Hemos querido traducir este texto que Shane Battier, el ex jugador de Duke Blue Devils y de la NBA, ha redactado en la publicación digital "The Players' Tribune" porque merece la pena leerlo, letra por letra, palabra por palabra, coma tras coma y punto tras punto. Battier siempre ha sido un jugador con un IQ desorbitado que no sólo le ha ayudado a ser un crack dentro de la cancha, sino también fuera de ella.
Lectura totalmente recomendada:
CHICOS-PEGAMENTO DE ÉLITE
Chico-Pegamento:
- Dícese de aquel jugador que hace que todo funcione cuando está en pista.
- Alguien que normalmente se encarga de organizar las Ligas Fantásticas de Futbol Americano, las cenas de equipo y de resolver las disputas internas.
- Normalmente involucrado en ese tipo de cosas que nadie se da cuenta pero que hacen al equipo ganar partidos.
[Ver también: Útil, Deseo, Anillos]
Algunos Chicos-Pegamento se hacen, otros nacen.
En mi caso, he sido chico-pegamento de un modo u otro desde que era un niño pequeño. Lo he visto siempre como un modo de supervivencia. Mira, me crié en un barrio de Detroit predominantemente blanco llamado Birmingham. Mi padre era el único hombre de color en la zona, y nací en una zona de de convivencia de diferentes de razas donde generalmente no se mezclaban.
Era comienzos de los 80. No había mezcla de razas en las series de la tele.
Entonces empecé en el colegio ya me di cuenta que unos no eran iguales que los otros.
En aquella época lo único que quería era encajar, pero siempre me sentí algo diferente a los demás. Descubrí temprano un concepto muy simple que me guiaría durante el resto de mi vida: a la gente le gusta la gente que les ayuda a ganar. No importa si alguien piensa que eres tonto, friky o diferente, si puedes ayudar a alguien a ganar, entonces gustarás y encajarás.
Deberíais haberme visto en el campo de baseball con mi pelo afro. Era una bestia lanzando y bateando cuando me dejaban—y ganando. Nunca se trataba del crédito que me iba ganando yo, siempre se trataba del crédito ganado por el equipo. Mis compañeros sabían lo que había hecho para ganar y eso era lo único que importaba. No me di cuenta por entonces, pero incluso en aquella época ya era un chico-pegamento.
Lo gracioso es que a pesar de ser un chico-pegamento durante toda mi vida, aún no encuentro el modo perfecto de definirlo ni de lo que realmente significa ese término.
En esencia, un chico-pegamento posee cierto “qué se yo”.
En referencia a las habilidades, un chico-pegamento puede comportarse de manera adecuada en cada situación o de manera magnífica en situaciones contadas. No hay tamaño ideal, pero demasiado pequeño para ser un interior y demasiado grande para ser un base o escolta parece ser el rango adecuado. Normalmente domina una sola cosa en ataque, pero donde realmente eres bueno es atrás, en defensa. En mi caso la esquina del triple, y ser un perro de presa en defensa. Podía ser realmente irritante atrás. Preguntadle a la Mamba.
Normalmente no ocupas un puesto concreto en cancha. En la dinámica de juego normalmente eres lo más parecido a un escolta, o te toca pegarte con toda tu alma con el interior del equipo contrario.
Pero hay otras formas, menos tangibles, que un chico-pegamento utiliza para que el equipo gane.
Una forma es no preocuparse nunca de molar, de ser guay (nunca nadie ha creído que mi juego molaba).
Sabía que mi valía era ayudar a mi equipo a dejar la marca de la victoria siempre que podía. Así que siempre hubo cosas que hice para asegurarme que mi equipo estuviese siempre preparado en la medida de lo posible. Por ejemplo, solía hacer preguntas muy sencillas durante las sesiones de video:
“Entrenador, podemos volver a visionar esa última escena?”
“Un momento entrenador, en qué dirección debería haber salido tras en bloqueo?”
“Espere entrenador, qué jugador se supone que debe cambiar en el bloqueo si el base decide penetrar en bote?”
“Lo siento, puede por favor repetir esa escena una vez más?”
Sí, yo era ese plasta.
A nadie le gustaba ese tío, lo se.
Pero siempre había una estrategia tras todo esto: siempre sabía que si cuestionaba algún plan de partido, siempre habría entre alguno de los jóvenes y menos experimentados jugadores que tendría la misma pregunta que yo, pero que no se habría atrevido a preguntarlo por miedo a hablar en alto al sentirse en cierto modo intimidado. Una vez contestada la pregunta, dudas solucionadas. Si llega el momento de la verdad y ese jugador está preparado, es un plus para el equipo.
