¿Recuerdan a Todd MacCulloch? Sí, aquel pívot canadiense de siete pies que pasó por los Philadelphia 76ers y los New Jersey Nets. Aquél que disputó dos finales de la NBA contra los Lakers en 2001 y 2002; y aquél que participó en los JJOO de Sidney 2000 con Canadá.

Todd Caryle MacCulloch nació el 27 de enero de 1976 en Winnipeg, Canadá. Medía 2.13 y jugaba en la posición de pívot. Jugó en la Universidad de Washington, con los Huskies, hasta 1999, año en que fue elegido por los Philadelphia 76ers en la posición 47 de la segunda ronda del draft.

En su llegada a la NBA se convirtió en el pívot suplente del equipo comandado por Allen Iverson, en donde jugó menos de 10 minutos por partido durante sus primeras dos temporadas, jugando la final en la segunda de ellas. De ahí se marchó como agente libre a los New Jersey Nets, ganando en protagonismo y haciéndose con un puesto en el cinco inicial de un con el equipo que, de la mano de Jason Kidd, conseguiría repetir presencia en las finales de la NBA.

Sin embargo, poco después de rozar la gloria, el destino o, mejor dicho, la genética, le jugaría una mala pasada la siguiente temporada. De vuelta a los 76ers en un intercambio que implicó a Keith Van Horn y a Dikembe Mutombo, MacCulloch comenzó la temporada 2002/2003 al mismo nivel que había acabado la anterior, ya de titular también en Philadelphia. Así, hasta que en el mes de febrero de 2003 la fatalidad le sobrevino al ser diagnosticado con un desorden genético conocido en inglés como la enfermedad Charcot-Marie-Tooth, que afecta al sistema nervioso, debilitando las piernas e impidiendo el equilibrio.

Los médicos que lo trataron vieron poco probable que pudiese volver a las pistas. Dicha enfermedad causa que los pacientes pierdan lentamente el uso normal de los pies y las piernas, a medida que los nervios dejan de funcionar adecuadamente y se deterioran los músculos. La enfermedad es hereditaria y no hay cura. Al parecer, su madre se la había transmitido.

El final de su carrera como jugador de baloncesto comenzaba a planear sobre su cabeza a los 27 años. Se perdió la temporada 2003/2004 entera y en septiembre de 2004 se vio obligado a anunciar su retirada tras varias operaciones y tratamientos que no le devolvieron al basket.

“Estoy muy triste por no poder continuar jugando para los 76ers”, declaró en su despedida, “intentaré seguir vinculado con el mundo del baloncesto”

El pinball, su gran pasión

Sin embargo, no ha sido el balón de baloncesto el que ha ocupado la mayor parte del tiempo de este gigantón desde su retirada; sino, más bien, las pequeñas bolas de acero que rebotan y golpean las distintos dispositivos de las conocidas máquinas del millón, impulsadas por dos palancas que responden a botones pulsados por las enormes manos de Todd… Acumulando puntos sin cesar hasta llegar al puesto 208 del ranking mundial de este entretenimiento.

“Estoy tratando de conseguir ascender en los rankings the pinball”, declaró MacCulloch al Winnipeg Sun. “Siempre me ha gustado el pinball, pero hasta ahora no sabía cuánto”

MacCulloch compró sus primeras máquinas cuando jugaba en los New Jersey Nets, durante la temporada 2001/2002. A partir de ese momento “adquirí una cuarta, una quinta… y se convirtió en una locura. Tengo unas 50 máquinas. Incluso algunas repetidas entre mi residencia habitual y Seattle.”

Ahora su enfermedad sigue castigando los pies y las piernas de MacCulloch. El mal de Charcot-Marie-Tooth sigue sin tener remedio, aunque sí tratamiento a través de un aparato electrónico llamado Fenzian que le causa cierta mejoría. “Cuando me levanto siento como que he corrido media maratón”, dice. Puede nadar sin molestias pero, ni pensar en correr o saltar.

Curiosidades

· Las máquinas favoritas de Todd MacCulloch son la de Indiana Jones, Medieval Madness y una clásica de 1972 sobre carreras de caballos.

· MacCulloch es en la actualidad comentarista de radio y televisión para los Philadelphia 76ers.

· Steve Nash, compatriota y compañero de selección de MacCulloch, le puso como apodo “Todd the Bod”

Fuente: winnipegsun.com