Amar'e Stoudamire terminó este verano su carrera en la NBA. Rookie del año 2003.
Seis veces All Star, una vez incluido en el Mejor Quinteto de la liga y seis veces en el segundo. Phoenix Suns, New York Knicks, Dallas Mavericks, Miami Heat y en la actualidad Hapoel de Jerusalem.
Corría el verano de 2010 cuando Stoudemire marchó a Jerusalem para explorar dentro de su corazón judío. Aquel episodio de su vida no fue una excentricidad más del jugador de Florida. “Somos israelitas negros, lo que se suele denominar como afroamericanos de confesión judía. No tengo que sentirme como un paria porque quiera llevar una vida religiosa”.
A partir de ese verano Amar'e Stoudemire siguió estrechando lazos con el judaísmo. En su boda llevó kipa y talit, lleva tatuado una estrella de David en su mano y en el antebrazo se escribió <Dios> en hebreo. Ha participado en los Juegos Macabeos como asistente, ha sido recibido por el presidente de Israel; quien le ofreció jugar con su selección, y desde 2013 es accionista del Hapoel, donde este verano fichó por 2 temporadas.
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Con el Hapoel ganó la Supercopa ante el Maccabi de Tel-Aviv y en la Eurocup jugarán los cuartos de final disputandole el Play Off al Gran Canaria de Luis Casimiro y compañía. “El baloncesto en Europa es muy competitivo, debo reconocer que me ha sorprendido. Para mí es genial seguir jugando al baloncesto. Trabajo duro para adaptarme al estilo del baloncesto europeo”.
Vive en Jerusalem con su esposa Alexis, con su hijo Amar'e Stoudemire Jr. y con sus hijas Aré y Assata. Y sigue indagando cada día en una nueva vida espiritual. “Vivir aquí nos permite tener una experiencia humilde. Nos estamos convirtiendo en una familia más humana. Jerusalem es una ciudad más orientada a la familia, pasamos mucho más tiempo juntos. New York es una ciudad muy actia y donde hay muchas cosas para hacer”.
Amar'e Stoudemire, quiera o no lo quiera, es el foco de todas las cámaras cuando su equipo sale a la cancha. Está completando una buena Eurocup y su compromiso con el equipo es muy alto; como demuestra el ser el único jugador del equipo, junto a su compatriota Curtis Jerrells, que ha jugado los 14 partidos de la segunda competición europea. Stoudemire no ha venido de paseo. Promedia 12.8 puntos, 6.6 rebotes, 1.1 tapón y valora 15.5 en los 25 minutos que está en pista. Pero para él lo importante es el equipo. “Sabemos que cada equipo de la Eurocup es muy bueno y muy competitivo, así que nosotros como equipo lo que debemos hacer es ocuparnos de ser mejores en cada momento”.

El chico que con 12 años se quedó sin padre y se fue a vivir con su madre. Ella salía y entraba de la cárcel por sus pequeños y reiterados hurtos. Un vecino suyo, policía de profesión, fue quien le encarriló hacia el mundo del baloncesto. A Burni Hayes, que así se llamaba, el baloncesto le debe esta pequeña historia repleta de luchas internas, pandillas y superación. Y Stoudamire le debe al agente Hayes es el haber encontrado cobijo en su caravana aquellas noches en las que su madre no estaba. Al mismo tiempo Stoudamire se encontró con la religión, que fue quien le alumbró su oscuro horizonte.
Amar'e Stoudamire recondujo su vida gracias a Dios, y también, porque no decirlo, gracias a Burni Hayes.