Siguiendo con el análisis de los cuatro equipos que se darán cita el próximo viernes en la ciudad de Belgrado para batallar por el trono de Europa, toca hablar de la cenicienta: Zalgiris Kaunas.

En menos de tres años, Sarunas Jasekivicius ha conseguido posicionar al “modesto” Zalgiris Kaunas entre los cuatro mejores equipos de la competición. Con uno de los presupuestos más bajos de la competición y una plantilla expoliada cada verano por los grandes clubs, el conjunto lituano consiguió abordar el buque heleno del capitán Spanoulis y desembarcar en la tan ansiada Final Four tras 19 años.

Pese a haber sufrido un verano más la salida de sus estrellas (Westerman al CSKA, Lekavicius al Panathinaikos, Motum al Anadolu Efes,…) y las limitaciones salariales que sufre el club; Saras ha conseguido construir un bloque fuerte con una de las defensas más férreas de la competición.

Comandando el proyecto, el ex Granca Kevin Pangos (asentado en la máxima competición europea tras un primera temporada de transición) vive un momento dulce en tierras lituanas: máximo anotador (12,7 puntos por partido) y asistente (6 pases de canasta por partido) con un formidable 47% de acierto en triples. Pero la poca experiencia del joven canadiense (vive su tercera temporada como profesional, y esta será su primera aparición en una Final Four) puede hacer mella en la muñeca y nervios de un jugador que se verá sometido a la férrea defensa de “perros viejos” como Sloukas o Wanamaker.

Como complementos en la dirección, el “renacido” Vasilije Micic ha recuperado la confianza rindiendo a gran nivel: ,5 puntos, 4,2 asistencias y 0,9 robos por partido. De cara al partido del viernes, es muy importante tener presente la figura de Beno Udrih. El experimentado base esloveno, pese a haber tenido una participación muy pobre durante toda la temporada (3,3 puntos y 1,9 asistencias por partido), puede desempeñar un papel vital en el devenir del conjunto lituano. Un jugador curtido en mil batallas, que ejercerá de líder de un conjunto joven e inexperto.

Completando el perímetro del equipo, dos jugadores “todoterreno” como Alex Toupane y Edgaras Ulanovas, y un excelso tirador como Arturas Milaknis. El atlético jugador francés, bajo la tutela de Jasikevicius, ha sumado a sus dotes defensivas una buena capacidad anotadora; siendo la defensa y el poder reboteador los grandes sellos de identidad de su juego. Como compañero de trabajo en las “labores sucias”, está el lituano Edgaras Ulanovas. Un proyecto de presente y futuro para la selección lituana, que con el profesor Saras ha conseguido un increíble salto de nivel en su juego (7,4 puntos, 4,2 rebotes y 2,2 asistencias por partido). Pese a tener una mecánica de tiro más que peculiar, esta campaña la “suerte” ha estado de su parte en sus tiros a canasta (52,4% en tiros de dos y un 47,5% en triples). Importante su juego de espaldas al aro, actuando como falso cuatro en labores ofensivas, cerrando las defensas y facilitando los tiros liberados para sus compañeros (un jugador con características de juego que hacen recordar a Carlos Suárez).

Para sumar puntos, el conjunto lituano cuenta con la muñeca de Arturas Milaknis. La “escopeta lituana” posee en exclusividad el cargo de tirador del equipo, siendo capaz de desatascar al equipo con precisos lanzamientos desde la larga distancia (74 triples anotados esta campaña, lanzando casi tres triples por partido con un 45,4% de acierto) y conformando junto a Pangos la pareja de artillería del equipo.

En el juego interior, la gran amenaza del equipo es el hasta hace unos meses desconocido Brandon Davies. El pivot americano ha doblado sus números en Play Off (pasando de unas medias de 9,4 puntos, 3,3 rebotes y 0,9 robos por partido, a unos magistrales 17 puntos, 4 rebotes y 1,3 robos por partido ante Olympiacos). Un interior móvil con gran velocidad de piernas, al que le tocará bailar con la “fea” de Vesely. En el puesto de cuatro, el recién llegado Aaron White ha sabido adaptarse a la perfección a los sistemas de Saras como cuatro abierto. Un jugador de gran talento, con una movilidad más propia de jugadores exteriores; perfectamente capacitado para afrontar la difícil tarea de frenar a jugadores de la talla de Melli y Datome.

Como líder dentro y fuera de la pista del equipo, Zalgiris contará para esta cita con un emblema del baloncesto lituano: Paulius Jankunas. El veterano pivot lituano, que a sus 34 años vive una segunda juventud, está viviendo sus mejores momentos como jugador de baloncesto mostrando un nivel admirable: 11,4 puntos 4,9 rebotes y 1,5 asistencias por partido con un formidable 59,7% de acierto en tiros de dos. Un luchador bajo aros con gran experiencia en citas importantes (principalmente con el combinado nacional), que tendrá un papel determinante ante Fenerbahce Dogus.

Del resto de la plantilla, configurada por “producto nacional”, para la Final Four solo se espera la participación de dos hombres: Antanas Kavaliauskas y Paulius Valinskas. Mientras que la participación de Valinskas vendrá determinada por el número de faltas que tengan la tripleta Pangos-Udrih-Micic, limitándose sus funciones a labores defensivas (un rol similar al desempeñado por Draper en su primera etapa en el Real Madrid), Kavaliauskas deberá mantener el nivel en la pintura lituana durante los minutos de descanso de los jugadores de primera línea.

¿Podrá finalmente el pastor Saras convertir a su rebaño de corderos en leones? De ser así, la proeza del equipo lituano entraría a formar parte de la historia de la Euroliga.