La posibilidad de cierre patronal en la NBA está llenando páginas y páginas en la prensa deportiva con especulaciones en torno a los efectos que puede tener esta decisión en el basket europeo. Especulaciones que, en ocasiones, no tiene excesivo fundamento. Para conocer el hipotético alcance que podría tener este cierre, Solobasket se retrotrae al antecedente más cercano, al Lockout de 1998, para repasar los movimientos que se produjeron en el basket europeo a consecuencia de esta circunstancia tan especial.

En el verano de 1998, y ante la falta de acuerdo entre la NBA y la Asociación de Jugadores en torno al nuevo convenio colectivo que debería regir las relaciones laborales, la Liga decretó el cierre patronal indefinido. Este Lockout se extendió en el tiempo hasta enero de 1999. El 18 de enero de aquel año se llegaba a un acuerdo en relación a esta cuestión y se daba por finalizado el cierre. Una vez firmado el nuevo convenio, la temporada daria comienzo el día 2 de febrero. Aquella campaña sería atípica (Phil Jackson habla de ella, con cierto sarcasmo, como la temporada del asterisco): tan solo se disputarían 50 encuentros en la fase regular y no habría All-Star Weekend.

Una de las primeras consecuencias que tuvo este paro fue la no participación de jugadores profesionales procedentes de la NBA en la Selección de Estados Unidos que tomó parte en el Mundobasket 1998 celebrado en Grecia. En su lugar, USA Basketball convocaría a jóvenes procedentes de la NCAA (Trajan Langdon y Brad Miller) y a jugadores norteamericanos profesionales procedentes del basket FIBA, entre los que encontramos nombres como los de los veteranos Wendell Alexis, David Wood o Jimmy Oliver, además de otras caras conocidas como las de Jimmy King, Michael Hawkins o Ashraf Amaya. Esta combinado de circunstancias se llevaría una más que meritoria medalla de bronce.

En relación al desembarco de jugadores NBA en Europa por motivo de encontrarse sin poder competir en la liga profesional norteamericana, los casos se pueden contar practicamente con los dedos de las manos. Esta circunstancia nos hace presumir que, si los peores augurios toman forma y hay lockout en la NBA, no va a haber un éxodo masivo y generalizado al basket europeo.

El caso paradigmático y más espectacular fue el de Michael Olowokandi. Este pívot de 2.13 de estatura fue el flamante Nº1 del Draft de 1998, elegido por los Clippers. El comienzo de su carrera profesional se vio enturbiado por el cierre patronal. Además, tampoco mostraba demasiada ilusión en jugar en la franquicia perdedora por excelencia de la NBA.Todas estas circunstancias le llevaron a probar en el basket europeo cuando se le presentó a finales de 1998 una oferta prácticamente irrechazable por parte de la Kinder de Bolonia. La mítica Virtus le ofrecía 1 millón de $ por defender su camiseta hasta, como mínimo, el 15 de febrero de 1999. Si para esa fecha el cierre patronal hubiera finalizado, tendría la posibilidad de regresar a EE.UU. para comenzar su andadura NBA. En el caso de que el Lockout se mantuviese a partir de esa fecha, el jugador se embolsaría otros 2 millones de $ adicionales por acabar la campaña en el equipo transalpino. Así llegó Olowokandi en enero de 1999 a la Virtus de Bolonia. Su experiencia en la Lega fue corta, muy corta. Solamente disputaría 3 encuentros en la competición transalpina, en los que su rendimiento fue algo más que decepcionante. 4.7 puntos, 5.7 rebotes y 2 tapones fueron los promedios de su corta estancia en Italia. El 18 de enero se llegaba al acuerdo sobre el nuevo convenio colectivo en la NBA y Michael no tardaría en hacer las maletas para volar a EE.UU. y firmar por los Clippers un contrato por 3 temporadas (+1 opcional, activable por la franquicia) por un montante total superior a los 10 millones de $. La Virtus no ofreció excesiva resistencia dado el rendimiento ofrecido por el jugador. Lo que vino después ya lo sabemos …. Kandi Man ha pasado a la posteridad como uno de los grandes bluffs de la historia del Draft de la NBA.

