Sergio Rodríguez y Ricky Rubio son dos de los bases con mayor talento que ha dado el basket español. Dos auténticos genios cuyas carreras han sufrido muchos altibajas, pasando de la crítica al elogio sucesivamente. En este momento de sus carreras, su situación es completamente contrapuesta; Sergio Rodríguez vive en una nube, encumbrado como una de las máximas atracciones del basket europeo. Por contra, parece que la Rickymania ha llegado a su fin en la NBA y crecen las críticas sobre sus escaso acierto de cara al aro.

Tras colgarse la medalla de oro en el Mundobasket de 2006, Sergio Rodríguez se embarcó en una aventura americana que acabó de forma prematura, saliendo de la NBA por la puerta de atrás en 2010. En su regreso a España, concretamente al Real Madrid, su rendimiento no fue especialmente bueno. Parece que los años en la NBA acabaron con su magia, su chispa. Solo su explosión en el playoff por el título de 2012 le salvó de salir del club blanco (se especuló con el Bilbao Basket como destino). Una explosión que no fue un simple fogonazo. La magia reapareción y desde entonces El Chacho nos deja con la boca abierta semana si semana también. En plena efervescencia del "Chachismo", Canal Plus ha dado a conocer una encuesta realizada entre los Directores Deportivos de los distintos clubes que participan en la presente edición de la Euroliga sobre su favorito para ser nombrado MVP de esta competición y ese no es otro más que Sergio Rodríguez, escoltado por Mirotic y Rudy Fernández.

La cruz la encontramos en Ricky Rubio. Su desacierto de cara al aro, acentuado en los últimos cuartos de los encuentros, está llevando a que su idilio con la prensa especializada haya finalizado y que las críticas, directas a la mandíbula, arrecien de forma inmisericorde. Y Ricky comienza a dar las primeras señales de alarma: “Es baloncesto y me gusta, pero no me estoy divirtiendo como solía hacerlo. Soy profesional, pero quiero divertirme (…). No me siento cómodo, no soy el de antes" manifestó en declaraciones para Associated Press y recogidas en nuestro país por el diario El Pais… Realmente preocupante.