La NBA es una liga donde, particularmente los últimos años, todo el mundo juzga la producción de los jugadores basándose en sus estadísticas. Esta bien, lo entiendo. Pero hay otro montón de cosas pequeñas – como preguntar cosas estúpidas- que no pueden ser adecuadamente medidas por las estadísticas convencionales. Incluso hay muchas cosas que no están relacionadas con el baloncesto pero que afectan al rendimiento del equipo.
Siempre me he involucrado como chico-pegamento en otras responsabilidades fuera de la cancha. Por ejemplo, siempre me encargaba de organizar los eventos de equipo, sobre todo cuando se acercaba la Locura de Marzo en la NCAA con el bracketology, o los lunes con el Monday Night de la NFL. Había otras cosas que podía hacer con mi tiempo libre, pero sabía que si lograba que alguien pusiese $100, el lunes por la noche todo el equipo se juntaría y nos echaríamos unas risas y pegaríamos unas cuantas voces viendo las horribles elecciones que siempre hacía Lebron, las genuinas y siempre acertadas elecciones que siempre hacía Udonis.
También me encargaba de organizar karaokes para sacar fondos para mi Fundación, cariñosamente conocido como el “Battioke”, donde todos los chicos se divertían y generalmente, nos reíamos de nosotros mismos sacando el Justin Bieber que llevábamos dentro. Así se las gastaba un dúo campeón:
youtube://v/GveQYXQVsOQ
Parece poca cosa, pero esas interacciones que no tenían nada que ver con el baloncesto, eran cruciales. Los compañeros no podían estar más conectados y unidos. Cada interacción reforzaba la familiaridad del equipo. Preguntad a los Warriors si esa cohesion gana partidos.
Nunca sabes donde va a ser puesta a prueba esa unión, pero si quieres ganar un campeonato, ese nexo que siente el equipo dentro de los vestuarios va a ser puesto a prueba en algún momento. Ahora bien, por supuesto, no estoy diciendo la razón por la cual los Heat ganaron 2 anillos no fueron esas quinielas sobre la March Madness. Pero también digo al mismo tiempo que no hicieron ningún daño.
Ahora, hablemos del “ego”.
Ya que ser descrito como el chico-pegamento está considerado como algo negativo para la mayoría. Normalmente te consideran chico-pegamento porque no entras por el ojo. En mi caso, fue la falta de relativo físico atlético entre los mejores atletas del planeta. Sin embargo, no puedes operar con temor a descolgarte del equipo o de parecer estúpido delante de tus compañeros. Una de las razones por las que fui capaz de permanecer 13 años en la liga era que nunca tuve miedo de parecer un idiota. Simplemente nunca me importó el “qué dirán”. Siempre tuve cosas más importantes de las que preocuparme.
Pero no te equivoques: tenía mi ego, no era la Madre Teresa de Calcuta. Pero la diferencia era que siempre que cumplía con mi trabajo, mi entrenador y compañeros sabían de mi valor, y nunca me preocupé de lo que dijesen las críticas externas sobre mi juego. Generalmente, un chico-pegamento es solo recompensado por el equipo en el que juega.
Por ejemplo, siempre he creído fascinante la forma en que la gente puso en duda mi capacidad como jugador cuando me tocó jugar en aquellos deshilvanados Houston Rockets que por desgracia no tuvieron muchos éxitos. El sentimiento general hacia mi juego era que era duro, que tenía dotes de líder, pero que no era capaz de driblar, saltar o crear tus propios tiros que me salvasen la vida. Alguna gente me veía como una rémora en cancha en ciertas ocasiones.
Después llegué a un equipo como Miami donde ganamos, competimos por campeonatos, y de repente, Shane Battier era ese jugador de valor incalculable, un increíble chico-pegamento. Siempre en el sitio correcto para recibir y tirar. Defensor tenaz. Nunca temeroso de lanzarse al suelo a por un balón…bien, ya sabéis de lo que hablo.
Nadie habló de si podía driblar o saltar muy alto. Nadie habló del hecho de que, en esencia, era el mismo jugador que había sido en Duke. De hecho, el mismo que había sido desde la guardería. Juego para que mis compañeros sean mejores. Pero la prensa cambia la forma de verte en el momento que ganas. A veces, lo único que necesitas es estar en un equipo diferente, o diferentes oportunidades, y todo, de la noche a la mañana, esas deficiencias se olvidan porque ganas. Cuando ganas, pasan a ser singularidades, peculiaridades del jugador. Es un fenómeno real. Lo he vivido.
