Es Navidad y entre familiares, mejores deseos y nostalgia por aquellos que me faltan me aislo un poco para recordar un día especial. Pasaban las ocho de la tarde. Una cafetería solitaria en Tiana, el pueblo de nuestro desaparecido amigo Manel Comas. En frente mío Pep ‘Matraco’ Margall. A un lado suyo una coca-cola; al otro un croissant de chocolate. Yo, con un cortado me bastaba. Después de saludarnos, lo que esperaba, no pudimos parar de charlar sobre lo que más nos gusta: el baloncesto. Hablando con Pep me mostraba un poco apocalíptico. Ambos encajábamos con alegría las segundas juventudes de Albert Oliver, Jason Robinson, Raül López o Mumbrú pero también estábamos recelosos respecto al nivel de la actual edición de la Liga Endesa. Me horrorizaba por la situación tan lamentable por la que está pasando un club histórico como el de Valladolid. “¡Qué valiente es Ricard Casas o qué desesperado está o… ambas cosas!”, comenté. Tiene que sacar el máximo de chicos que saben que juegan en un ‘equipo puente’. Están para hacer buenos números y marchar a un sitio mejor, donde haya un proyecto sólido, donde les puedan garantizar que van a cobrar. Cómo se puede trabajar con esa mayor.

Y sigo receloso por otro dato: Tariq Kirsay es el cuarto mejor taponador con 34 años, sin alcanzar los dos metros y ya, casi sin llegar a hacer el mate. Incluso, hace semanas, fue segundo. Casi todos sus tapones fueron sin saltar o sin dejar que saltara su oponente. Es de los jugadores que más respeto le proceso por su inteligencia y sacrificio.
 

Woody Allen: “Estoy en una situación tan delicada que si mi mujer se va con otro, yo me voy con ellos”.

Este septiembre perdimos jugadores porque prefirieron jugar fuera y también me consta que Jose Luis Sáez quedó la semana pasada con todos los presidentes de la liga Endesa. El presidente de la Federación Española de Baloncesto no para, dicen que duerme 3 o 4 horas al día.
Sin embargo, como siempre, lo mejor sería ser constructivos para que el basket gane. Sumar y ayudar a sumar. Con Fernando Arcega, Santillana o quién sea que quiera liderar y dar nuevas ideas acordes con la situación en la que estamos. He oído que en marzo un homenaje despedirá a Eduardo Portela.

“Pep, ¿pero sabes qué? La diferencia de presupuesto entre los equipos es bárbara pero no todo es malo, es cierto que muchos pobres están batallando bien” argumenté. Margall está de acuerdo. “Es como cuando empezaste en los 70 con el Juventut ¿no, Pep?” continué.
Él me responde de forma afirmativa pero incide en un otro tema positivo “ya no vamos a buscar fuera cualquier cosa y los clubes, por fin, se están viendo forzados a confiar en la gente de casa”, y también en gente comprometida de fuera como “Asselin o Savané”, añadí. Él asiente de nuevo. Margall también apunta y acierta, cómo no: “pero necesitamos a entrenadores que no sólo sean grandes jugadores de ajedrez, sino constructores de piezas de ajedrez. Los jugadores deben aprender cómo meter la pelota” y repite su frase de siempre “este juego consiste en meterla, fíjate como ese tipo de jugador nunca se queda en el banquillo cuando el partido está en un momento delicado, es decir en los finales en los que te juegas ganar o perder”, sentencia.

Para pensar en un club que potencie la creación de piezas de ajedrez, la formación de jugadores, tenemos al Joventut de Badalona, el FIATC. Los verdinegros tenían, al respecto, el listón muy alto, pero esta temporada están demostrando que son más que nunca una maravillosa fábrica de jugadores. Por excelencia, la mejor de Europa junto al Partizan de Belgrado. Es escandaloso como un club con un presupuesto que ronda los 3 millones de euros haya podido construir un equipo que funcione, actualmente en puestos de playoff, con una base de 6 canteranos y otros dos con ficha del vinculado, -Caven y Agustí Sans-, que suben con el primer equipo asiduamente.
 

