció su marcha del baloncesto profesional, abriendo la veda de retiradas que se producirán a partir de ahora, más pronto que tarde. Tracy Mcgrady y Allen Iverson han hecho lo propio al comienzo de esta campaña, haciendo todavía más evidente que el tiempo pasa, y pasa para todos.
La tarea encomendada a esta promoción de jugadores llegados a la NBA a finales de los 90, no era nada fácil. El grupo de extraterrestres del Dream Team de 1992, se disolvía poco a poco, y estos jóvenes ingresaban en la mejor liga del mundo, con la misión de seguir haciendo crecer las dimensiones del baloncesto a nivel mundial, deberes que, a día de hoy, podemos asegurar que han cumplido.

Casi todos aterrizaron en sus equipos cuando todavía Michael Jordan era el amo y señor de la liga, y no tuvieron más remedio que esperar a que llegara su momento. Jugadores como Kobe Bryant o Tim Duncan, no tardaron demasiado en experimentar la maravillosa sensación de tener un anillo en sus dedos. En otros casos como los de Kevin Garnett o Paul Pierce, el título de campeón fue logrado unos cuantos años mas tarde. Para jugadores como Iverson o McGrady, la espera se prolongará eternamente, y pasarán a la historia, junto a otros muchos, como leyendas sin título.
Es inevitable no pasar por alto los grandes recuerdos que esta generación de jugadores ha dejado en las mentes de todos los aficionados, momentos que pasarán a la historia de la NBA. Entre ellos, el que hasta ahora ha sido el mejor concurso de mates. Aquel disputado en California, recién comenzado el siglo XXI, en el que dos primos luchaban por el trofeo, haciendo mates imposibles y poniendo a todo el público en pie. O las fantásticas actuaciones, noche tras noche, de los verdaderos reyes de la zona, Garnett y Duncan; que a pesar de estar cerca de los 40 años, siguen dando guerra. Y, por supuesto, las grandes noches regaladas por anotadores natos como Kobe Bryant, Tracy McGrady, Allen Iverson, o Paul Pierce. O las grandes asistencias repartidas por Jason Kidd o Steve Nash, cuyo sentido solo se encontraba, pensando que estos jugadores tenían un ojo más que el resto del mundo.

Actualmente en la NBA hay jugadores que nos proporcionan estas mismas sensaciones. Y es que los que estarán este domingo en Nueva Orleans, son los encargados de sustituir a la generación de la que trata este artículo; igual que ellos en su día hicieron con la promoción de Michael Jordan y compañía. El objetivo de estas líneas no es entristecer al lector, ni mucho menos. El propósito es recordar una generación fantástica, de la cual aún quedan algunos valientes, y demostrar que en la NBA, se van unos y vienen otros, pero siempre hay grandes jugadores con los que disfrutar del mejor deporte del mundo.