Ayer el Joventut junior se proclamó campeón del ANGT, es decir, el Torneo de L’Hospitalet de siempre… ya 39 años de recorrido. La Final se jugó el pasado domingo siete a las siete de la tarde. Mientras, en Badalona, a 23 kilómetros, el primer equipo verdinegro llevaba ya una hora sin competir ante un Real Madrid que jugaba a medio gas y con un pabellón repleto que aplaudía con la misma efusividad las canastas de su equipo como las de los visitantes. Cada uno que saque sus conclusiones pero a mí me recordó a aquel partido del 20 de octubre de 1994 en el que los Golden State Warriors de Tim Hardaway, Chris Mullin o Manute Bol aterrizaron en Cataluña para jugar en el mismo templo con los, entonces, campeones de Europa. Mucho ha llovido, más me parece.
El caso es que este domingo los de Diego Ocampo desde el primer segundo salieron inseguros, con poca confianza… casi acomplejados. La Penya lleva un par de partidos no sabiendo administrar ventajas cercanas a los 20 puntos y han perdido estos choques y otros, también de apariencia favorable, léase caso San Pablo Burgos. Si los catalanes hubieran aprovechado esas oportunidades estarían situados en la zona de confort de la Liga Endesa y este escrito, parcialmente, no tendría sentido.
En los últimos días he visto como mucha gente señala a Ocampo como uno de los culpables del exiguo rendimiento de su equipo. Entiendo que sobre el coach siempre pesan muchas responsabilidades pero es imprescindible apuntar a su vez, que empezar una competición con un 0-5 por confeccionar una plantilla ‘sin bases’ es el peor ecosistema para que un conjunto con numerosos jóvenes jugadores desarrollen con efectividad su talento y, menos aún… rindan. No obstante, lo de este domingo fue extraño, y no lo digo sólo por el paralelismo que retrata en un mismo marco los antagónicos resultados entre las citas del equipo de la cantera y el de 'mayores', sino también porque ayer los aficionados locales, aunque incrédulos ante una posible victoria, sí que esperanba que su equipo, como viene siendo habitual, se rebotara contra otro grande y le hiciera sufrir. Ni de lejos fue el caso. Desde los primeros minutos se vio que no había partido a pesar del descafeinado inicio de los blancos. Con los buenos refuerzos que llegaron a Sevilla y Burgos, el descenso acecha a un club que nunca perdió su categoría ACB. En el 83 empezó su andadura la Liga ACB, ahora son ustedes los que pueden hacer números. El golpe económico sería fatal para uno de los clubs que más jugadores de élite produce en España.
Choca ver cómo la cantera del Joventut, casi temporada tras temporada, sigue siendo fructífera pero insuficiente. Este curso Alberto Abalde, de 22 años, ya juega en Valencia. Hace dos que Nacho Llovet salió con 25 y a pesar de no suscitar la expectativa de Abalde, cómo pica recordar la debilidad que actualmente sufre su ex equipo en el 4, entre otras cosas, porque Llovet no tiene tampoco, ni de lejos, el caché de Abalde. Hace cuatro años que se vendió a Guillem Vives con 21 años, hace cinco que se fue Marko Todorovic con 20 años y sólo 14 partidos ACB como verdinegro … se entiende que el Divina Seguros Joventut es un club vendedor pero ¿cuáles son los tiempos de venta para hacerlo rentable?
