Los amigos de Solobasket.com  me piden que cierre, un año más, su trabajada, cuidada y prolija “Guía de la NBA 2010-11”. Algo que hago siempre con agrado, sin duda. Pero este año no puedo dejar de considerar que, por mucho que escriba o divague al respecto de las previsiones de esta temporada 2010-2011, no voy a ser –no puedo ser- nada original.

Todo el mundo que sabe algo de NBA, y tiene la oportunidad de hablar, comentar o escribir sobre ello en cualquier foro, ya le habrá explicado al amigo lector que en el mes de junio los Lakers de Los Ángeles se van a enfrentar a los Heat de Miami en la gran Final de la NBA. Y también le habrán dicho que ese enfrentamiento, ese “showdown” entre las dos escuadras a priori más potentes de la NBA es lo que quiere todo el mundo: fans, teles y Comisionado entre otros muchos.

Pero se equivocan.

Quien me conoce, sabe que yo jamás afirmaría algo de manera tan rotunda como lo que escribo en el párrafo anterior. Pero no afirmo esto guiado por la pretensión vacua de ser el más original entre los colaboradores de la página web de Solobasket.com que han escrito sobre las previsiones de la NBA 2011.

Vaya por delante que yo también me apunto al pronóstico general. Sí; porque, en buena lógica, Lakers y Heat parecen a priori los llamados a jugar esa soñada final. Pero afirmo que se equivocan –que nos equivocamos todos en realidad- porque, aparte de que los Celtics de Boston –si se mantienen sanos- pueden poner alguna rueda en el tren de los Heat y hacerlo descarrilar antes de llegar a la estación término, el verdadero “showdown” de la NBA se celebrará el 1 de julio. Y ese choque no se llevará a cabo en una cancha de juego. Será entre los propietarios y los jugadores. Y será una batalla campal cuyo resultado marcará el devenir de la Liga NBA. Nada menos.

La batalla entre dueños y jugadores se libra por un asunto en apariencia muy sencillo de entender: los propietarios piensan que la estructura salarial de los jugadores debe ser –con el deber inglés que señala el verbo “must”- ampliamente modificada. Los jugadores, por su parte, piensan que el uso de toda esa masa salarial necesita simplemente un pequeño retoque.

Pero, en realidad, esta disputa cobra una dimensión tremenda cuando se plasma en números arábigos. La NBA quiere reducir el paquete de salario + beneficios de sus jugadores en 800 millones de dólares: desde los 2.100 millones actuales a 1.300 millones exactamente. O sea, en una barbaridad. Para el Comisionado Stern, este ajuste no sólo es necesario; es vital para la subsistencia misma de la NBA. De hecho, el gran capo del basket profesional ha dicho claramente que no es descartable una reducción de equipos en la Liga. Para los jugadores profesionales, sin embargo, todo este lenguaje -cuasi apocalíptico- obedece a una estrategia perversa de los dueños: según los jugadores, los amos inflan sus pérdidas para dar a entender que el barco está zozobrando y a punto de hundirse cuando, en realidad, navega con rumbo firme hacia horizontes de abundancia.

De modo que, tal y como pintan ahora mismo las cosas, ese “showdown” entre Kobe y LeBron para el que nos están citando a todos el próximo mes de junio no parece sino el choque telonero del verdadero gran enfrentamiento. Porque si el ultimo día de ese mismo mes de junio no hay acuerdo entre patronal y jugadores, entonces el cierre patronal en la NBA será un hecho irreversible. Y sus consecuencias inmediatas, totalmente imprevisibles.

Así que disfrutemos mucho de esta temporada que ya comienza. Una “Temporada NBA 2010-2011” que nos dejará un campeón: seguramente los Lakers de LA. Y, claro, un subcampeón: probablemente los Heat; aunque yo me apunto más a la teoría de que el Boston pueda hacer el “sorpasso” en el Este. La NBA también coronará a un nuevo MVP, a Mr. Kevin Durant. Y posiblemente encumbrará al rookie de los Wizards John Wall como al Novato del Año tras una dura pugna con Blake Griffin, una nueva esperanza Clipper, que será otra vez novato esta temporada: ni que decir tiene que muy a su pesar.

Así que, resumiendo, más nos vale a todos que haya entendimiento entre las partes ahora en litigio. De lo contrario, es muy probable que la “Temporada NBA 2011-2012” nos ofrezca un cuadro de honor con unos cuantos asteriscos a la derecha de los nombres de los premiados. Señal inequívoca de que se habrá repetido la historia del cierre patronal de 1999: en el mejor escenario posible tras el Armagedón de julio, se habrá jugado una temporada reducida.

Y no hace falta recordar los (nocivos) efectos secundarios que tuvo aquel cierre patronal del año 99 para la NBA.

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