El título de Sexto Hombre de la temporada en la NBA está ya a estas alturas más que adjudicado. Si nada se tuerce, se lo llevará James Harden (1.96/22 años), propietario de la barba más famosa de la NBA que ofrece sus servicios en los Oklahoma City Thunder. Harden ofrece el equilibrio en el juego de los Thunder, lidera la segunda unidad convirtiéndose en la referencia ofensiva del equipo cuando Russell Westbrook o Kevin Durant descansan, además de jugar los minutos calientes en la recta final de los partidos. Es el tercer jugador que más minutos disputa por encuentro de todo el equipo (31.8), pero en 39 de los 41 partidos de regular season completados ha salido a la cancha con el partido ya iniciado. Ocupa normalmente su puesto en el quinteto inicial Thabo Sefolosha, que realiza el trabajo sucio en el perímetro para facilitar el lucimiento de Westbrook & Durant. Incluso ante la baja del jugador suizo se ha optado por mantener a Harden en el banquillo y jugar de salida con Daequan Cook.

Harden fue elegido en la posición número 3 del Draft de 2009 tras completar dos excelentes años en Arizona State.En sus tres años en la liga, sus números no han hecho más que mejorar exponencialmente año tras año. Siempre saliendo desde el banquillo (solo ha jugado de titular en 7 de los 199 partidos de temporada regular que lleva hasta el momento en la liga), de los 9.9 puntos, 3.2 rebotes y 1.8 asistencias de su año rookie, pasó a los 12.2 puntos, 3.1 rebotes y 2.1 asistencias en la campaña anterior. En la presente firma, por el momento, unos magníficos 17.1 puntos, 4.1 rebotes y 3.6 asistencias por encuentro. No ser de la partido al inicio de los encuentros no le ha impedido endosarle 33 puntos a los Bobcats (10 de marzo de 2012) o 30 tantos a los Suns (7 de marzo).

Harden anota 33 puntos ante los Bobcats:

Escolta de grandes recursos ofensivos, buen defensor y que aporta polivalencia en la posición de 2, sus números son los de un falso suplente y están a la altura de los mejores sextos hombres de perímetro de la historia moderna de la NBA. Jugadores que en su momento llegaron a superar la veintena de puntos anotados por encuentro saliendo desde el banquillo. Hablamos de figuras excepcionales como las de Ricky Pierce y Eddie Johnson.

A RICKY PIERCE (1.93/1959), que debutó en la NBA en la campaña 1982-83 en los Pistons, lo conocimos en aquellos maravillosos Milwaukee Bucks de mediados de los `80. La presencia en aquella época de los Celtics de Bird y los 76ers de Malone y Erving en el Este impidió a este grupo de talento sin límites llegar a lo más alto en la NBA. Ver moverse en cancha a estos Bucks era toda una experiencia sublime. El talento y liderazgo de Sidney Moncrief (y posteriormente Alvin Robertson), la polivalencia del swingman Paul Pressey, la puntería del francotirador Graig Hodges, la clase de interiores como Terry Cummings y Jack Sikma, la juventud de Jerry Reynolds… una pleyade de jugadores de baloncesto con mayúsculas que desplegaban un basket total en la cancha. Y entre ellos se encontraba Ricky Pierce. Un escolta sobrio, que no llamaba excesivamente la atención, pero que se convertía en un auténtico asesino silencioso, capaz de irse por encima de los 20 pasando casi desapercibido. Saliendo prácticamente en el 90% de las ocasiones desde el banquillo, era el arma ofensiva de la segunda unidad de los Bucks. Su explosión como sexto hombre se produjo en la campaña 1989-90, campaña en la que fue capaz de firmar 23 puntos (con un magnífico 51% en tiros de campo), 2.8 rebotes y 2.3 asistencias en 29 minutos de juego por partido sin ser titular en ninguno de los 59 partidos completados en aquel curso. Sobra decir que fue nombrado Mejor Sexto Mejor de aquella campaña, honor que ya conoció anteriormente, ya que también obtuvo ese premio en la temporada 1986-87, en la que se fue hasta los 19.5 puntos, 3.4 rebotes y 1.9 asistencias por encuentro. Ricky Pierce conseguiría otros hitos como ser seleccionado para el All-Star Game en 1991 sin ser ni siquiera titular en su equipo (aunque realmente fuera un falso suplente), otro logro que pasará a la historia. Tras los Bucks, completaría una serie de buenas campañas en los Seattle Supersonics, para pasar posteriormente por Warriors, Pacers, Nuggets… hasta colgar las botas volviendo a sus orígenes, en los Bucks, al final de la temporada 1997-98 y ya con 39 años.

Ricky Pierce endosándole 38 puntos a los Bulls de Jordan y cía en 1990:

EDDIE JOHNSON (2.01/1959) es otro anotador legendario. Dotado de una fantástica muñeca, sus carrera encuentra bastantes paralelismos con la de Pierce. Ambos coincidieron en la liga durante muchos años (Pierce: 1982-1998, Eddie Johnson: 1982-1999), eran especialistas anotadores saliendo desde el banquillo, poco espectaculares en su juego y sus carreras fueron muy longevas (ambos colgaron las botas con 39 años). En cuanto a su juego, Johnson tenía un mayor rango de tiro, era un auténtico especialista en el tiro de tres puntos, además de tener la capacidad de sacar provecho de sus más de dos metros ante defensores más pequeños. Durante su larga carrera pasó por un sinfin de equipos (incluso probó en el Olympiacos griego, equipo con el que cayó en 1995 en la final de la Euroliga ante el Real Madrid en Zaragoza), pero fue en los Phoenix Suns de finales de los ’80 donde destacó sobremanera como sexto hombre. Aquellos Suns de Cotton Fitzsimmons era un equipo muy competitivo, uno de los principales outsiders en el Oeste, que solamente lograrían alcanzar las finales con la llegada de Barkley en los inicios de los `90. En la franquicia de Arizona destacaban jugadores como el eléctrico base Kevin Johnson, el aguerrido Dan Majerle o el majestuoso Tom Chambers, pero tan importante como ellos era Eddie Johnson, capital saliendo desde el banquillo. Fue en la temporada 1988-89 cuando la labor de Johnson llegó a su sublimación, firmando nada menos que 21.5 puntos, 4.4 rebotes y 2.3 asistencias en 29 minutos de juego en 70 encuentros, de los cuales en tan solo 7 fue titular. Fue merecedor, lógicamente, del premio al Mejor Sexto Hombre de la liga. Tras dejar los Suns coincidiría precisamente con Ricky Pierce en los Seattle Supersonics (1990-93), franquicia en la que ya Pierce obtendría el rol de escolta titular, mientras que Eddie Johnson seguiría saliendo desde el banquillo con un rendimiento sobresaliente comandando la segunda unidad del equipo (como muestra: 17.4 puntos, 3.4 rebotes y 1.4 asistencias en la temporada 1990-1991; 17.1 puntos, 3.6 rebotes y 2 asistencias por encuentro en la 1991-92)

Elegante como pocos, Eddie Jonhson yéndose hasta los 39 puntos en playoffs con la camiseta de los Sonics: