Cambiar los Estados Unidos por otro país suele ser difícil para jugadores con una única idea en sus cabezas de recién salidos de la Universidad, que no es otra que la de jugar en la NBA. El cambio de reglamento, las diferencias culturales, de idiomas y las formas de entrenar son una losa que puede dificultar su adaptación a un baloncesto no tan distinto pero a la vez diferente, lejos de sus familias y con la incertidumbre de no saber cómo encajarán. Evidentemente, no todos los casos son iguales pero no es descabellado pensar que todo esto es una barrera que todo jugador debe superar.

Cuando Ben Hansbrough aterrizó en Gran Canaria se le comparaba, en perfil, con jugadores sobradamente conocidos por la afición amarilla. Nombres como el Jaycee Carroll o Ryan Toolson resonaban con fuerza en boca de los aficionados para entrever qué tipo de jugador era Psycho B, aunque en ellos crecía un recelo de que ocurriese otro caso como el de Rasual Butler. El alero norteamericano se marchó del conjunto grancanario sin ni siquiera comenzar la temporada y Hansbrough contaba con dos antecedentes similares.

No obstante, Hansbrough no es el mismo jugador que se marchó de Alemania y Eslovenia, para el propio Ben fue un tema de mentalidad. Mis otras experiencias europeas no fueron buenas porque mi mentalidad no era la adecuada para afrontarlas. Por aquel entonces yo pensaba que mi sitio era la NBA y puede que no estuviera del todo centrado. Sentía que en Estados Unidos podía tener un hueco. Ahora soy más maduro, estoy más comprometido en concretar mi carrera en Europa y eso me ayuda, estoy disfrutando más. Ha sido un cambio total en mi mentalidad".

Hansbrough es un jugador especial, no es el corte de americano anotador habitual que ha tenido el Gran Canaria en los últimos años, Ben es más defensor y, sobre todo, posee un carácter totalmente diferente al de sus predecesores. Su personalidad es explosiva, eléctrica, en ocasiones le beneficia y en otras le perjudica, pero queda claro que su compromiso en la pista es total. Tiene esa capacidad de mutar de ángel a demonio en apenas segundos. Sin embargo, tiene un talento y una calidad que no escapan a la vista de nadie, es un jugador que puede marcar la diferencia durante y esa debe ser una de sus funciones vestido de amarillo.

Él mismo lo reconoce, comentando que ese carácter ganador proviene de “mi familia, mi hermano y de mi padre. Ellos me han ayudado a forjar este carácter ganador que tengo. Cuando era pequeño mi padre jugaba en un equipo de baloncesto y siempre le veía tirando a canasta durante muchas horas en el patio de mi casa, siempre ha sido un currante, un trabajador. De esa manera he conseguido mi carácter para querer ganar a toda costa, por mi padre y por mi familia, que siempre ha sido muy competitiva.

Su familia es parte importante en la vida de Hans y su hermano es uno de los mayores apoyos del jugador del Gran Canaria. Y es que Tyler Hansbrough, a día de hoy en los Toronto Raptors, está muy unido a su allegado. Ben relataba que ambos jugaron juntos en “el instituto pero al irse él (Tyler) a otra Universidad pues nos separamos durante un tiempo. La temporada pasada coincidimos en Indianápolis y eso nos ayudó a reconectar un poco nuestra relación. Jugando para los Pacers vivimos juntos, recuperamos esa química y para mí Tyler es una persona muy importante en mi vida. Hablo con él con normalidad y eso me ayuda mucho estando lejos de casa”.

Para el ex de los Pacers su llegada a Gran Canaria estuvo marcada por la diferencia táctica y de reglamento  que existe en los Estados Unidos, diciendo que lo que más me ha costado ha sido adaptarse “a los sistemas de juego que el entrenador pone en práctica y el cambio de reglamente en el sentido de mover los pies. En Estados Unidos no se pitan los pasos que aquí sí y durante los primeros partidos me sentí algo incómodo con eso. No obstante, me veo bien a mí mismo tras superar estos pequeños contratiempos, me voy adaptando definitivamente al equipo, a la ciudad a los compañeros y a los sistemas de Pedro Martínez”.

Asimismo, algo que para el escolta norteamericano es muy importante son los aficionados del Gran Canaria que, en su opinión, son "realmente increíbles. Ante Laboral Kutxa apenas oía nada durante el tercer cuarto por el ruido que hacían, el pabellón era como otro jugador nuestro y ese apoyo ayuda a ganar partidos. Me motiva muchísimo ver a toda esa gente en la grada animándonos, se les siente muy cerca y pienso que, solo por dar el máximo dándonos aliento siempre, estoy en deuda con ellos y me incentivan a dar el máximo. Es muy divertido jugar en el CID”.

Ese empujón de la grada del CID le ha ayudado en los últimos partidos, en los que Hansbrough ha ido sintiéndose cada vez más cómodo, soltándose el pelo y mostrando su verdadero potencial. La lesión de rodilla que sufrió a principio de temporada, de la que todavía se está recuperando ejercitándola a diario, le lastró su inicio de campaña. Desde su punto de vista durante la pretemporada se sintió “bien, anotando y haciendo bien las cosas para el equipo. Sin embargo, la lesión me dejó fuera de dinámica y fuera de forma. Con la recuperación y el paso de las jornadas cada vez me he ido sintiendo mejor, más cómodo y he podido demostrar todas aquellas cosas que hago bien. Estoy llegando a nivel importante de juego”.

Con su participación este jueves en la Copa del Rey Hansbrough tendrá la oportunidad de dejarse ver no solo para los equipos de Europa, sino también para los de la NBA. Esa NBA de la que salió hace no tanto tiempo y que puede llamarle a filas de nuevo, aunque Ben cree que “no es momento para hablar del futuro, no me detengo mucho en eso porque no tiene sentido. Ahora mismo estoy jugando para el Gran Canaria intentando hacer mi cometido. Cuando llegue el momento de pensar en el futuro quizás la NBA pueda darme otra oportunidad, pero no es algo que me obsesione”.

El tiempo dictaminará el camino de Ben Hansbrough, un jugador mitad héroe, mitad villano que tiene la calidad suficiente como para que un gurú de esto como Berdi Pérez se fijara en él para traerlo a Gran Canaria. Habrá que fijarse en él en esta Copa del Rey y observar sus progresos, porque de seguir en este nivel no sería raro que fuese uno de los nombres del próximo mercado de fichajes. Solo un cruce de cables puede alterar a Psycho B, y de ser así, que Dios nos pille confesados, para lo bueno y para lo malo.