Estudiantes logró amarrar un partido que se le escapaba de los dedos por momentos y conseguir su primera victoria en la vuelta a Europa del equipo. La victoria fue sufrida pese a ir por delante durante todo el encuentro. Un comienzo arrollador de la mano de Brown y Landesberg, que fue el máximo anotador del encuentro (28 puntos), ponía al Estu con 15-31 al término del primer parcial. AEK, de la mano de James, fue recortando muy poco a poco. A los colegiales se les fue agarrotando la mano en los tiros y terminó el partido pidiendo la hora, pero con la satisfacción de romper la mala racha de resultados tras sus dos derrotas en la Liga Endesa. Omar Cook sentenció, cómo no, desde la larga distancia.

  • Balones a Landesberg. Si a alguien le quedaba la duda, está resuelta. Sylven Landesberg no es sólo el mejor jugador de este equipo, es el que le sostiene en los momentos de tensión. La estrella, vamos. Con sus arreones en el primer cuarto, juego muy en positivo del equipo. También tiene el lado negativo, ya que se llenó de balón en el tercer cuarto y eso perjudicó de alguna forma al conjunto. Pero no se entiende este nuevo Estu sin él.
  • Mucho que mejorar aún. La afición estudiantil acabó desesperada tras el último partido, donde perdieron por 17 en casa. La victoria alivia, claro que sí, pero no es el final de todos los males. Durante el segundo cuarto se vio una evidente falta de acierto en el tiro exterior, seña de identidad del equipo, sin otro plan que lo mejorara. También se espera más aportación de Hakanson en el control y de Arteaga cuando Savané falte, como hoy.
  • Oportunidades y progreso. Lo bueno está por llegar. La BCL debe servir para Estudiantes para foguear a jugadores con menos oportunidades en la ACB. Adams Sola, canterano, acompañó al equipo en este viaje. Darío Brizuela es el perfil de jugador que debe explotar y crecer en esta competición, algo que también valdría con Vicedo o Peña.