Elaborar una lista con los mejores jugadores de la historia es tarea ardua y, probablemente, muy polémica. Es muy complicado contar al 100% con una objetividad súper estricta, y nuestro subconsciente siempre hará que nuestros gustos guíen nuestras elecciones, aunque tratemos de evitarlo. Pero como todo, cuanto más se reduce el campo a estudiar más se simplifica la hipótesis y la posterior ejecución de la demostración. Lo que nos ha llevado a analizar cada franquicia de manera individualizada, creando un serial con los 30 mejores jugadores de la historia de cada una de las franquicias. Y hoy, es el turno de los Minnesota Timberwolves y Kevin Garnett, que lideró al equipo norteño durante 14 temporadas.
EL RESUMEN DE SU CARRERA
Garnett es uno de los jugadores que ha marcado las dos últimas décadas. Con una personalidad un poco irascible, Garnett fue un jugador con un físico del siglo XXI que además tenía un gran talento. Siempre comparado con jugadores de su mismo rango de edad, Garnett siempre ha estado un poco por debajo de Kobe, Duncan o Nowitzki, no solo por condiciones, sino también por la falta de éxito colectivo que siempre le acompañó en su larga etapa en Minnesota.
Garnett ya fue noticia desde que llegó a la NBA. Hacía décadas que un jugador no se decidía dar el salto a la NBA desde el instituto, sin pasar por la universidad. Garnett lo tuvo claro en 1995, draft en el que fue elegido en la quinta posición. El ala-pívot inauguró una tendencia que fue seguida de forma masiva en años posteriores, con otros grandes éxitos como Kobe Bryant, Tracy McGrady o LeBron James, pero muchos más fracasos, como Kwame Brown, Jonathan Bender o Eddy Curry.
A pesar del tremendo salto que supuso el paso del instituto a la mejor liga del mundo, Garnett demostró desde el primer año que estaba hecho de otra pasta. En su tercera temporada ya era el máximo anotador del equipo y desde la segunda llevó a los Wolves a los playoffs durante ocho temporadas consecutivas. Sin embargo, solo en la última de ellas consiguieron superar la primera ronda, en 2004. En las Finales de Conferencia, con factor cancha a favor, no pudieron con unos Lakers en los que Karl Malone, a sus casi 40 años, consiguió minimizar la producción del MVP de aquella temporada.
Parecía que el éxito por fin había llegado al norte para quedarse, pero no fue así. En las tres siguientes temporadas, los Wolves de Kevin Garnett no consiguieron clasificarse para playoffs, lo que llevó a la estrella a solicitar un traspaso. Había dado mucho más a Minnesota que lo que Minnesota le había dado a él. Boston fue su siguiente destino.
Las seis temporadas que Garnett jugó en los Celtics fueron mucho peores estadísticamente, pero muy satisfactorias en lo colectivo. En un equipo que se sentía como una familia, Garnett ganó un anillo y se quedó a las puertas de otro. Dos finales contra los Lakers, donde se las tuvo con otro de sus gran rivales durante toda su carrera, un Pau Gasol con el que pudo la primera vez, pero no la segunda.
Garnett estiró su carrera y recaló en Brooklyn, donde un equipo demasiado veterano y con expectativas exageradas fue arrasado por los Heat de LeBron. Un último año y medio con pocos minutos en su querida Minnesota sirvió para poner punto final a su carrera.
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¿POR QUÉ ES EL MEJOR JUGADOR DE LA HISTORIA DE LA FRANQUICIA?
Garnett es el líder histórico de los Wolves en partidos (970), puntos (19201), rebotes (10718), asistencias (4216), tapones (1590) y robos (1315), es decir, en todos los apartados estadísticos de los Timberwolves, a excepción de los triples. Además, es el único Wolf en ser MVP, en la temporada 2003/2004.
Garnett siempre se ha asociado a un equipo con uno de los peores récords de la liga, un equipo tradicionalmente perdedor, que por varias razones nunca ha protagonizado noticias destacadas.
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COMPLETAMOS EL PODIO DE LEYENDAS DEL EQUIPO
Minnesota no es un lugar donde hayan recalado demasiadas estrellas a lo largo de la historia y algunas de ellas, como Jimmy Butler, estuvieron muy poco tiempo en el helado norte. Pero sí ha habido jugadores que, en equipos perdedores, han conseguido hacer grandes números, aunque siempre bajo la sospecha de estar inflados y no ser decisivos en el devenir del equipo.
Kevin Love estuvo durante seis temporadas en Minnesota, donde no consiguió pisar los playoffs. Tuvo temporadas estadísticamente escandalosas, como la 2013/2014, en la que 23,1 puntos y 12,5 rebotes. Un gran rendimiento y conexión con Ricky Rubio, que no consiguió traducirse en temporadas exitosas para los Timberwolves.
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Karl-Anthony Towns es el tercer mejor jugador de la historia del equipo. Grandes números y dos veces All-Star en sus cinco años de carrera NBA hasta el momento, es un jugador con un gran talento, pero siempre bajo sospecha. Una cierta debilidad de carácter y conformismo le ponen por debajo de las estrellas jóvenes del momento. Veremos si la llegada de su amigo D’Angelo Russell consigue activar a este jugadorazo y llevar a los Wolves a las cotas a las Garnett no pudo.
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