Con la mayoría de ligas europeas ya en marcha, el Trash Talking Europa pasa a ser más de declaraciones de actualidad y no tanto de análisis, piques o rajadas, pero todavía podemos encontrar historias duras y comentarios bastante contundentes de personajes relevantes del baloncesto europeo.

La ACB ha dado este verano un nuevo volantazo en su errático y tortuoso camino hacia una supuesta regeneración. Eso es, por lo menos, lo que pide el dirigente más sagaz del baloncesto español, Josean Querejeta.

"No creo que el cese o no de un director general sea relevante", asegura el presidente ejecutivo del Baskonia en una entrevista en 'El País'. "En las empresas constantemente estamos viendo que hay cambios de directivos porque los dueños creen que es lo mejor".

Querejeta define muy detalladamente qué requisitos debe cumplir quién asuma el cargo: "Teniendo una formación clara en aspectos de gestión, tiene que conocer nuestro deporte y la situación. Debe tomar medidas que nos saquen de la situación actual, además de tener un perfil político y buenas conexiones. Estamos muy necesitados de un liderazgo muy fuerte. Competimos entre nosotros y eso crea muchas tensiones".

Y una competición cerrada: "Sí, con ciertas condiciones, pero no solo la Euroliga, también la ACB. El éxito deportivo nunca es garantía de futuro y debe estar acompañado por el éxito económico. Para desarrollar un trabajo se necesita tiempo y si no tienes problema de descenso ese trabajo se puede realizar con más estabilidad, con un proyecto a medio plazo, marcando unos objetivos, que deben pasar por un control económico, unos mínimos de presupuesto, una plantilla que compita y una infraestructura. Por evitar el descenso muchos equipos caen en el desastre económico".

Y continúa su razonamiento: "La situación económica global y de la ACB es muy dura. Se han caído muchos patrocinios, los derechos de televisión… y eso nos tiene que llevar a hacer una reflexión profunda. Solo podemos crecer si tenemos un nivel de buenos partidos y en eso tenemos un déficit. Es necesaria una refundación, sin duda. Durante 30 años ha sido la mejor competición europea, un modelo de gestión, pero estamos en un sector con una crisis muy importante".

"Es complicado competir con equipos que nos triplican el presupuesto", confirma. "La diferencia es de 20 millones y respecto a algunos clubes europeos tal vez sea mayor. Pero no vamos a perder la ambición. La economía es importante, pero no lo es todo".

Querejeta, además, niega que pidiera más ayudas públicas o privadas para competir: "Lo que dije que, en una ciudad pequeña como esta, o apoyamos todos el proyecto y hay una buena gestión o es imposible competir con ciudades de millones de habitantes como Moscú, Estambul, Madrid o Barcelona. Su capacidad para generar recursos es infinitamente superior".

"La diferencia entre el baloncesto europeo y el estadounidense se reduce. Pero aún estamos muy lejos de los mejores equipos NBA. Ni en mis sueños más salvajes"Así de categórico se mostró Messina al final de la gira del CSKA de Moscú por EE.UU., saldada con una victoria, en la prórroga ante los Timberwolves (106-108), y una derrota, también en el tiempo extra, frente los vigentes subcampeones NBA, los Spurs (95-93).

"La pregunta es: ¿Puede un equipo como el CSKA jugar 82 partidos en una temporada como la de Estados Unidos? Y la respuesta es obvia", asegura Messina antes de dar su argumentación. "Minnesota parecía más fuerte que nosotros pero logramos ganarles. Y una cosa está clara: Duncan, Leonard, Splitter, Green, Ginóbili… son físicamente más fuertes. Esto, en gran medida, determina la diferencia de nivel de baloncesto en Europa y América".

"Cuando ves a Manu Ginóbili y a sus compañeros tirarse por recuperar balones durante un partido de pretemporada, cuando ves su dureza en defensa contra nuestro base, que tenía problemas para tirar… Es una buena lección para entender lo que es la NBA".

El 8 de noviembre de 2007, Stephane Lasme se convirtió en el primer jugador de la historia de la NBA nacido en Gabón. Un histórico estreno con el que Lasme (30 años, 2.04 m.) ponía fin de un largo viaje que lo sacó de la pobreza de su país y le ha permitido ganarse la vida jugando al baloncesto.

Ahora, a punto de empezar su segunda temporada en el Panathinaikos, repasa su vida en una entrevista íntima y sobrecogedora concedida al periódico griego 'Goal'. Y te traemos los mejores fragmentos:

"Mi familia tenía 5 hijos. Cuando mi madre se volvió a casar con mi padrastro, que tenía otros cinco hijos, nos juntamos 12 personas en una casa. Fue difícil hasta que no se fueron tres hermanas a estudiar y nos quedamos siete hijos. La economía de Gabón depende del petróleo. Hay dinero, pero está en manos de unos pocos".

"Pasamos muchos altibajos. Recuerdo en instituto que pasé tres meses sin comer nada. Sólo hierba, una que es común en Gabón, la casava (yuca). La gente se come las raíces. Cuando comes casava a todas horas durante tres meses significa que pasas hambre de verdad, que tienes problemas. No comíamos nada más".

"Como todos los niños en las escuelas, empecé a jugar al futbol. Pero crecí rápido y lo dejé. Un día, un amigo me dijo que un señor llamado Maxwell me había visto por la carretera. Era entrenador de baloncesto y me quería conocer. Yo ya tendría 14 ó 15 años".

"Ni te imaginas los problemas que tuve. Mi padre, mi padrastro, odiaba el baloncesto. Creía que la escuela y el deporte no podían ir juntos. (…) Me hizo dormir fuera de casa durante tres días seguidos por entrenar. Pero el problema no era dormir fuera. El problema era que en África hay mosquitos, muy grandes. Cogí la malaria cinco veces por ello. Una vez estuve hospitalizado unos cuantos días con un problema grave derivado de la malaria. Pero nunca me detuve. Si quería entrenar, sabía que este noche dormiría fuera de casa".

"En Gabón, cada año muere más gente de malaria que de SIDA. La muerte está por todas partes cada vez que duermes fuera. Sobreviví porque tuve suerte, porque mi madre trabajaba en un hospital".

"Con la ayuda del entrenador fui a casa de un amigo a Boston. Se llamaba Serge. Me ofreció quedarme con él. Pagaba 300 dólares para vivir en una habitación más pequeña que un baño. Pero yo tenía una determinación. No sabía qué hacer, así que una mañana me fui a la Universidad de Boston, entré en la oficina y le dije a la secretaria: 'Hola, vengo a jugar con vuestro equipo de baloncesto'. Ella se rió".

"Fui a entrenar con ellos pero alguien me dijo que esos días había un campus en Nueva Jersey para jugadores que buscaban una beca universitaria. Tenía 250 dólares en el bolsillo y pagué 225 por participar. Lo hice bien. Jugué el All-Star y anoté por encima de un chaval que medía 2.13 m. Así empezó todo".

¿Será la ACB más que nunca una Liga de dos esta temporada?

"Yo no tengo esa sensación. El que piense lo contrario que venga aquí el domingo y vea el equipo de primerísimo nivel que tiene el Valencia, un conjunto que aspira a todo", asegura el entrenador del Barça, Xavi Pascual, en una entrevista al diario 'Sport'.

La semana que viene más y mejor con el Trash Talking Europa.