Probablemente estamos hablando de unos de los jugadores más extravagantes sobre una cancha de baloncesto. Desequilibrante como pocos, ha deleitado e irritado por igual a los entrenadores que lo han tenido en sus plantillas. Gianmarco Pozzecco es una de esas personas que viven a límite, llevando cada acto al extremo, y sólo por eso se explica que actualmente esté “exiliado” en Rusia.

Nacido en Gorizia, una localidad al norte de Italia, su carrera comenzó en el Udine, siguió en Livorno (primera presencia en Lega) y se asentó definitivamente en el Varese, donde jugó durante 7 años. En este equipo destacó tanto en anotación -mejor anotador de la Lega en 2001 con 27 puntos por partido- como por sus asistencias -mejor pasador en 1997, 1999 y 2001-.

Con el Varese consiguió la internacionalidad, llegar al All Star de la Lega, al al Final de una Coppa y conseguir junto a Galanda y Maneghin el Scudetto -con el cinco a la espalda y el pelo teñido ¡de rosa!- y la SuperCoppa en 1999, pero su ambición no le permitía quedarse allí más tiempo y en el verano de 2003 fichó por el Fortitudo de Bolonia.

Con la “Effe” consiguió el que hasta ahora es su mayor éxito en competiciones internacionales de clubes: el equipo llegó como “tapado” llegó a la Final Four de 2004, donde el Maccabi acabó con sus sueños.

En este equipo coincidió con uno de los hombres que “comparte” destino con él en Rusia: Tomas Van den Spiegel, que fichó por el CSKA el año pasado, tras la lesión de Andersen. Van den Spiegel tiene una conexión especial con Gianmarco, y no dudó en llamarle para ver cómo se vivía en Moscú antes de firmar con el equipo de Messina, convirtiendo la capital en una especie de reducto para “italianos” tras unirse a Smodis y a su técnico Ettore Messina. Una lesión dejó fuera de aquella Final Four al belga, y Gianmarco destacó este aspecto antes del inicio: “En este equipo nadie juega como él el ‘pick and roll’, no es justo que no pueda vivir esta experiencia“.

Sin embargo, la mayor cota de fama deportiva de Pozzecco llegó en las Olimpiadas de Atenas. Tras haberla liado en concentraciones previas –primero fue convocado y luego apartado del grupo en 1999 y 2003, cuando se llegó a hablar de que “secuestró” el autobús y sacó de paseo a sus compañeros-, en Grecia disfrutó, hizo disfrutar y brilló internacionalmente. En la página de la FIBA se llega a reconocer que dio “chispa” al juego, tanto al de la azzurra como al de sus rivales, y es que gracias a su descaro y su imaginación hizo diabluras saliendo desde el banquillo y asociado con Basile. Para el recuerdo del aficionado español quedan los comentarios de Pedro Barthe -entonces TVE tenía como comentarista a Javier Imbroda-: “Estos dos tiran todo lo que les llega… ¡bueno, si secuestra el autobús como no va a tirárselas!“.

Y es que ese verano empezó bien para Gianmarco, al que le gusta el juego alegre. De hecho, fueron capaces de derrotar a la ya no tan todopoderosa selección de Estados Unidos en la preparatoria. El partido se disputó en Colonia, Basile anotó 5 triples y Pozzecco explicó el secreto de su triunfo: “antes del partido bromeábamos sobre de cuánto íbamos a perder… y así, de broma, hemos jugado un partido extraordinario. Es una gran sensación“.

En los Juegos Olímpicos los italianos dieron la campanada alzándose con la medalla de plata, derrotando a la poderosa Lituania en Semifinales -parcial terrible en el tercer cuarto, 21 a 0- y cayendo sólo ante una Argentina en estado de gracia que consiguió resarcirse de la derrota sufrida dos años atrás frente a Serbia en el Mundial.

Gianmarco estaba en la cresta de la ola, y eso se reflejaba en su vida personal, más agitada que nunca. Fue objetivo de los flashes de los paparazzi tras su ruptura con la famosa jugadora de volley Maurizia Cacciatori, que dio paso a un cúmulo de rumores que llegaron a relacionarlo con la ganadora del Gran Hermano trasalpino.

Mientras tanto, el jugador soñaba con la NBA. Su estatura (apenas supera el 1,80) siempre fue un impedimento para alcanzar el otro lado del charco, y a pesar de haber disputado una liga de verano cuando jugaba en el Varese, nunca tuvo la oportunidad de fichar por una franquicia NBA. “No estaba preparado, mi físico era mejor, pero ahora estoy más preparado“, decía tras las Olimpiadas. Pozzecco siempre fue consciente de la dificultad que entrañaba este deseo: “Empezaría desde el banquillo, seguro“. Pero ni cuando ofreció sus servicios por el salario mínimo encontró un hueco.

De esta manera siguió su carrera en el Cliamamio Bolonia, donde no tardaron en aparecer los problemas con el entrenador Jasmin Repesa, que no le daba casi minutos. Pozzecco se cansó, buscó una salida y la encontró en la Liga LEB, en uno de los movimientos más sorpresivos y caros -en relación tiempo a precio- de la historia de la segunda categoría del Baloncesto español.

El CAI Zaragoza se hizo con su cesión para los tres últimos partidos de liga y el Playoff. Pozzecco cumplió desde el primer minuto que vistió la elástica rojilla, a pesar de lo precipitado de su fichaje: “Dos horas antes de debutar me fui a comer una hamburguesa pensando que no jugaría y terminé aplaudido por 9.000 personas“, reconocía tras su primer partido.

Sin embargo el CAI no pudo ascender y el futuro de “Il Poz” volvió a quedar en el aire. “Me sale humo de la cabeza. Y mi destino depende de muchas cosas. Yo hablé con el presidente de la Fortitudo y sé que me faltan dos años de contrato en Bolonia“, dijo antes de irse de Zaragoza, y finalmente pudo llegar a un acuerdo para la rescisión de su contrato, aunque el destino de su billete marcaba un destino muy alejado de España: Khimki, en la región de Moscú.

Con el Khimki también ha conseguido algunos éxitos, el año pasado quedó tercero en la potente Superliga rusa -individualmente fue el tercer mejor pasador de la competición- y se clasificó para la Final Four de la Fiba EuroCup. Este año han llegado a los octavos de final de la Uleb Cup, donde el Estrella Roja les saca 12 puntos de ventaja antes del partido decisivo… pero Pozzecco es un espíritu inquieto, y tras la salida de Repesa de la Effe este verano ya han surgido rumores que lo acercan al Climamio de nuevo. La cabeza de Pozzecco vuelve a echar humo.

De momento, quedémonos con este vídeo homenaje encontrado en la red: