Solapas principales

1. Citius, altius, fortius: así quiere ser este nuevo CSKA. Con la confianza renovada en Itudis a pesar de que no llegaran los títulos que las inversiones demandaban, el griego le da una vuelta de tuerca al roster ruso para ser aún más rápido, más fuerte y, aunque quizás no más alto, si más móvil y rocoso. Con tanto perimetral capaz de hacer póker de posiciones en la cancha, busca esta nueva versión de aspirante al título ser cada vez más indefendible desde los 1+1 de Clyburn, la magia del Chacho o la clase de De Colo, la admiración constante que supone Hynes o la muñeca de Higgins. Apuntalado además en los nuevos fichajes que den más consistencia y no tanta lesión, se plantea Itudis jugar a adivinar y a que los jugadores creen por encima de los sistemas infinitos, más allá de los carretones y los juegos tácticos. Este CSKA quiere ser cada vez más citius, altius, fortius para dominar desde ahí a Europa. 

2. Sin faro, sin bases: hoy, por primera vez en partido oficial, Tomic se quedaba en apenas 8 minutos y dejaba de ser referencia y faro del académico Barça Lassa. En plena fase de construcción, esta nueva versión blaugrana naufragaba sin referencia, sin faro, sin guía, ya sea el croata o quien tome el relevo. Simplemente, por ahora no la hay. Y así, se antoja complicado. Se hace difícil también encabezar esta clave hablando de la ausencia de bases cuando hay un tipo que reparte 12 asistencias. Pero es que de eso no se trata. Por cada asistencia de Heurtel, hasta tres o cuatro posesiones se perdían en el limbo de las malas decisiones, de los tiros punteados o las lecturas erróneas. Testimonial es por ahora el paso del ordenador de Zalgiris del año pasado por el juego blaugrana. Este nuevo Barça serio y académico sigue en fase de acoplamiento y montaje, pero por ahora juega sus partidos sin faro y sin bases.

3. Póker de ases: uno anotando de tres, el otro metiendo puntos desde el calentamiento, el tercerso sacando su magia y creatividad y el cuarto generando desde su 1x1 para desequilibrar sistemas defensivos. Higgins, De Colo, el Chacho y Clyburn. Cuatro jugadores, cuatro, que se han bastado en esta jornada inaugural para desarbolar al apocado Barça Lassa a base de clase, muñeca, cambios de ritmo y lecturas adecuadas. 60 puntos entre todos ellos y sobre todo una sensación de control y superioridad que nunca fue bien atajada y resuelta por el bando visitante. Hoy, el CSKA, más allá de todos sus nuevos fichajes, contó con un decisivo póker de ases.

Frío, gris, triste, apagado. No, no es esta la descripción del otoño moscovita que tanto daño ha hecho al que no a él se siente acostumbrado. Es más bien el sentir de los rostros de los jugadores visitantes hoy en el banquillo del Megasport Arena de la capital rusa. Brazos cruzados, miradas austentes, rostros serios y desencajados, como si de final de temporada se tratara. Como si fuera el guión de un mal remake, como si ya esta película se conociera de antemano, el ritmo académico y doctrinal del maestro Pesic, pesa tanto sobre los jugadores del Barça Lassa que esperan resignados a que les venga la riña a quien, haga lo que haga, lo ha hecho mal, porque en el guión de lo preestablecido, no se ha ceñido a lo que se le pide que haga. Agobiado por la academia, este Barça Lassa comienza a caminar por la nueva temporada y parece ya agobiado por el peso de la miradas. 

Highlights: CSKA Moscow - FC Barcelona Lassa

Y eso que de entrada, dos grandes defensas en modo Pesic generaban sendas pérdidas rusas, aunque el marcador era casi que futbolero, con una ristra tanto de tiros libres como de fallos en el tiro y una sola canasta en juego entre los dos equipos en cuatro minutos. A la tercera, Vorontsevich la metía desde detrás del arco para poner un 9-7 un poquito más digno en el marcador. Este Barça académico surtía de balones a Capitán Tomic como su nuevo faro y guía, hasta que el cansancio le obligara a parar. En cambio, uno que poco sabe de academias y mucho de fantasía, el Chacho Rodríguez, hacía dos triples para pasar de los veinte puntos en el cuarto y marcar las primeras diferencias al final del primer cuarto (21-17).

Castigaba CSKA las pérdidas y el lento balance blaugrana para seguir subiendo ventajas con un 5-0 de salida del segundo (26-17 min. 12). Higgins hacía seis puntos seguidos para subir a doce la diferencia, jugando con las aberturas del campo y los parsimoniosos centímetros visitantes. La tercera pérdida del Heurtel más disparatado mantenía el parcial abierto hasta un 10-0 que por fin hacía cortar Oriola. Seguía el concurso de tiro de Higgins para su tercer triple sin fallo y subir a +15 la ventaja blanca. En un cuarto para olvidar, sin dirección ni academia, Seraphin hacía un par de canastas, pero por aquel entonces ya los locales estaban en 43 puntos y un parcial de 23-9 en siete minutos. Hackett subía por encima de la veintena la ventaja (47-26 min. 18) sin que la defensa blaugrana hiciera muchas cosquillas al menos académico de los ataques. La cosa comenzaba a ser escandalosa sin que ninguno de los bases que utilizaba Pesic pudieran implementar sobre la cancha los planes del serbio. Sin hacer cosas extraordinarias, pero sí aprovechando las pérdidas y la flemática transición defensiva blaugrana, ponía mucho de por medio el CSKA para un 51-29 en la pausa grande.

4-0 de parcial local para seguir con las mismas era contestado con un 0-8 protagonizado por Blazic que dejaba el acta en +18 (55-37 min. 23), hasta que llegaba el cuarto triple de Higgins y volvía el gris de la academia blaugrana. Encontraba por fin Heurtel un amigo vestido con la misma camiseta en la figura de Pustovyi para que el ucraniano se estrenara en Euroliga con un par de 2+1 y disputara al menos el Barça el tanteo del tercer cuarto. Era la primer vez en la temporada que Tomic no capitalizaba la academia de Pesic y Kuric hacía un triple sobre la décima asistencia de Heurtel para encoger el marcador hasta el 62-48. Un triple y adicional del de Indiana sacaba del letargo y cambiaba el rictus serio y escolástico, para que el parcial del tercero fuera eminentemente visitante y dejara aún los diez últimos minutos para la incertidumbre del desenlace final (69-58).

La primera y única canasta de Pangos en todo el partido bajaba la diferencia de los diez puntos al inicio del último periodo aunque Hackett y el bonus temprano del Barça se encargaban de devolver la cosa de los guiones preestablecidos al sitio que parecía ya descrito. Un pase de fantasía del Chacho, de esos que no se aprenden en ninguna academia, permitía a De Colo hacer un 2+1 que dejara la ventaja nuevamente redondenado la veintena (84-64 min. 35) y la cosa finiquitada.

Se empeñaba Blazic en cambio en salirse de los planes con un poco de garra (que con eso también se juega) aunque no le deba para mucho al esloveno y el ¿pivot? Hines ponía el definitivo 95-75 de puro estilo antiacadémico. Como el otoño moscovita, desfilaban los jugadores blaugranas, fríos, serios, grises, pendientes quizás de las miradas. 

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