Zeljko Obradovic: “El baloncesto es el único deporte en el que no te puedes permitir no ser inteligente para sacar el máximo de tus posibilidades”.

En una ocasión Aito me dijo que el secreto de Pau Gasol era su inteligencia y formación. ¿Sabían que la gran mayoría de los jóvenes jugadores que compiten en el Joventut actualmente están estudiando una carrera? Uno de esos canteranos es Guillem Vives de 20 años que está en su primer curso de Psicología. Vives, a pesar de jugar en una posición tan delicada como la de base, donde los errores se distinguen desde el asiento más alejado de cualquier pabellón, está siendo el jugador que más minutos juega junto a Devoe con la friolera de 30. Es su primera temporada con ficha con los ‘mayores’ y no le queda otra, porque el bueno de Nik Cochran, como ya se comentó en varios foros, no tiene el nivel para esta liga, al menos por ahora. Y seguimos, Álex Barrera estudia el 3er curso de INEF, Nacho Llovet 4º de Ingeniería Industrial, Albert Ventura 2º de INEF, Álex Suárez 1º de Psicología y los más cachorros como Sans 1º de INEF, mientras Alberto Abalde y José Ignacio Nogués están acabando bachillerato y si todo sigue su curso, el año que viene también irán a la universidad.
Estos chicos, aunque cometan errores, -equipo que más tapones encaja de la liga y el que peor porcentaje de tiros libres posee-, siempre juegan pensando.
Un dato que nos recuerda lo que antaño ocurría. Los jugadores ya no piensan sólo en jugar al baloncesto, ahora también estudian y se plantean abrirse otros caminos profesionales por mucho que Educación y Deporte profesional se ignoren. Recuerdo el caso de aquella máquina de hacer puntos de los 50, Jordi Bonareu. Dejó la competición y no fichó por aquel Real Madrid que lo ganaba todo para  estar con su familia y por seguir sus negocios. El Joventut es otro claro ejemplo de jugadores profesionales o que apuntan a serlo, pero que a la vez están adquiriendo cultura y formación en un claro ejercicio de conciencia sobre su futura etapa post jugador.

Sitapha Savané: ”Los jóvenes tienen que tener claro que no es solo una oportunidad y que tendrán que trabajar durísimo para que llegue a ser una realidad”.

En USA saben muy bien cómo explotar a los grandes veteranos de la liga. El FIATC Joventut ha sido revestido por los veteranos Savané, Miralles y Kirksay para hacer de maestros, modelos y guardaespaldas de los más noveles. Nunca una mala cara, nunca permiten que dejen de ser conscientes de que están aprendiendo y que los errores son un paso obligado para mejorar. Espero que protejan muy mucho a Álex Suárez, seguramente el jugador del que más se esperaba este año y al que más le está costando tener la confianza de Salva Maldonado. “Los entrenadores también lo pasamos mal, después de su familia y amigos, cuando un jugador trabaja bien y no encuentras minutos para que juegue también te sientes mal. Pero es bueno saber que tienes a un jugador que está preparado, porque llegará su oportunidad, como se suele decir la temporada es muy larga. Pero por ahora, los otros cuatro pívots están jugando muy bien y ahora mismo no hay minutos para él” me respondió Maldonado en la última rueda de prensa a la que acudí.

Excelente planteamiento del propio Maldonado, Jordi Martí, Samaniego, Riera, Villacampa y de cualquier figura más que se me escape y que haya arrimado el hombro. No olvidemos que los más veteranos también deber arropar a los extracomunitarios. Shurna y Devoe tienen 23 primaveras cada uno.

Más allá de clubes, ACB y baloncesto si globalizamos identificaremos estar en una obligada fase de transición. En épocas como ésta sólo vale el compromiso, el mismo que suele dar fruto a grandes líderes y reaccionarios. Aquellos que siempre luchan por un bien común y que hacen que equipos, ligas y competiciones sean sostenibles.