Por segunda vez en los últimos dos meses, la NBA ha multado a Rudy Fernández por culpa de las palabras de su agente en relación a sus deseos de salir de Portland. Si en aquella ocasión fue multado con 25.000 dólares por dejar entrever que no se presentaría a la pretemporada, esta vez han sido 50.000 $ por lo que se ha considerado como "comentarios perjudiciales para la liga".

Todo comenzó el pasado día 2, cuando el periodista Jason Quick publicaba un artículo en OregonLive donde hablaba acerca de las posibilidades que tenía el escolta de cara a la próxima temporada bajo las órdenes de Nate McMillan. Entre otras cosas, alababa la actitud demostrada durante los primeros entrenamietnos con el equipo y el uso que podía darle el entrenador. También como es inevitable, hablaba del proceso por el que atraviesa y recordaba una verdad que, aunque duela, es incontrovertible: Portland tiene la sartén por el mango.

A grandes rasgos, aquello de que el jugador firmó en su día un contrato que ahora tiene que cumplir. Como es lógico. Sin embargo, lo que molestó en el entorno de Rudy fueron las formas de Quick, que recurrió a la acidez (ese recurso tan habitual entre los columnistas estadounidenses pero que tanto tacto requiere) para jactarse del comportamiento del jugador durante los últimos meses. Exhortaba a Rudy a dejar de llorar como un bebé.

Como es obvio, esas formas (en un artículo por lo demás acertado) molestaron. Leído el artículo, el agente del jugador, Gerard Darnés, aceptó participar en el programa de radio Morning Sports Page (aquí el audio) para criticar a Quick y reiterar los deseos del jugador de abandonar la franquicia de Oregon. "Rudy quiere irse a casa. Su situación personal ha empeorado. Es un cambio que se ha producido en los últimos cuatro meses. Hay cosas que no puedo decir públicamente, situaciones personales, que han empeorado".

De nuevo, repetía que el escolta balear no tiene ningún problema con la afición ni con sus compañeros, y que el dinero no juega un papel importante en su intención de volver a España. Aludió a la "timidez" y el carácter "especial" de Rudy para explicar sus problemas. Nada fuera de tono y, por tanto, sin razones para pensar que pudiera haber algún problema. Sin embargo, Darnés cometió el error de apuntar demasiado alto.

De manera posterior a su intervención al programa, el agente de Rudy mandó una carta a los medios de comunicación de Portland para reclamar respeto en el tratamiento de un "ser humano" y, he aquí el fallo, mandarle un recado a la liga.

"En mi opinión personal, la NBA y la Unión (sindicato de jugadores) tienen que encontrar nuevas reglas que ajusten las relaciones entre una franquicia de la NBA y el resto del mundo. Algunas situaciones como las que Rudy está viviendo, o algunos casos específicos como el ‘drafteo’ de jugadoresi nternacionales ya no tienen razón de ser".

Una salida de tiesto que ha tenido su castigo: 50.000 dólares. Parece bastante obvio que la forma de gestionar esta hipotética salida no está siendo la mejor posible.

Mientras tanto, y aunque no lo parezca en medio de tanta polémica, Rudy está disputando la pretemporada y su juego vuelve a ser notable.