Son tiempos difíciles en todos los aspectos. La crisis económica ha afectado a todos los sectores en los últimos años y el baloncesto, como todo el deporte en general, tampoco ha escapado de sus efectos. El mapa del baloncesto en España se ha reestructurado y poco se parece el panorama actual con el que había hace apenas un lustro.

Las Competiciones FEB alcanzaban su cénit allá por las temporadas 2007-08 y 2008-09, cuando se crearon tres categorías profesionales, aquellas LEB Oro, LEB Plata y LEB Bronce. 54 equipos inscritos en su primera edición y 50 en la 2008-09. Eran los últimos coletazos de cierta bonanza económica en este país y parecía que tener un equipo de baloncesto era algo asumible por muchas ciudades y pueblos en España.

En el último lustro hemos asistido a una disminución constante de equipos en las categorías profesionales de la FEB, hasta el punto que en la actual temporada 2013-14 compiten 27 equipos, divididos entre Adecco Oro (14) y Adecco Plata (13), lo que supone exactamente la mitad de los que competían hace cinco años.

La temporada 2007-08 podemos ver que todas las comunidades autónomas cuentan con algún equipo en categoría FEB. Si incluyéramos los equipos que participaban aquella temporada en la ACB tendríamos que únicamente nueve provincias españolas no tendrían equipo profesional de baloncesto (Zamora, Salamanca, Segovia, Soria, Teruel, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Albacete y Jaén). Para la temporada 2013-14 son 22 las provincias que no cuentan con equipo profesional de baloncesto.

De los 18 clubes que conformaron aquella primera edición de la LEB Bronce únicamente Óbila CB y Basket Navarra continúan compitiendo en categoría profesional. En la LEB Plata sucedió algo similar, solo siete clubes de aquella competición siguen hoy en día compitiendo en categorías FEB. De los 18 equipos de la LEB Oro 2007-08, solo seis siguen como clubes profesionales, (CAI Zaragoza, CB Canarias, Gipuzkoa Basket, Breogán, Melilla y Burgos). En total, tenemos que de aquellos 54 clubes solo sobreviven 15 con equipos profesionales.

Otro dato destacable es que de aquellos 54 equipos, solo 4 han sido capaces de llegar a la ACB después de 2007 (CAI, CB Canarias, Gipuzkoa Basket y Lucentum), lo que demuestra que aquel sistema y su posterior evolución no ha servido para permitir el crecimiento de los clubes ni para ampliar el abanico de ciudades que puedan soñar con tener Liga ACB en sus canchas.

En la siguiente tabla se puede ver el listado de ciudades que contaban con equipo en categoría FEB (Oro, Plata o Bronce) en 2007-08 y la situación actual. Es llamativo ver como en 2007 se podía ver a municipios con muy pocos habitantes en el listado: Tíjola (3500), Alaior (9900), Archena (18000) o Illescas (25000).

distribución de clubes en categorías feb (2007-2013)
comunidad autónoma ciudades con equipo en competiciones feb 2007-08 total ciudades con equipo en competiciones feb 2013-14 total
ANDALUCÍA Huelva, Los Barrios, Almería, Vélez-Málaga, CB Qalat, Córdoba (2), Jerez de la Frontera y Tíjola 9 Málaga 1  
CATALUÑA Lleida, Vic, Hospitalet de Llobregat, El Prat de Llobregat, Sabadell, Esplugues de Llobregat y Tarragona (2) 9 Lleida, Andorra*, Barcelona, El Prat de Llobregat 4
EXTREMADURA Cáceres, Plasencia, Badajoz y Mérida 4 Cáceres 1
COM. VALENCIANA Alicante, Gandía, Santa Pola y Torrevieja 4 Castellón de la Plana 1
BALEARES Inca, Palma de Mallorca, Muro y Alaior 4 Palma de Mallorca 1
CANARIAS La Laguna, Santa Cruz de Tenerife y La Palma 3   0
MURCIA Molina de Segura y Archena 2   0
CASTILLA-LA MANCHA Illescas y Guadalajara 2 Guadalajara 1
ARAGÓN Huesca y Zaragoza 2 Huesca 1
CANTABRIA Santander 1   0
CASTILLA Y LEÓN Burgos, Palencia y Ávila 3 Burgos, Palencia y Ávila 3
MELILLA Melilla 1 Melilla 1
MADRID Madrid 1 Fuenlabrada 1
GALICIA Santiago de Compostela, Lugo, Ourense, Vigo y A Coruña 5 Lugo, Ourense, Coruña, Cambados y Marín 5
ASTURIAS Gijón 1 Oviedo 1
NAVARRA Pamplona 1 Pamplona 1
LA RIOJA Logroño 1 Logroño 1
PAIS VASCO San Sebastián 1 Vitoria, Amorebieta, Azpeitia y San Sebastián 4

*Andorra compite bajo la federación catalana

Analizando desde un punto de vista regional se ven situaciones llamativas. En Andalucía se ha pasado de tener 9 equipos profesionales a tener únicamente al Instituto Fertilidad Clínicas Rincón, que además es un club vinculado a Unicaja.

Cataluña también ha pasado de tener a 9 equipos en categorías FEB a contar con cuatro. Otras reducciones llamativas han sido las sufridas por Comunidad Valenciana, Extremadura y Baleares, que pasan de tener cuatro equipos en categorías FEB a contar solo con un club a día de hoy.

En el lado opuesto tenemos al País Vasco, que pasa de contar solo con un equipo en categorías FEB en la 2007-08 a contar con cuatro clubes en la Adecco Plata 2013-14. Galicia y Castilla y León son otras dos regiones que mantienen estable su número de clubes en competiciones FEB, con cinco y tres representantes, respectivamente.

