Prácticamente nadie hubiera apostado a comienzo de temporada que el partido más plácido del Caja Laboral en casi seis meses de curso iba a ser ante uno de sus grandes rivales el Unicaja de Málaga. Los baskonistas vencieron por 22 puntos en un choque en el que pudieron hacer incluso más sangre, pero algunos bajones en el juego, sobre todo con Heurtel en pista, hicieron que el hundimiento del conjunto malagueño no fuera a más.
Los de Chus Mateo son un equipo a la deriva, con 9 derrotas en los 12 últimos encuentros y desde hoy fuera del playoff. Una situación muy difícil en un equipo descompuesto que no logra enderezar el rumbo. La plantilla no es precisamente la mejor de los últimos años en Málaga, muy a las claras habla la situación de que cinco de sus once jugadores convocados para el partido del Buesa Arena comenzaran el año en la liga LEB Oro.
El partido duró tres escasos minutos, minutos de errores fruto de una salida fría por parte de ambas escuadras. Después el Baskonia tuvo momentos de auténtica apisonadora, muy intensa en defensa, realizando constantes 2×1 a ocho metros del aro para forzar errores y más errores en los malagueños. Muy tiernos, faltos de agresividad el resultado se fue al final del cuarto con un 20-6.
Teletovic marcaba la pauta en el segundo acto, pero los vitorianos bajaron mucho su tensión defensiva permitiendo 26 puntos en este cuarto. Berni Rodríguez puso tensión y garra y se convirtió en el faro que daba una ligera esperanza a los costasoleños al descanso.
El reciente fichaje malagueño, Troy DeVries debutó, jugó 28 minutos y no dudó ni un solo instante en jugarse casi todos los balones que pasaban por sus manos con escaso acierto.
El rodillo volvió en el tercer cuarto. Los locales se fueron a 29 puntos –un parcial total de 21-4 con un 12-0 final- y se divertían sobre la pista. Pablo Prigioni se hizo el capo absoluto del partido, realizando un trabajo fantástico y firmando 24 puntos de valoración con tan solo 7 puntos anotados y dejando claro su liderazgo y dominio con un +32 con él en pista. Caja Laboral brillaba, -todo lo que no hizo en San Sebastián, la regularidad sigue siendo un problema para ellos- e incluso la 2-3 de los de Chus Mateo era pan comido para ellos –jugando siempre con el cuatro recibiendo en el poste alto-medio-.
Todos los baskonistas aportaban, fantástico partido de Brad Oleson, así como la siempre presencia de Mirza Teletovic o de Maciej Lampe.
El cuarto final sobró totalmente. Caja Laboral bajó los brazos dando por sentenciado el partido mientras Unicaja maquillaba lo máximo posible. Un tremendo cabreo de Dusko Ivanovic con tiempo muerto incluido hizo que el Baskonia volviera a incrementar la tensión y otra vez borrar a un enfermo Unicaja hasta los 22 puntos de diferencia final.