Volviendo al actual junior de la Penya. En 2003 vi a un conjunto potente con Rudy y Panchi Barrera pero este conjunto de Dani Miret es el más completo que he visto. No me atrevería a decir que tiene el potencial del que entrenaba Pedro Martínez y Salva Maldonado ya bien entrados los ochenta y que listaba a Juanan Morales (actual presidente), Tomás Jofresa, Jordi Pardo, Ferran López o Carlos Ruf pero… qué equilibrado, talentoso y competitivo son los actuales 'nois de la pedrera', recuerden que el curso pasado ya fueron subcampeones de España. Y si aún no los han seguido, les cuento. Verles jugar es un espectáculo. No dan un bola por perdida y en ataque su juego es trepidante. Run&gun y defensa presionante. Tienen tres bases, que pueden hacer de combo. Con puntos, defensa, tiro, pase y liderazgo: Dídac Cuevas (2000, 1.75m pero tremendo en el tiro desde más allá del 6.75. Un diablo… no hay quién bote con tranquilidad cerca suyo), Arturs Zagars (2000, 1.90m. Un base puro. Excelente visión de juego, manejo de balón, penetración y tiro) y Aleix Haro (2001, 1.88m. Vaya cara ‘el niño’, de primer año pero qué desparpajo. Incisivo como un cuchillo y con un lanzamiento tan rápido como efectivo que estila al de Navarro. Además, es sacrificado atrás). Y no olvidemos a director de juego como Pol Molins (1.96m, 1999), ya en su primer año senior, que este verano hizo un gran papel con la Sub19 a pesar de tener un año menos. Este curso está cedido al Arenys Bàsquet de la Liga EBA.
En los aleros, Pedro Barros (2000, 1.98m) es el titular y el segundo jugador más importante del equipo. En abril del 2017 fue elegido para el Jordan Brand Classic de Nueva York. Aunque se ejercitó en las ruedas de calentamiento, no pudo jugar el Torneo porque aún no está recuperado de una importante lesión de rodilla. El brasileño alberga un enorme talento, es un hombre orquesta que además posee un hercúleo físico. No obstante, Manel Signes (2000, 2.00m) le suplió de la mejor de las maneras: anotando, reboteando, pasando, defendiendo, robando balones… un todo terreno muy interesante. En Arenys también tiene ficha otro jugador cedido del 2001 y, como Molins y la mayoría de los que hemos nombrado aquí, internacional: Josep Busquets, un gran tirador que ayuda en rebote desde su 1.98.
Dentro están Joel Parra (2000, 2.02m. Inmenso talento el de este chico. Un zurdo metedor muy versátil que abarca todos los rangos de tiro incluidos unos efectivos tiros cortos. Además tiene excelente movimientos en el poste bajo. Así de completo. Siempre tiene el tempo cogido para colocarse en un rebote o para sacar ventaja de su adversario. Todo, sin acaparar el juego. Juega duro y si acaba adaptándose al 3 puede ser un Mumbrú 2.0. Es el único que es un fijo en los entrenamientos del primer equipo. También fue elegido para asistir al Jordan Brand Classic), Arnau Parrado (2000, 2.04m. Muy fuerte y rocoso. Este curso ha aprendido a lanzar de 3 con bastante efectividad. Deberá mejorar en el pase y en el manejo del balón, sobre todo desde su izquierda) y, por último, el recién llegado, Vinicius Lucio (2001, 2.12m. Está muy por hacer, tanto físicamente como técnicamente, pero apunta maneras. Porque lo más importante lo tiene: envergadura, intensidad atrás e instinto para taponar o desviar intenciones de tiro. En el Torneo sus números no han sido espectaculares y se le vio algo despistado pero Miret lo ha mantenido muchos minutos en pista porque sin él, simplemente, no habrían sido campeones. Con diez o quince kilos menos ha limitado el rendimiento de los pívots dominantes del ANGT. Una araña).
La lógica nos dice que todos no acabarán siendo profesionales pero hay mucho talento y espíritu de sacrificio en cada uno de ellos, previsa para tal logro. El club verdinegro debe encontrar la fórmula para poder gestionar todo el talento que le va a llegar durante los próximos años. Ellos pueden ser la columna vertebral para formar de nuevo un equipo competitivo que siempre debiera, y aquí llega la parte más difícil, estar bien revestido por 4-5 jugadores foráneos aunque cueste, como es normal, la venta de alguno de sus perlas. Eso sí... por la cantidad adecuada y en el momento adecuado.