La Final Four del Real Madrid acabó en el partido del viernes ante Fenerbahçe y así se demostró en el encuentro de esta tarde, donde los de Pablo Laso fueron arrollados ante el que ha sido su gran rival durante esta temporada, el CSKA de Moscú (70-94).

Ya desde el primer cuarto se veía que los blancos salían relajados, con la mentalidad puesta en otro sitio (¿En Andorra?), pero muy lejos de la ciudad de Estambul. Tan solo 10 puntos anotados en el primer periodo, frente a un CSKA que, a base de intensidad y una buena circulación de balón, conseguía 13 puntos de ventaja tras los primeros diez minutos (10-23). 

La ventaja llegó hasta los 21 puntos en el minuto 18 (20-41) gracias al buen hacer de Aaron Jackson (acabó con 13 puntos y 5 asistencias) y la dirección de un Milos Teodosic al que se le dio descanso en la segunda mitad del encuentro. El Real Madrid, cabizbajo, era incapaz de meterse en el partido a pesar de la garra de Nocioni, pero los bajos porcentajes, sobre todo en el tiro de dos puntos, hundían cada vez más al equipo. Llull, tras quedarse en blanco durante toda la primera parte, conseguía su primera canasta casi sobre la bocina del segundo periodo y ponía el 32-45 al descanso. El menorquín no pudo celebrar su MVP de la Euroliga, ni con la victoria ni con un buen partido, ya que acabó con tan solo 7 puntos en una serie de 2/8 en tiros de campo.

En la segunda parte, ambos equipos tiraron de los menos habituales ante la intrascendencia del partido. El Madrid no encontraba un referente en ataque (Ayón y Maciulis, máximos anotadores con tan solo 11 puntos), aunque sí conseguía mejores selecciones de tiro que impedían que la ventaja fuese a más. Incluso, llegó a bajar de la decena (41-49, min. 23), pero dos triples consecutivos de CSKA devolvía el partido a la realidad. La explosividad de un imparable Cory Higgins en los últimos minutos permitía a los moscovitas afrontar el último periodo con una buena renta (56-69). 

En el último cuarto, no hubo historia. CSKA volvió a poner una marcha más de intensidad y bajo la dirección de De Colo, logró un parcial final de 14-25 para poner un sonrojante 70-94 al final del encuentro. El Real Madrid, después de terminar como líder de la fase regular con un balance de 23 victorias y 7 derrotas (26-8 si contamos la serie de cuartos ante Darussafaka), se despide de la Final Four con dos malísimos partidos. El miércoles empiezan los Playoffs de la Liga Endesa ante Andorra, que les ha tuteado durante la temporada y que, de seguro, habrá tomado nota de cómo frenar al Real Madrid más vulnerable de toda la temporada.