Partido importantísimo para seguir definiendo los puestos de la zona baja el que tocaba en el WiZink Center. Se veían las caras en un partido crucial los dos equipos menos en forma de la competición. Por un lado, un Movistar Estudiantes que acarrea una racha de 9 derrotas en los últimos 10 partidos y, por el otro, Monbús Obradoiro que cuenta sus 7 partidos previos como derrotas.

Ambientazo el del WiZink Center en la mañana de domingo, con los locales sumando un puntito más desde el comienzo gracias al apoyo del público en cada jugada. Además, volvía Darío Brizuela de la lesión –con certeza, antes de tiempo- para echar una mano en un día importantísimo en la lucha por la salvación.

Con todos estos ingredientes se producía el salto inicial y ya se apreciaban los primeros movimientos de la partida de ajedrez. Cook marcaba a Vasileiadis para descargar a Gentile de trabajo defensivo, y la apuesta le saldría bien a Berrocal que veía como el italiano se hinchaba a puntos desde muy pronto. La cuarta canasta suya, que llegaba en forma de bandeja, obligaba a Moncho Fernández a pedir tiempo muerto ante la sangría defensiva de los gallegos (12-3, min. 5). Se quedaba mirando a la grada el alero, una grada que no pararía en ningún momento conocedora de la situación grave de los colegiales. Por su parte Obradoiro no estaba en el partido, Vasileiadis y Simons estaban erráticos y Brodziansky no aparecía en la pintura. Los que sí acertaban eran Caner-Medley y Clavell que ampliaban la ventaja hasta llegar a un resultado de 24-13 tras diez minutos.

Los gallegos, definitivamente no estaban encontrándose en ataque, mucho menos en el triple, su arma más utilizada, donde se quedaban en un triste 2/9 en el primer cuarto. Dos lanzamientos de Andreas Obst desde el perímetro volvían a dar vida a los suyos tanto en sensaciones como en el marcador. Se acercaban los coruñeses coincidiendo con el despertar de Brodziansky. El joven interior empezaba a imponer su ley en la zona, completando él mismo un parcial de 14-6 que dejaba la diferencia en tan solo tres puntos (35-32, min. 18). Los de Berrocal dejaban chispazos de juego colectivo y buen movimiento de balón pero al final era Gentile el que sacaba de más de un aprieto a los suyos. Se marcharía al descanso con 15 puntos en el bolsillo pero permitiendo una bandeja fácil de Singler en el último segundo. Pura rabia la del italiano que tiraba una de las protecciones del fondo tras la acción. Nos íbamos con un apretado 42-39 a favor de los locales.

No cambiaría en exceso el guión del partido tras la reanudación. Un Gentile inconmensurable en ataque al que se le veían las costuras en defensa era bien aprovechado por Moncho: Siete puntos consecutivos de Singler sobre su par incordiaban a una defensa estudiantil mucho más activa que en los partidos anteriores (53-48, min. 25). Se empezaba a convivir con una mezcla de nerviosismo y tensión dentro del WiZink Center mientras se miraba de reojo el partido del Palau en el que caía Delteco. El Estu mandaba en el resultado, aunque por no más de cinco puntos, y esos dos resultados provisionales les daba provisionalmente la salvación. Un triple de Vicedo tras un buen pase de Lampropoulos seguía sumando para los locales hasta que, a falta de dos minutos, se impondría la Ley de Kostas. El griego sería el principal artífice de un parcial de 11-2 –cerrándolo con un triple imposible sobre la bocina- que dejaría a los suyos dos puntos por encima (63-65) con 10 minutos por jugar.

Afrontaba con muchos nervios la vuelta a la cancha Estudiantes, atascándose en los primeros ataques y siendo, por enésima vez, Alessandro Gentile el que descargara a los suyos dándoles un poco de vida en campo ofensivo. Vasileiadis regalaba una antideportiva que Cook aprovechaba de buena manera pero que era bien contrarrestada por Brodziansky bajo los aros. Llegados al ecuador, Gentile dejaba a Singler en el banquillo tras forzar la quinta falta del americano. Moncho Fernández se quedaba sin uno de sus puntales en ataque hoy -14 puntos- con cinco minutos aún por disputar. La victoria pendía de un hilo y por si no era suficiente, Whittington y Brizuela –con un potente mate a dos manos- ponían las tablas en el marcador por dos veces. Sería el propio escolta vasco en su vuelta a las canchas el que devolvería la ventaja a los de Berrocal con una gran bandeja a falta de 1:11 (78-76). Estallaría de emoción el Palacio cuando, de nuevo, Darío Brizuela anotaba un triple monumental dejando 37 segundos por jugar. La ventaja era de cinco puntos y se desataba una fiesta en la grada hasta que Gentile cometía su quinta falta. Se entraría en la incómoda pugna desde la línea de tiros libres con Brizuela anotando lo que le tocaba y Obradoiro, con Brodziansky metiendo un gancho espectacular, metiendo miedo. No se volvería a mover el marcador, con un Brizuela jugando a futbol americano y sellando la permanencia de Movistar Estudiantes para la próxima temporada. El resultado final, 83-80, deja a Obradoiro dependiendo de ellos mismos la última jornada para seguir siendo equipo de Liga Endesa.