Si en España salta a las noticias que un ex-campeón de Liga ha sido declarado insolvente, o en bancarrota, 5 años después de tocar el cielo baloncestístico, todos diríamos que es una información no contrastada, imposible, hecha para llamar la atención. Si dijeramos, más aún, que una ciudad ha tenido a dos equipos diferentes campeones de Liga y Copa y que, en el mismo periodo de tiempo, acabaron desapariciendo, diríamos que la gestión realizada es inimaginable y que tienen que ser bromas e historias “para no dormir”. Y si añadiéramos, para acabar de aderezarlo, que una institución de la región dejó de ser patrocinadora 6 meses antes de la insolvencia de uno de los dos conjuntos, las calles se llenarían de gente y nos echaríamos las manos a la cabeza. Sí, todo esto es inconcebible. Pero también real.
Y aunque no ha sucedido en España, debe ser tratado de igual manera. Sin “Y si” por el medio, y afrontando la verdad, o las verdades, que tuvieron lugar en la ciudad de Colonia en los años 80, en los 90, y en la primera década que hemos tenido de siglo.
la historia
Siempre hay motivos, razones, antecedentes, historias… que den sentido a una afirmación. Y siempre hay claros protagonistas en estos cuentos más reales que la realidad. Protagonistas que, en estos casos, comparten camino, logros, y tragedia final. Protagonistas que, entre sus tantos nombres, se les conoce mayoritariamente como el BSC Saturn Köln y el RheinStars Köln -o Köln 99ers-. Y antes de nada, contaremos su historia.
cómo un equipo universitario acabó siendo el galatasaray
El ASV Köln era un club creado por y para universitarios en el año 1929 que de 1969 a 1972 estuvo en la primera división alemana, en la Bundesliga, hasta que cayó a la siguiente división. Y en 1975 volvió a subir. Pero el baloncesto, por aquel entonces, en el país germano no era el deporte rey -y ni siquiera hoy lo es-, y sus fondos no eran suficientes para subsistir. Y habían estado a punto de bajar, aunque acabarían salvándose en una promoción de descenso que dominarían con 7 victorias en 10 partidos. Pero aún así, cuando en 1977 apareció una oferta de un patrocinio privado y externo no quedó otra opción que aceptar. El club cambiaría de nombre, y pasaría a ser el BSC Saturn 77 Köln. Saturn, por tanto, sería la marca que lo patrocinara, y el 77 haría honor a su año de aparición.

Y aunque entrara dinero, competir desde 0 era difícil, por lo que había que empezar a crear un camino hacia arriba. En las primeras 2 temporadas quedarían en puestos de media tabla y en puestos de descenso, que evitarían, respectivamente. Y en la 79-80 ya ascenderían en la clasificación siendo finalmente los 4º clasificados. En temporada regular y en los PlayOffs por el campeonato. Pero con la entrada de la nueva década, el asunto cambiaría. Primero en 1980, con la victoria en la Copa. Y después en 1981, con el descorchar de un champán que se brindaría más de una vez.
Y es que en el transcurso de los 18 partidos que duraría el campeonato regular vencerían en 15 ocasiones, finalizando segundos. Pero el dominio real, y masivo, vendría en la ronda final. 6 equipos se enfrentaban en un total de 28 partidos para cada uno, y el que venciera más encuentros se quedaría con el campeonato. Y Colonia perdió únicamente 5 encuentros, siendo además el equipo con más puntos anotados y el tercero con menos encajados. Habían llegado para dominar, habían conseguido su primer título liguera, y todo esto no hacía más que comenzar. Ya que además habían vuelto a ser campeones de la DBB-Pokal, consiguiendo 2 campeonatos en 2 concursos en la misma.
En los siguientes 7 años lograrán 3 ligas más -vengándose del Leverkusen en las dos últimas-, junto a una copa, además de 3 subcampeonatos y una derrota en las Semifinales por el título nacional. Todo iba en marcha, generaban ingresos como uno de los 3 mejores conjuntos de la nación, y la gente en la ciudad estaba enhardecida por el equipo. Envuelta en la locura de la victoria. Una diosa que, deportivamente, acababa de aterrizar en la ciudad. Y es que mientras el baloncesto crecía, el fútbol se asentaba con victorias también en la Bundesliga -una liga en el año 78- y en la Copa -tres títulos entre 1977 y 1983-. Algo que cogerá importancia cuando avancen los años.
Pero, recapitulando, debemos volver a 1988. El equipo se acaba de coronar campeón tras 5 derrotas en 30 partidos entre Regular Season y eliminatorias por el título, y estaba en la cima del baloncesto alemán. Había sufrido caídas dolorosas a mediados de la década pero se había rehecho y había vuelto a ser un equipo campeón. Hasta que, en verano de 1988, Saturn se fusiona con Media Markt, y deja de ser la patrocinadora principal del equipo. Algo que supuso un varapalo tremendo, pues estarían un año sin patrocinio. Por esto, cuando en 1989, al igual que había pasado una década atrás, un nuevo personaje entra en la partida, todo parece estabilizarse. Un personaje que cedió su nombre, se alió con el conjunto de Colonia, y estuvo con ellos hasta el final de los días. Ellos fueron el club turco Galatasaray, y así pasó a conocerse al otrora BSC Saturn. Ahora era el Galatasaray Köln.

Un equipo que en su primer año quedó 4º, cayó antre Steiner Bayreuth como había hecho el año anterior, y empezó a sufrir las consecuencias del horfanato publicístico que sufrió entre 1988 y 1989. Y es que en enero de 1990 tuvo que devolver mucho dinero al Galatasaray por su inversión, en febrero entró en Concurso de Acreedores al declararse insolventes por imposibilidad de afrontar el pago, y el 27 de junio de 1990 afrontaron el pago de 700 mil marcos -cerca de 400 mil euros a día de hoy- y, sin patrocinador que ayudara, devolvieron su licencia y abandonaron la competición. Desapareciendo finalmente en 1993.
de una escuela deportiva a ser la energía de la región
Todo empieza, como suelen comenzar las historias, con unos antecedentes. En 1998 el BSC Köln-Süd se decidió unir al equipo que la Escuela Superior de Deporte de Colonia había creado, apareciendo entonces el Köln BasCats. Un equipo que un año más tarde se movió al norte, y se fusionó al DJK Köln-Nord. Dando lugar a los Cologne 99ers. Que comenzaban ya haciendo historia, firmando al primer jugador extranjero de su historia, conocido como William Massenburg, proveniente previamente de la Universidad de Richmond. Un jugador al que, un año más tarde, con el inicio de mileno, se le unirá Tosa Matic como primer entrenador extranjero del equipo. Al que, tras ascender y convertirse en el RheinEnergie Cologne, le siguió Svetislav Pesic. Un Pesic que, tras una buena etapa en la selección alemana y en el Alba de Berlín, dejó al equipo muy cerca de llevárselo todo en su primera temporada.
Pero antes de hablar de deportes, hay que hablar de dinero. Del “bussiness”. Y es que RheinEnergie no es un nombre cualquiera. Un patrocinador al azar. No. RheinEnergie es el nombre que recibía, y recibe, la compañía eléctrica que domina la región de Colonia, controlando el agua, la calefacción, la corriente de electricidad y el gas de los 2,5 millones de personas que disfrutan de sus servicios. Y en 2001, entró a formar parte de un equipo que necesitaba, desesperadamente, un flujo de dinero continuo. Y RheinEnergie se lo proporcionó.
Por ello pudo llegar Pesic. Y por ello pudieron unirse también al equipo jugadores como Sasa Obradovic -que 3 temporadas después sería el entrenador-, y crear un núcleo fuerte y competitivo. Un núcleo que en Temporada Regular finalizó la campaña como tercer mejor equipo, empatado eso sí con el primero y el segundo -20 victorias y 6 derrotas- y en las fases eliminatorias por el campeonato venció 3-0 y 3-1 en Cuartos y Semifinales, cayendo finalmente 3-0 en la Final ante el Alba de Berlín. Y Pesic, tras caer ante su ex-equipo y abandonar la Selección Yugoslava, volaría a Barcelona. Y sería sustituido por Stephan Baeck. El sustituto ideal.

Y es que Baeck sabía lo importante que era el baloncesto para Colonia, pues como jugador había estado en el Saturn de 1985 a 1990. Es decir, había vivido lo mejor y lo peor del deporte, de la ciudad. Y quería resarcirse. Ese es el motivo por el que consiguen convencer a Marcin Gortat para que se una al equipo en 2003, tras un año de “empeoramiento”, pero él es sustituido en el cargo. Un Marcin Gortat con el que los dos años siguientes se coronan campeones de Copa, además de manterse en posiciones europeas. Y de acoger con los brazos abiertos a Obradovic, que deja el uniforme pero se queda en el banquillo, estando a la cabeza de un equipo que los 4 años anteriores le había tenido como uno de sus jugadores destacados. La transición había sido limpia, y exitosa. Y es que en los 3 años que esté logrará un campeonato de liga, otro campeonato de copa y avanzar a la fase de grupos de la Euroliga.
Pero en 2008 todo cambia en lo que dura un suspiro de disfrute. Y todo por culpa de una decisión que había sacudido a la franquicia el año anterior. Y es que en verano de 2007 la compañía RheinEnergie deja de ser patrocinadora del equipo tras toda una década de un más que exitoso apoyo, y sin patrocinador principal los problemas empiezan a asomar. Se llamarán, en primer lugar, Köln 99ers, pues el 99 fue el año en el que aparecieron, y el 2008 será el curso en el que -casi- desaparecerán.
Y todo debido a una cadena de acontecimientos que comienza en enero de ese mismo año. Un mes en el que se declaran insolventes, teniendo que entrar en Concurso de Acreedores. Un Concurso en el que entrarían dos inversores con cerca de 800 mil euros, un dinero que en abril debería ser devuelto, algo imposible. Y entonces, entre impagos en sus deudas e impagos a personal del equipo, vuelven a declarar una situación de insolvencia por segundo año consecutivo y, esta vez sí, el 10 de julio de 2009 perdieron la licencia de la Bundesliga, y cayeron en bancarrota.

Colonia volvía a quedarse sin equipo, al igual que había sucedido casi dos décadas atrás, y aunque volverían en 2013, nunca llegaría a alcanzar el esplendor que una vez tuvieron. Y que ha hecho de Colonia la 5ª ciudad con más titulos -entre Pokal y Bundesliga- de todo el país, con 11 trofeos en sus vitrinas entre Saturn -7- y 99ers -4-, sólo detrás de Leverkusen, Berlín, München y Heidelberg. Y todo por culpa de la insolvencia de una apuesta que, sin motivo alguno, dejó de ser segura para los mecenas que patrocinaban todos los éxitos. Y que se llevaban mérito en su nombre.
¿Por qué el baloncesto no puede asentarse en Colonia?
Esta pregunta es importante plantearla, e intentar responderla. Por que sí., han ganado campeonatos. Sí, han estado en la cima del baloncesto alemán -y europeo-. Y sí, equipos aparecen y desaparecen todos los años, desgraciadamente. Pero que dos equipos, campeones de todo lo posible, que se encuentran en la misma ciudad, y que suponían una fuente de ingresos regular -llegaron a ser la ciudad con más abonados a un equipo de baloncesto-, desaparezcan tras apenas una década de existencia por una declaración de insolvencia, al perder en los meses previos a su principal patrocinador, no resulta del todo creíble. Y, sin duda alguna, no es una casualidad.
Y si hablábamos antes del FC Köln no es por una necesidad de incorporar el fútbol en todo lo que se diga, si no porque debe ser realizada una comparativa entre ambos casos. Entre ambos deportes. Especialmente, entre los patrocinios de las 3 entidades.
Entre 1979 y 1990, años de existencia del BSC Saturn Köln, el conjunto futbolístico de la ciudad estuvo patrocinado por Pioneer -firma afincada en Japón-, Doppeldusch -filial de Beiersdorf, propietaria de Nivea o Eucerin entre otras-, y Samsung -segunda marca más grande de electrónica del mundo-. Un periodo en el que Saturn, ahora marca multinacional distribuidora de dispositivos electrónicos, estaba comenzando todavía a asentarse en Alemania. Además, Adidas fue el patrocinador deportivo de Colonia hasta que en 1985 cogió las riendas Puma.

Casualidades de la vida, que después de todo no son casualidades. Y es que entre 1999 y 2010 Ford, VPV -aseguradora alemana-, Intersnack, Gerling -otra aseguradora- y Rewe Group -la cadena de supermercados más grande de la región y con unos ingresos superiores a los 40 mil millones de euros – fueron los que aparecieron en la camiseta del Colonia. Y los que le permitieron mantener a flote aunque estuvieran una etapa en la segunda división del fútbol alemán. Algo que, como hemos podido ver, no tuvo lugar -o habría tenido- en el deporte del aro naranja y la red bien bordada.
Y con esto llegamos a una conclusión. Es evidente que el baloncesto siempre será un deporte minoritario en el país que tiene acuñado el dicho de “En el fútbol juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania”. Evidente. Y no pasa nada, porque el baloncesto cada vez está dando más pasos para asentarse en el país. Pero Colonia parece ser un caso aparte. Y es que si 2 proyectos campeones, sin comillas, no consiguieron durar más de una década, no hay proyecto futuro que lo hará. El fútbol, en Colonia, absorbe, además del balonmano -cada año la Final 4 se celebra en la ciudad del Rin-, y el hockey sobre hielo. No hay espacio ya para el baloncesto, y si no lo hubo antes, ya no lo habrá.