Causas: Crisis económica, falta de apoyos, falta de ilusiones deportivas

Si buscamos explicaciones a la reordenación de este mapa del baloncesto nos vemos obligados a mirar a la tan traída crisis económica. Muchos clubes de baloncesto habían vivido bajo el paraguas de fuertes apoyos institucionales (municipales, autonómicos, provinciales…) y/o gracias al fuerte apoyo de empresas vinculadas al mundo de la construcción, inmobiliarios o de la amplísima red de bancos y cajas de ahorros que existían antes de la reordenación bancaria.

Muchos clubes también vivieron seguramente por encima de sus posibilidades, o quizás no supieron administrar y prever la evolución de sus balances y acabaron acumulando deudas. Durante la última década se han multiplicado los clubes que han tenido que recurrir a concurso de acreedores para seguir con vida o que directamente se han tenido que disolver.

En este periodo hemos visto como equipos y ciudades con cierta tradición de baloncesto han perdido su representación en el basket profesional. Hablamos de ciudades como Girona, León, Gijón, Alicante, Granada, Santander o Santa Cruz de Tenerife, que entre todas ellas suman la población de un millón y medio de habitantes.

Esas mismas dificultades económicas han acabado derivando en que los clubes no puedan hacer efectivos sus triunfos deportivos. Comenzando por una liga ACB virtualmente cerrada y con unas exigencias leoninas para la situación actual de los clubes, y siguiendo por unas categorías FEB que se han ido vaciando de equipos, incapaces de hacer frente a los gastos de competición (cuotas federativas, fichas, viajes,…) y que se completan en función de la disponibilidad económica para hacer frente a los gastos en lugar de hacerlo en orden a los méritos deportivos obtenidos.

La pérdida de alicientes deportivos, sumada a las dificultades económicas han hecho que las categorías FEB pierdan interés y repercusión año tras año, lo que se refleja en las pobres afluencias de aficionados a los pabellones y el descenso del nivel de la competición.

Todos son eslabones que llevan unos a otros, como la pescadilla que se muerde la cola. Sin alicientes deportivos no se puede atraer a aficionados. Sin aficionados en las gradas no se puede atraer el apoyo de empresas o instituciones. Sin el apoyo económico necesario no se puede optar a objetivos deportivos… Un bucle en el que se ha entrado y del que todavía no se ha encontrado la forma de salir.

¿Hacía dónde se encamina el basket nacional?

Es una pregunta de difícil respuesta. La Liga Endesa hace dos temporadas que no tiene descensos. La pasada temporada vimos como Burgos y Lucentum no hicieron efectivo su ascenso a la máxima categoría. Las categorías FEB se han quedado reducidas a la mínima expresión.

La solución pasa por cambiar el modelo. Es necesario permeabilizar las categorías y que llegar a ACB no sea un imposible para la mayoría de clubes. ¿Qué pasaría si en ACB hubiera una cancha con 3000 butacas de capacidad? A lo mejor es preferible una cancha a rebosar con 3000 aficionados que un gran pabellón semivacío.

La propia Liga Endesa tiene también ante sí retos de cambio. La Euroliga cada vez presiona más y la reestructuración de la competición es algo que está en el horizonte.

Desde diferentes ámbitos se escuchan propuestas de reestructuración. No es fácil. Todas tendrán sus ventajas y sus inconvenientes. Lo que sí que parece claro es que no se puede seguir en la deriva actual, porque de lo contrario el mapa se va a seguir vaciando cada vez más.

Las categorías FEB necesitan también una profunda reordenación. Dos competiciones de catorce equipos se quedan descafeinadas. ¿Por qué no refundir ambas categorías (Oro y Plata) y rediseñar una EBA más potente y más cerca de la élite? Sería una manera de acercar la élite a más ciudades. Hablamos de una EBA desde la que pueden resurgir proyectos de ciudades con gran número de habitantes y con tradición de basket y también para ciudades que, a día de hoy, ven utópico el baloncesto de élite.

En definitiva, hay que buscar un sistema que pueda devolver el interés a las competiciones. Un modelo en el que los objetivos deportivos cobren sentido y en el que las aficiones puedan sentir de nuevo que sus equipos optan a crecer.

Mirando al fútbol

Una vez elaborado este artículo y visionada la evolución del mapa del baloncesto, al que escribe estas líneas se le ocurrió ver qué ha sucedido en este mismo periodo de tiempo en el deporte rey, el fútbol. En la siguiente imagen aparece el resultado:

En el mapa del baloncesto se han añadido los equipos ACB, pero aún así se observa que la variación en el mapa del baloncesto es mucho más significativa que en el del fútbol. En Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana se observa que mientras que el número de equipos de fútbol se mantiene estable, el baloncesto profesional ha desaparecido casi por completo.

No se trata de entrar en profundidad en una comparación imposible entre fútbol y baloncesto. Simplemente resaltar el hecho de que en el fútbol todavía no se ha dado un caso de que un equipo que ascienda a Primera División en el campo luego no lo haya hecho efectivo, se llame Zaragoza, Español, Numancia, Soria o Villarreal. En el sentir general de las aficiones de los equipos de Segunda División (e incluso de Segunda B) no se plantea que si su equipo se gana el derecho a jugar en la máxima categoría vaya a tener que renunciar y eso sirve para mantener viva la ilusión en las aficiones. 

Con los mapas y los datos expuestos ahora toca que cada uno extraiga sus propias conclusiones y que se puedan plantear soluciones y buscar modelos que mejoren la situación del baloncesto español.