24 de enero del año 2000, Madison Square Garden. Los Seattle Supersonics de Gary Payton, Vin Baker, Brent Barry, o de un joven Rashard Lewis llegan a New York con una marca más que aceptable: 27 victorias y 15 derrotas. Delante, los Knicks, actuales subcampeones de la liga del lockout que se llevó San Antonio. Un equipo donde brillan jugadores como Allan Houston, Latrell Sprewell, Larry Johnson, o Marcus Camby y donde Pat Ewing apura sus últimos destellos como profesional.
Los Sonics saltan a la emblemática cancha con la idea de llevarse a Seattle el partido, pero algo sucede a finales del primer cuarto. Exactamente, a 1:27 para acabar ese período, Gary Payton, santo y seña del equipo, reclama con vehemencia una posible falta de Chris Childs, falta que no se señala. A continuación, sí que se señala una falta suya sobre Sprewell. Payton se queja de forma ostensible y le cae la primera técnica, señalada por el árbitro Ted Bernhardt. El base se gira hacia el árbitro y le pregunta de malos modos: ¿Tienes algo contra mí?, el árbitro va hacia el medio campo mientras Spree lanza sus libres. ¿Tienes algo contra mí, o qué?, le repite Payton. El árbitro ignora al base, mientras éste comienza a hacer gestos con la cabeza mientras le observa. Pocos segundos después, Bernhardt hace sonar su silbato y señala una nueva técnica. Payton se va a la ducha.
Cuando algo así sucede, lo más normal es que un equipo se venga abajo. Tu base titular y pieza angular del equipo acaba de ser expulsado, tu segundo base se llama Emmanuel Davis, es un buen defensor, pero no te ofrece demasiadas garantías para el juego ofensivo; y tu tercer base no acumula más que 3 puntos de tope en un partido en sus 2 años de experiencia NBA. Decisión difícil para el entonces entrenador de los Sonics, Paul Westphal. Sin embargo, ese tercer base se destapó.
Como habrán adivinado, el base del que hablamos no es otro que Shammond Williams, el actual director de juego del Pamesa Valencia, que por entonces trataba de hacerse un hueco en la NBA. El bueno de Shammond, que con 24 años y en su segunda temporada en la NBA, no había tenido demasiadas oportunidades hasta entonces a la sombra de Payton. Sus apariciones no pasaban nunca los 10 minutos por partido, y las dos veces que lo hicieron, contra los Lakers y contra los Celtics, se habían saldado con unos porcentajes de tiro para olvidar. Ese día el reto era más complicado si cabe, pues Payton no podría volver para solucionarlo.
En declaraciones en exclusiva a Solobasket.com, Shammond recordaba ese día tan especial: Es un partido que siempre recordaré en mi carrera. Era mi segundo año en la NBA, y la verdad es que no jugaba demasiado, así que cuando dejaron fuera a Payton, (Paul) Westphal miró hacia el banquillo, me escogió y yo traté de responder.
Y Shammond respondió. En los 30 minutos que estuvo en cancha, anotó 9 de los 14 tiros de campo que intentó, con 2 de 3 en triples, y con 2 de 3 también en lanzamientos desde la línea de personal. A estos porcentajes se unieron 5 asistencias, 2 rebotes y 4 pérdidas de balón. Tienes que entender que era un partido muy especial para mí, habiendo nacido en New York (más concretamente en el Bronx), jugar en el Madison Square Garden y encima poder hacerlo de esa forma, reconoce.
Me ha gustado la forma en la que nuestros jóvenes han reaccionado, afirmaba después del partido Payton. Si hubiésemos jugado así en Boston y Toronto, perder este partido no hubiese sido tan importante. Dentro del vestuario, Payton, dolido por su expulsión, tampoco tuvo grandes palabras para Shammond: Realmente no me dijo demasiado tras aquel partido, ya sabes como era su carácter. Simplemente dijo buen partido y todo siguió adelante. Los Sonics habían caído derrotados días antes en ambas salidas de forma contundente.
Especialmente fino estuvo Shammond en el tercer cuarto, donde anotó 10 puntos y dejó el marcador con 1 arriba para su equipo. Sin embargo, esto no fue suficiente para ganar. La buena labor de Allan Houston (27 puntos), Latrell Sprewell (24 puntos) y del veterano Pat Ewing (18 puntos) sirvieron para dejar la victoria en casa por 112 a 106.
Fue un partido que significó un cambio, porque Westphal me dio incluso la titularidad en algunos partidos y tuvo más confianza en mí. Dos días después, ya de vuelta en Seattle, aprovecharía la baja de Brent Barry para disputar 37 minutos saliendo desde el banquillo contra los Nets de Marbury y Van Horn, anotando 18 puntos clave para volver a la senda de las victorias. Así como en la victoria unos días más tarde en Utah con 16 puntos más. Esa misma temporada, fue alternando partidos con mucho protagonismo con otros en los que pasaba desapercibido. A destacar la visita a los Lakers, donde recién cumplidos los 25 años, Shammond anotó 28 puntos en sólo 24 minutos. Esta espectacular actuación se vio recompensada y Westphal le dio la titularidad en los últimos 5 partidos de la Regular Season, en los cuales destacó especialmente en el último, donde anotaba 17 puntos y daba 10 asistencias ante unos desahuciados Clippers.
Como seguro que estos datos les resultan tan curiosos como a mí, esa misma noche del Madison Square Garden, los Chicago Bulls post Jordan vencieron a los Indiana Pacers por 83 a 82 con 28 puntos de Elton Brand y 17 de Ron Artest, acumulando un record de 8 victorias y 30 derrotas. En otro partido, unos potentes Portland Trail Blazers vencían por 101-87 a New Jersey Nets con un quinteto de ensueño formado por Damon Stoudemire Steve Smith Scottie Pippen Rasheed Wallace y Arvydas Sabonis, con aportaciones desde el banquillo de los Grant, Wells o Schrempf. También jugaron los Lakers de Kobe, Shaq y Glen Rice, que perdieron contra los Jazz de John Stockton (15 asistencias) y Karl Malone (31 puntos) por 105 a 101.
Artículo realizado con la colaboración de José Manuel García Ribas e Ignacio Fernández Admetlla