Ya he enunciado un montón de cualidades típicas de un chico-pegamento, pero ahora os dejo cuatro nombres de jugadores que actualmente juegan en la NBA y que creo que perfectamente podrían encajar en este rol. No es un ranking científico, sólo que me encanta verles jugar:
Jae Crowder
Es un increíble chico-pegamento. Con su energía, entrega y valentía, le da a un equipo joven como Boston un gran cantidad de corazón. No hay ningún aspecto del juego de Jae que te impresione, pero todo lo que hace, lo hace bien y los Celtics son mejores cuando él está en cancha. Es fácil darse cuenta cómo a Brad Stevens le encanta dejarle en pista en os minutos cruciales.
Tim Duncan
El chico pegamento por excelencia.
¿Qué? ¿Los jugadores más votados para ingresar en el Hall of Fame no pueden ser chicos-pegamento? Por supuesto que pueden. Tim es probablemente el defensor más grande de todos los tiempos tan sólo por el mero hecho de que nunca se ha salido de su posición. Nunca. Si veis un partido de los Spurs, Duncan está siempre en el sitio correcto no sólo en defensa, sino todo el mundo alrededor de él. Eso es por lo que su defensa es enorme cada año. Concretamente es el “cemento” de esa defensa.
Por supuesto, Tim Duncan baja el culo siempre y además anota 30 puntos o atrapa 18 rebotes, pero él es realmente el pilar central del equipo tanto literalmente como de manera figurada en estos Spurs. Tony Parker y Manu Ginobili son ambos grandes jugadores y también grandes candidatos al Hall of Fame. Kawhi Lenard es un claro candidato a MVP ahora. Pero, no nos olvidemos de por qué los Spurs has sido grandes durante tanto tiempo: Tim Duncan. Cuando está en cancha todo parece encajar y funcionar mejor.
Esta última afirmación suena a chico-pegamento ¿verdad?
Draymond Green y Andre Iguodala
Viendo el modo en que los Warriors juegan ahora, cuando están realmente arrollando a su rival, tienen a Draymond Green jugando las 5 posiciones, y a Iguodala jugando del 1 al 4. La gente se queda hipnotizada con los tiros y habilidades de jugón de Stephen Curry y de Klay Thompson, pero no se equivoquen, la clave para el éxito de la franquicia es la salud de Draymond e Iggy. Ellos hacen que la maquinaria esté engrasada.
Andre ha sido un hombre franquicia muchos años, pero sólo ahora está siendo utilizado para exprimir su más profundo talento. Cuando hablo de que la prensa alrededor de un jugador cambia completamente a medida que el jugador cambia de equipo, él es un claro ejemplo. Ha tenido una carrera impresionante en Philly pero algunos le veían como un extraordinario atleta pero que nunca podría liderar un equipo a la gloria en los playoffs.
Fue realmente gratificante cómo rindió en las últimas finales de la NBA. Espectacular. Muchas veces, por ser etiquetado como chico-pegamento puede ser considerado como negativo, como algo despectivo. Sin embargo, viendo estos ejemplos, queda claro que un chico-pegamento puede ser jugadores dominantes. No hay duda de que Iguodala ha sido un jugador dominante en las pasadas finales, y probablemente el factor clave que decantó el título del lado de los Warriors. Es un claro ejemplo de alguien que cuando se implica, todo funciona mejor.
Obviamente, Draymond Green es un grande. Es hasta gracioso mirar atrás y ver cómo la gente lo defenestró en el NBA Draft. Mucha gente se centraba nada más en su falta de centímetros o en el hecho de que no tuviese mucho rango de acción de tiro. Pero si te sientas en el sofá a ves sus partidos en Michigan State, sabías que podía ser imparable con el balón en las manos. Olvidaros de lo medible o de las estadísticas. Este chico es un jugador de baloncesto.
Cuando está en cancha se abre el abanico de habilidades que posee, increíble versatilidad y creatividad al servicio de los Warriors. También destiló un cierto aire de arrogancia que realmente le ayudó a dar el salto de calidad la pasada temporada. Colaboró en hacer creer al equipo que podían ganar a cualquiera. La razón por la que los Warriors apuntan a repetir campeonato es porque tienen a 2 espectaculares jugadores que son capaces de conectar con el resto de jugadores de la plantilla de la Bahía de Oakland.
Ahora que se acerca la recta final de la NBA, estás obligado a ver montones de mates de altos vuelos y asistencias de ensueño. Pero párate un momento en fijarte qué jugador va por fuera de lo que habitualmente llama la atención. Quítate el sombrero con ese jugador dispuesto a dejarse la piel lanzándose a por un balón o sacando una falta de ataque para crear un ataque más para su equipo. En la NBA hay estadísticas para todo. Pero si quieres ser campeón, tienes que construir tu equipo alrededor de jugadores que sólo se preocupan de la única estadística que realmente importa:
Triples desde la esquina (¿Qué?…soy parcial) Bien, en serio: son victorias. sólo victorias, pequeño.
Texto firmado: Shane Battier