La capital del Bages y de las historias épicas, la de Creus y Casimiro, la del castigo en LEB y la del más puro de los baloncestos volvía a disfrutar del duelo catalán, de ver al todopoderoso jugarse los cuartos en la pequeña, pero ruidosa y complicada caja del Nou Congost. Un clásico de esos que nunca mueren, que se reengancha a nuestra Liga. ¡Qué bueno que volviste Baxi Manresa! 

Para esa reentrada en casa, después ya de la primera victoria, se venía el derbi mayor. El que le enfrenta al todopoderoso Barça Lassa, un partido al que los de Penarroya querían mirar de cara. Sin embargo, el poco acierto en el tiro exterior  (5/20) y el escaso equilibrio en el juego penaban a los manresanos. El asesino silencioso Kuric y Capitán Tomic ponían prontas ventajas de dos dígitos después de tan sólo cuatro minutos de juego (4-14). El croata, sacando faltas y finalizando con la mano que le da la gana hacía 11 puntos y cuatro rebotes al descanso para ejercer de nuevo faro culé.

Sólo el estonio Vene parecía aguantar el chaparrón de amarillo chillón que se venía en máxima ventaja con una bandejita de Heurtel (18-35 min. 16) aunque de ahí a la parada larga entre áquel y Pere Tomàs le dieran motivos para gritar a la ya siempre gritona afición manresana. Un par de triples del balear hacían enfadar a Pesic y dejaban la cosa menos complicada de lo que se preveía (37-47).

Comenzaba la segunda parte con 0-4 de parcial amarillo, hasta que Tomás hacía su tercer triple. El rebote en ataque del Barça sangraba cualquier idea de remontada por mucho que Renfroe se empeñara. Después de cinco minutos, el parcial del cuarto se mantenía igualado, auspiciado por la energía del Nou Congost por el lado rojo y la clase de los de la capital. Seraphin jugaba de nuevo después de su chapa del primer cuarto para conceder una falta y permitir un -7 manresano. Perdía balones a mansalva el yoyo de Heurtel y Lalanne lo aprovechaba con un triple y ponía el partido en dos posesiones (56-60). Algo que llevaba a la mínima expresión Gintvainis para, de repente, en un suspiro lleno de puro Bages, Baxi Manresa redujera aquella máxima ventaja de paseo blaugrana. Finalizaba el tercer cuarto en 59-60 y un problemón se le venía al Barça Lassa.

Un triple de Blazic y un 2+1 de Oriola daban aire al visitante cuando más le dolían los oídos (59-66 min. 32). Con pies parados Oriola castigaba las rotaciones defensivas para clavar otro triple y estirar aún más la cosa. El ruído era menor para los visitantes y recuperar los diez de ventaja. La poca mano y el menor extra pass de Manresa hacía que delante capitán Tomic estirase aún más la ventaja. Con Pangos y Heurtel para jugarse los cuartos de los últimos cinco minutos y Kuric para rematar, la energía y el tamaño de la plantilla local se resentía. Si además tienes un cuatro abierto de la clase de Singleton, los trece putnos de ventaja de un triple suyo hacían de la enésima recuperación local una quimera. Otro triple de Heurtel y un split de Pangos dejaban todo ya finiquitado para cazar fantasmas y asegurar la segunda blaugrana (73-88 min. 38). Un triple postrero de Vene dejaba el resultado final en 78-88 y el parcial de la segunda parte empatado. 

Se acababa el derbi con la ventaja del talento sobre el corazón y se repetían los cuentos de los presupuestos que se permiten dejar jugadores sin jugar para asomarse al liderato de la Liga Endesa ante la rentrée del Nou Congost entre la élite del basket español. Bienvenidos sean. Ellos, Manresa y su afición. Y es que, por suerte, los clásicos nunca mueren.