"Creo que algún día puede liderar la NBA en anotación, cuenta con la misma capacidad ofensiva que Carmelo Anthony" (Doc Rivers).

Michael Beasley cree en su rehabilitación para el baloncesto. Está convencido en que ahora se encuentra en el buen camino, en una franquicia que atraviesa por un momento favorable para las oportunidades. Así se manifiesta en una entrevista concedida a Marc J.Spears, columnista de yahoo.com. B-Easy reniega de su condición de bestia:

"Sé que el público me ve como un monstruo. Es como me han pintado los medios. Pero no me importa la percepción que tienen estos sobre mí . En estos momentos estoy haciendo lo que tengo que hacer: primero, ayudar a mi equipo; luego, a mí mismo".

B-Crazy

Beasley ha utilizado el método prueba-error para aprender en la vida, pero hasta la fecha no le ha funcionado. Cada vez se ha complicado más el tener acceso a estar entre los mejores jugadores de la competición.  Ahora mismo considera que ha entrado en un proceso de maceración, que está en el buen camino.

La figura de un ‘angel de la guarda’ es habitual en muchos casos de reconversión hacia el buen camino. John Lucas ha jugado un papel muy importante en muchos deportistas desde su centro de rehabilitación con base en Houston. En el caso de Beasley esta función la desempeña la ex estrella de la NBA, Norman Nixon. "Norm significa mucho más en mi vida de lo que pueda imaginar. Tiene el control de mi vida". De hecho ha sido una pieza clave para que el díscolo jugador haya acabado fichando por los Suns. El tutor habla de su comportamiento pasado como si de un niño se tratara: "Se escondía de mí como si fuera un niño cada vez que cometía un error". Ahora Beasley parece que realmente ha crecido bajo el amparo de su tutor.

"Quiero a alguien que me entrene"

El entrenador de Phoenix, Alvin Gentry habla de ese interés por mejorar mostrado por el jugador, que puede también ser entendido como una llamada de socorro: "El chico vino limpio y pensé que igualmente importante que esto era que él quería ser un buen jugador". Un gesto claro y seco: "Quiero a alguien que me entrene".

Evidentemente, Beasley busca algo más que un entrenador y parece que la organización de los Suns se lo ofrece. El propio jugador se ha referido al interés y calidez mostrada por el General Manager. Lance Blanks, cuando se reunió con él. Fueron a ver partidos de los Diamondbanks (béisbol) y Phoenix Mercury, y rara vez hablaron de baloncesto. El ex de los T-Wolves lo compara con la frialdad del despacho de Pat Riley, lugar en el que se reunía periodicamente con él.

Nos quedamos con las palabras de su General Manager con las que suponemos que no está justificando su apuesta arriesgada: "Sus decisiones en el pasado no fueron sus mejores pero sus condiciones, su materia prima, ese alma que se desprende de un hombre moldeable, impresionan".

Parece que hay ganas de trabajar, que quiere un coach que le comprenda y que definitivamente va a poner de su parte para ayudar y ayudarse. La autodestrucción no está tan lejos como parece. Ya conocemos muchos casos. En la voluntad por mejorar reside el escape de una dinámica nada positiva.

Inicios muy prometedores

Beasley llegaba a la NCAA en el 2007 como número 1 del país en el ranking que elabora rivals.com. En Kansas State fue uno de los dominadores en su único año amateur: 26.2 puntos por partido y 12.4 rebotes. Era uno de los mejores freshman en la historia de la NCAA  en la combinación de ambas categorías estadísticas. Aterrizaba al draft bajo la condición de All American aunque con truco: Sus 2.08 sin zapatillas encogían hasta los 2.01. Pese a su potencia física, debía reconvertirse en un alero bajo si quería hacerse un hueco en la exigente NBA.

Esa cabecita…

Miami Heat le eligiría en segunda posición del draft del 2008 (por detrás de Derrick Rose y por delante de O.J. Mayo). La franquicia estaba en plena fase de reconstrucción tras el anillo del 2006 y necesitaba de un ilusionante nombre para acompañar a Dwyane Wade. Su impacto no estuvo a la altura de lo que se le debía exigir y se iniciaba pronto el debate sobre su verdadero rol. Sus otros problemas empezaban antes de la temporada cuando era amonestado por consumo de marihuana junto con Darrell Arthur y Mario Chalmers durante una convención para, paradójicamente, ‘educar’ a los novatos. El ex wildcat tuvo que entrar en una clínica de rehabilitación y pagar una multa de 50.000 dólares por negarse en primera instancia a reconocer su error. Beasley, demás, hizo apología del consumo de esta droga en unas fotografías colgadas en Twitter. Cachorro indomable.

Dos cursos fueron suficientes en Miami para darse cuenta de que no era alguien en quien confiar. Al menos, en esta etapa de su vida. Minnesota Timberwolves se quedó con el jugador a cambio de dinero y un par de segundas rondas del draft. En Minnesota elevó su producción anotadora hasta 19 puntos por partido, pero su actitud en la cancha no era la idónea y, además, volvió a incurrir en otro episodio extradeportivo en el que mezclo drogas y velocidad. En Julio del 2011, Beasley fue cazado por la policía de Minneapolis por ir a más de 130 km/h por el centro de la ciudad. En el registro, además, le incautaron 16 gramos de marihuana. La temporada pasada perdió todo el crédito posible así como la titularidad y acabó su andadura en los Wolves con unos registros de 11.5 puntos y 4.4 rebotes, los peores en sus cuatro temporadas como profesional.

¿Redención a la vista?

A los Suns se les ha acusado últimamente de su poco ‘tacto’ a la hora del recruit de algunos jugadores como Turkoglu, Childress y Robin López (draft), entre otros. A pesar de ello, es un buen momento para ‘lanzar la caña’ y ver qué tipo de pieza han pescado a razón de 18 millones de dólares por tres temporadas (aunque el último año no está garantizado). Ya hemos visto su lado humano. En lo depotivo, de momento, buenas sensaciones se desprenden de su último partido de pretemporada en el que produjo 29 puntos (3/3 en triples) y 10 rebotes en la victoria contra los Nuggets. Los Suns son candidatos a no equipo de playoffs, pero Beasley puede ser determinante para que su equipo esté, al menos, en la lucha, y no se desprenda de ella a las primeras de cambio.

Lo ha dicho el propio jugador: Lo de ayudar primero al equipo y después a él.