Para celebrar los diez años desde que consiguieron su primera y única Euroliga, el Zalgiris se presenta con una de las mayores crisis tanto deportiva, como institucional, como monetaria. Se esperaba un verano tranquilo, con nuevas inversiones en el equipo, con un pabellón en construcción, pero la realidad fue opuesta. El club entró en una crisis profunda, con amago de incluso salir de la competición e incluso desaparecer, con entradas de dinero poco claras a última hora y una directiva que salía por la puerta de atrás, con jugadores que abandonan el proyecto… Crisis, en mayúsculas, después de una de sus mejores temporadas en años, en las que ganaron copa y liga lituanas, y la liga báltica, además de tener un buen papel en la Euroliga.

Así, el proyecto deportivo queda en segundo plano, imponiéndose, por desgracia en cada choque de los lituanos el plano extradeportivo.

Herencia del año pasado

A pesar de todo, continúan varios jugadores del año pasado, algunos de ellos muy comprometidos con el club, a pesar de que se barajó su salida para dar aire a la economía del equipo verde. A pesar de esto, las salidas de Collins y Popovic por ejemplo, le han causado un hueco que no han conseguido llenar.

En el puesto de base continúan dos hombres de la casa, formados en la escuela de Arvydas Sabonis. Son muy jóvenes, pero con calidad, y pueden ser prueba del nuevo futuro que va a tener que llevar la nave verde, impulsar aún más la cantera. Kalnietis, tiene un par de temporadas de experiencia a nivel Euroliga, aunque está sensiblemente estancado. A pesar de esto, es un jugador muy bueno con el campo abierto, muy bueno finalizando, con capacidad para tirar y buen defensor. Janavicius, es un base muy joven, sin experiencia a estos niveles, pero que está dando muy buenas sensaciones en su salto a profesionales. Se trata de un jugador muy agresivo, buen director, que puede tener una muy buena carrera en Europa.

En las alas, tras la salida de Marcus Brown con la temporada ya empezada, nos quedan Maciulis y Salenga. Maciulis, es un jugador bastante cotizado, del que se decía que podía salir. Es un tres muy potente físicamente, bueno en la pintura y entrando desde el exterior, buen reboteador y cuando se “cabrea” intenso. Dainius Salenga es conocido por su paso por Girona. Tras la salida de Brown, el veterano exterior verá incrementados sus minutos, para dar su experiencia.

Por dentro, son también dos los jugadores que continúan de la pasada campaña. Jankunas, un cuatro- tres, aunque ya ubicado en la posición de ala pívot, que ofrece un juego bastante completo de cara y de espaldas al aro. Además sigue Zukauskas apurando los últimos latigazos de su carrera en la que ha sido su casa durante muchos años.

Los nuevos jugadores

Entre las nuevas incorporaciones destacaban sobremanera, el regreso de Loren Woods y de Willie Deane. Pero, como todo en el Zalgiris de este año, no es oro todo lo que reluce. Woods, un jugador con unas condiciones espectaculares para jugar a baloncesto, con movilidad con sus 2.18, capacidad para rebotear y anotar en la pintura, además de pasar el balón, puede que salga de la plantilla a pesar de estar jugando bastante bien.

Deane en cambio, es un base por el cual se ha apostado muy fuerte, y que está defraudando mucho en tierras bálticas.

Se incorpora también Ratko Varda, un jugador con varias apariciones en la liga acb, que aporta trabajo sucio y experiencia. Otra incorporación es la del veterano Tomas Masiulis que regresa también a su casa para finalizar su carrera. La plantilla la cierran dos jugadores con roles menores como Klimavicius y Alijevas, aunque quien sabe, si con el futuro tan negro que planea sobre Kaunas, acaben con roles de más importancia.

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