Otros novatos, casi en su totalidad procedentes de la 2º ronda del Draft, siguieron la estela de Olowokandi firmando con equipos europeos ante el temor de quedarse en el paro y, en caso de arreglo, no encontrar hueco en ninguna franquicia NBA. Así, llegaron a Europa jugadores como Ruben Patterson (AEK Atenas), DeMarco Johnson (Sony Milán), Andrew Betts (TeamSystem Bologna), Derrick Dial (Peristeri), Ryan Bowen (Oyak Renault) o Torraye Braggs (Lobos Cantabria). Los europeos elegidos en aquel draft no formados en EE.UU. también optaron por comenzar la temporada en el viejo continente: nos resferimos a Rasho Nesterovic (Kinder Bologna), Vladimir Stepania (Union Olimpija) y un desconocido Dirk Nowitzki, que aprovechaba la tesitura para estrenarse en la 1º división del basket teutón con su Würzburg.

Entre los veteranos de la liga no hubo ningún efecto trasvase al basket europeo. Nadie quería correr el riesgo de una posible lesión y la posibilidad de que las negociaciones llegaran a buen puerto y se salvara la temporada hicieron que la inmensa mayoría de jugadores fueron cautos y esperasen con paciencia. Pocas son las excepciones: 

Uno de los pocos que cruzó el Atlántico fue Vinnie del Negro. El veterano base decidió firmar con el Teamsystem Bologna, equipo con el que disputó tan solo 4 encuentros (8 puntos, 1 rebote y 2.3 asistencias de media), antes de hacer las maletas y firmar por los Bucks de Milwaukee. El actual entrenador ya había tenido una experiencia previa en la Lega, defendiendo los colores de la Benetton de Treviso entre 1990 y 1992.

Excepcional fue el caso de los europeos NBA Vlade Divac y Arvydas Sabonis.

Divac, por aquel entonces agente libre tras finalizar su relación con los Hornets, disputó un par de encuentros de Euroliga con el Estrella Roja (eterno rival de "su" Partizan) a lo largo de enero (14 puntos y 8 rebotes de media), antes de firmar su nuevo contrato con los Sacramento Kings. Por su parte, Sabonis fichó por su equipo de toda la vida, el Zalgiris de Kaunas, pero no llegó a debutar. Incluso se dio la circunstancia de que el Zar voló a Belgrado con el Zalgiris para enfrentarse al Estrella Roja de Divac. Entrenó con sus compañeros, pero no llegó a jugar por no arriesgar la integridad de su ya maltratado físico. Hubiera podido ser un duelo entre dos leyendas del basket europeo. A la vuelta del Lockout, Sabonis regresaría a Portland.

El saltarín esloveno Marko Milic no tuvo una longeva carrera NBA, pero en el periodo del Lockout formaba parte del roster de los Suns de Phoenix. Aprovechando el cierre patronal, hizo las maletas para firmar por el Fenerbahce turco (15.5 puntos y 4.8 rebotes en 11 partidos de Euroliga), equipo que dejó a finales de enero para retornar a Arizona una vez solucionada la cuestión del convenio colectivo NBA. En Fenerbahce, Milic coincidiría con Zan Tabak, otro que abandonó la NBA para regresar no en la mini-temporada 1998-99, sino en la siguiente, la 1999-2000, firmando por los Pacers.

En definitiva, este antecedente cercano en el tiempo nos muestra casos muy puntuales de salto al basket europeo de jugadores NBA en caso de cierro patronal. Lo que nos pone sobre la pista de que, en el caso de que se vuelva a repetir esta situación el próximo verano, la realidad estará muy lejos de las elucubraciones que realizan los medios de comunicación deportivos en torno a una hipotética llegada masiva de jugadores procedentes de la mejor liga del mundo al basket del viejo continente. Aunque como suele decir el dicho popular: "no dejes que la verdad estropee una bonita historia".