La Liga ACB siempre ha sido una liga muy competitiva que ha atraído a jugadores de todo el mundo a recorrer sus pabellones y disfrutar con los miles de aficionados. Una liga de la cual han salido grandes equipos que se han coronado a nivel europeo. Compartiendo la cima con Italia, ambos países son los más ganadores de la Euroliga, con trece cada uno, a lo que los españoles suman dieciséis subcampeonatos contra trece de los italianos. Por todo ello, se puede decir que la liga ACB tiene un gran peso continental. Sin embargo, con el correr de los años, la presencia de extranjeros en nuestra liga tiende a aumentar, llegando a representar una cifra cercana al 70% del total de los jugadores.

Ante esta situación surgen diversas preguntas ¿Quién es el responsable de esta ocupación de extranjeros en nuestra liga? ¿Qué factores marcan esta tendencia? Y la más importante, ¿Qué debemos hacer para que se vuelva a confiar en el talento de nuestros jugadores?
En este contexto, la normativa ACB sobre los cupos no favorece el fogueo de los nuestros. Establece que las plantillas deben contar con un mínimo de cuatro jugadores de formación, un máximo de dos extracomunitarios y el resto de FIBA Europa. Los jugadores de formación son aquellos jugadores nacidos en países de la Unión Europea o países con convenio que, entre su primer año de cadete y su primer año de sénior, hayan estado inscritos con cualquier club afiliado a la F.E.B. en un período, continuado o no, de tres temporadas. Es decir, que no es necesario que sean españoles para cumplir este requisito. Esta normativa, que en teoría buscaba favorecer a los jóvenes y a los españoles, no ha logrado ninguno de sus objetivos, ya que permite que un equipo esté compuesto por 12 jugadores no españoles y esté cumpliendo la normativa.

Una muestra de esto es el Kirolbet Baskonia. El conjunto vasco, a falta de cerrar su plantilla, cuenta con 3 jugadores de formación: Ilimane Diop, Tornike Shengelia y Jayson Granger. El primero, formado en el Baskonia, nació en Senegal, pero cuenta con la ciudadanía española. En los otros dos casos, tanto el georgiano como el uruguayo son formados aquí, en Valencia Básket y Movistar Estudiantes respectivamente. Ninguno de los dos cuenta con la documentación española, pero al estar formados en un club español ya entran dentro de la categoría “Jugadores de formación”. Probablemente el Baskonia complete el cupo restante con un español que no verá muchos minutos en la temporada, como fue el caso de Iván Martínez la última campaña.

Es por esto que la normativa falla, aunque también hay responsabilidad de los clubes en este aspecto, como se ve reflejado en los fichajes y las renovaciones que se han realizado esta temporada donde claramente salen perjudicados nuestros jugadores.
Hasta el momento se han realizado 86 fichajes, de los cuales únicamente 13 son nacidos en España, lo que representa un 14,2%. Con respecto a las renovaciones, son 40 los contratos que se han prolongado y solo 14 corresponden a jugadores de aquí, un 35%. Estos datos son estremecedores y muestran que la apuesta de los clubes por jugadores de la casa cada vez es menor y que los equipos que buscan trabajar bien en las inferiores para luego promover a sus jóvenes cada vez son más escasos.
A la hora de analizar datos, también destacan los casos del Tecnyconta Zaragoza y el BAXI Manresa. Los maños han realizado diez fichajes durante esta postemporada y solo tres de ellos son españoles. Un equipo que acabó consiguiendo la salvación (gracias a un extranjero, Gary Neal) y que busca cambiar su proyecto para aspirar a más. Por el lado de los catalanes, la no renovación de Lluís Costa y Jordi Trías, sumadas a la de Nacho Martín, hablan por sí solas. Tanto Costa como Trías manifestaron en redes sociales que el Manresa les había comunicado que no contaba con ellos para la próxima temporada. Una vez más, un equipo que antepone el talento extranjero al nacional.
Otro dato que llama la atención es que en los mejores quintetos de la liga ACB de los últimos tres años solo hay tres jugadores españoles: Sergio Llull, el Chacho Rodríguez y Álex Mumbrú. Es decir, que no solo cada vez hay menos españoles, sino que los extranjeros que vienen son las estrellas de sus equipos. En la temporada 2017-2018, el mejor quinteto no incluye a ningún jugador español.

Se deberá reflexionar sobre como esto, si sigue en aumento, afectará a nuestro deporte. Ese que siempre fue caracterizado por sus grandes jugadores y excelente trabajo formativo. De continuar así, terminaremos asistiendo a una fuga de cerebros, o, mejor dicho, de jugadores de baloncesto.