"Sobresaliente". Y a continuación, Aíto insistía: "brillante". Con estas palabras calificaba el técnico una victoria ante la creciente adversidad. Y es que del mes pasado a esta misma semana no dejaba de visitar la enfermería entre las lesiones de Sastre y Landry y el resto de molestias físicas repartidas por buena parte del equipo. En éstas, con opciones para el asalto de la séptima y octava plazas de clasificación, llegaba un Herbalife Gran Canaria que también carga con sus propias bajas.
El quinteto de urgencia de Cajasol arrancó a tirones. Una formación exterior improvisada en el trío Radicevic–Satoransky–Bamforth -este último, también tocado- que sufrió ante la intensidad de los canarios, perdió balones y permitió a Bellas adelantar en un abrir y cerrar de ojos a su equipo. Aunque tarde, el recurso funcionó, y pronto se escapó Radicevic de sus marcajes y los interiores visitantes. Mientras, el juego de pies de Balvin devolvía a Tavares al banquillo. Empeñados en el tiro de tres, pero faltos de puntería, Gran Canaria aguantó dominando el rebote ofensivo sin lograr llevar esta superioridad al marcador, y mientras Cajasol fue a lo suyo (16-10).
Con el segundo cuarto la situación se volvió preocupante para el Herbalife Gran Canaria. Hernangómez volvió a escaparse de Tavares y un triple de Burjanadze impuso la diferencia de once puntos (21-10). Empeñados sin puntería en la línea de 6.75, los visitantes permitieron a los locales recomponerse, ordenar filas dentro de la pintura, robar balones y desarrollar su juego en carrera. Fue la mejor forma de curar sus heridas. Entraron los tiros de calidad de Radicevic y la bandeja de Mata para desdicha canaria. Al remolque de una entrada puntual de Oliver y un tiro de Hansbrough, sólo una vez buscó Báez la fortuna bajo el aro antes del descanso. Nacho Martín no había cruzado la línea del perímetro y Tavares no respondía. Los hombres de Pedro Martínez habían tirado más de tres que de dos, y la fortuna los castigaba al final del segundo cuarto (34-19).
Con el tercer cuarto, los visitantes apretaron y recuperaron acierto exterior. Los triples de Bellas y Newley reavivaron la lucha y provocaron al fin los nervios en sus rivales. La alegría desaforada de la primera parte se torció para los tiros forzados del equipo local, con provecho visitante antes de que Hernangómez matara sus desajustes interiores. No cesó el abordaje, con dos nuevos triples de Nacho Martín y Newley a los que contestó Burjanadze dos veces libre de defensa y un voluntarioso Bamforth sobre la bocina (52-44). El bombardeo canario (18-25 este parcial), en cualquier caso, había funcionado.
Un triple, otra vez de Bamforth, devolvió el aliento a Cajasol. La voluntad visitante siguió arremetiendo, una vez y otra, imparable en sus entradas a canasta mientras su rival peleaba por no tropezar, y poco a poco fue cediendo la ventaja cajista (56-52). Mientras los de Aíto intentaban poner orden sus propias manos, Mata volvió a coger aire con un 2+1. Cajasol se cerró atrás y esperó. Aguantó en la pintura y justo en ese momento, olvidada ya la primera parte y concienciado de que no bastaría con apurar las rentas, resuelto a llevarse la victoria o cederla sobre la pista, recuperó el equipo sevillano esa defensa que muerde y quema al contrataque, y contra esta defensa se estrelló el Gran Canaria. Primero fue Mata, con un gancho, y lo siguió Satoransky, para que el aro visitante siguiera temblando a dos minutos del final (69-57). Bellas anotó su tercer triple, pero ya nada podía detener a un Cajasol que insiste en conquistar una plaza de Playoff.