Es por todos conocido que BAXI Manresa no cuenta con uno de los mayores presupuestos de la liga. Sin embargo, excepto su paso por la Leb Oro en la temporada 2017/18, ha sido un fijo en la zona media de la tabla. Y no solo eso, sino que en los últimos tiempos está coqueteando con las ocho primeras posiciones de la clasificación, lo que lleva a muchos a preguntarse cómo lo hacen. Para responder a ello, debemos empezar por el origen de todo, por la mente pensante, por la piedra angular de este proyecto. Todo el mundo conoce o debería conocer a Pedro Martínez, y Pedro Martínez es de aquellas personas que sabe lo que hace. Cuando llegó, se encontró con un bloque que había ascendido el año anterior y que en su vuelta, con Joan Peñarroya como técnico, había alcanzado la octava posición; difícil papeleta. ¿Imposible de igualar? No.

Desde aquel verano de 2019 -qué lejos queda y cuánto lo echamos de menos-, el entrenador barcelonés ha ido forjando una plantilla cuyas piezas han ido tejiendo un engranaje perfecto que traduce casi a la perfección lo que Pedro Martínez entiende como baloncesto. Disfrutar, compartir, huir de egoísmos. Mover, circular, no congestionar. Entrega, dinamismo, humildad. Las individualidades, solo para momentos muy concretos en que se hayan agotado todos los recursos. Los sistemas, las pizarras, los bloqueos y las lecturas de juego, por encima de todo. De nada sirve tener talento si detrás no hay estrategia y entrenamiento. Así, con trabajo, táctica y generosidad BAXI Manresa ha logrado situarse octavo, a falta de los partidos que Unicaja tiene pendientes. 

Las estadísticas a veces no muestran toda la realidad y cada vez se miran menos, según se dice. Pero cuando un equipo promedia más de 20 asistencias por encuentro, como mínimo te hace pensar en la buena circulación de balón y en la buena lectura que han hecho los pasadores para que sus compañeros ejecutaran. Obviamente, no son la perfección cubierta de gloria -ahí están las 15 pérdidas por encuentro-, pero a estas alturas no se le puede reprochar absolutamente nada a este grupo. Ahora, con las bajas de Frankie Ferrari y Dani Pérez, quizá haya quien crea que se ha perdido este movimiento de bola en los partidos, pero andan muy equivocados. En las últimas cuatro jornadas -dos victorias y dos derrotas- el equipo de la capital del Bages ha repartido 27, 17, 18 y 24 asistencias. Si bien Dani Pérez se había convertido en el rey del pase, otros jugadores han tomado el relevo para mantener viva la filosofía de este BAXI Manresa: Dani García acabó con 4 y Rafa Martínez con 5 ante Acunsa GBC, Mason y Eatherton han alcanzado las 5 en alguno de los partidos, etc. En resumen, la unión, como en muchas otras ocasiones se ha podido ver, hace la fuerza.

La ausencia de los bases, un duro golpe para los catalanes, ha supuesto delegar las responsabilidades en cuanto a la dirección, y nadie ha defraudado. El liderazgo anotador ha ido variando, pero Scott Eatherton sigue siendo el que más puntos anota con 14,3 de promedio. El interior americano está confirmando con creces su papel de dominador en la zona y está exhibiendo una regularidad ejemplar, pero no es la única buena noticia para los intereses manresanos. Yankuba Sima está progresando de manera exponencial y en el último encuentro se fue hasta los 21 puntos y 4 rebotes, su tope anotador en la Liga Endesa. Está siendo uno de esos casos en que el jugador aprovecha cada segundo -literalmente- que está en pista para demostrar de lo que es capaz, en detrimento de Sajus. Ha ido ganando confianza y ahora, con su físico, está empezando a sentirse más a gusto bajo los aros del Nou Congost. Y por si fuera poco, la eficiencia de Hinrichs cierra el círculo: 65% de efectividad en tiros de dos para un jugador que casi siempre cumple. De Báez, qué decir de Báez. Eterno y esencial, fuera y dentro de la cancha, a partes iguales.

La línea exterior puede tener días mejores y peores, pero los Rafa Martínez, Matt Janning, Makai Mason, Guillem Jou, o Vaulet siempre están. Son conscientes de que las bajas debilitan, pero no se han dejado vencer por las adversidades. Tirando de experiencia, de lanzamiento exterior a veces, y sobre todo de lo mencionado anteriormente: tirando de trabajo, de táctica y de generosidad. Con una mente pensante que emana confianza; con un ser omnipotente que ha logrado meter a este grupo de jugadores en la pelea por la octava plaza. Con el objetivo de la permanencia ya tachado de la lista, ¿por qué no soñar con algo más?