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FMP ZELEZNIK

La sola presencia de un jugador puede condicionar las enteras posibilidades de todo un equipo. No son muchos los que disponen de esa capacidad, pero Dejan Musli (2.12) es uno de ellos. Lo demostró en el último Europeo U16, coronándose como campeón, MVP, máximo taponador (más de cinco por partido), segundo reboteador y quinto anotador. Musli probablemente sea, por calidad, impacto actual en el juego y potencial, el mejor jugador europeo de la generación del 1991.

Sólo con su presencia, el Zeleznik ya opta a revalidar el título con que se hiciera el año pasado (bajo la batuta de Milan Macvan). El poderío interior que confiere su magna figura es incontestable y veremos si algún rival es capaz de frenarlo ofensivamente y de no verse reprimido por su defensa.

Además, no está precisamente solo en la pintura. Bojan Subotic y Branislav Djekic, ambos internacionales serbios, ya saben lo que es ser campeón en Hospitalet. Con mayor movilidad y juego de 4, pueden plasmar una gran complementariedad con Musli de cuyo magnetismo deberían aprovecharse. Pero la batería interior no acaba ahí. Hay un cuarto internacional, Bogdan Jovanovic, aunque en esta ocasión con escaso protagonismo en la consecución de la medalla de oro del 2007. Los 2.14 oficiales de Dusan Ognjenovic añaden más, si cabe, a la fortaleza serbia bajo los aros.

Donde las dudas son fundadas es en su juego exterior. Sin ningún jugador que haya demostrado nada especial hasta el momento, el equipo puede pagar el desequilibrio entre líneas. Sólo Nikola Vukasovic y Aleksandar Ponjavic fueron internacionales (el pasado verano). Vukasovic era el base titular del equipo y, aunque su aportación anotadora fue más bien escasa, sus 3.6 asistencias por partido (cuarto del campeonato) harán que se espere algo de él.

La primera fase puede ser fácil para los serbios, con CB L’Hospitalet y Cajasol como rivales batibles. La llave para algo más la guarda Dejan Musli.



PAU ORTHEZ

Al tiempo que los aficionados demandan encarecidamente la presencia del INSEP francés, las organizaciones de los torneos españoles se empeñan en traer equipos de dudosa calidad, como este Pau Orthez. Son pocos los grandes prospects que se escapan de las amplias redes del Institut Nacional du Sport et de l’Éducation Physique. El futuro NBA Nicolas Batum fue uno de los que escogió un camino lejano al del centro de alto rendimiento, mas no parece que este Pau Orthez vaya a regalarnos nada semejante.

El roster presenta cuatro jugadores por encima de los dos metros, por lo que la asociación al físico baloncesto francés parece comprensiblemente lícita, cuanto menos de inicio.

Dos de los jugadores que lo conforman disponen de experiencia internacional, en el Europeo U16 de 2006, con una Francia que acabó quinta en la clasificación bajo el liderazgo de Christophe Leonard y Alexis Tanghe. Pierre Bonnelalbay (ala-pívot) y Jonathan Leria (alero) superaban la decena de minutos en aquel equipo, aunque su importancia e influencia numérica era media. En el desconocimiento general sobre el equipo francés, los dos nombres apuntados deberían ser los puntos a seguir.

Recientemente, otra expedición del Pau Orthez aterrizó en tierras catalanas. Lo hizo para la disputa del Torneo ‘Ciutat de Terrassa’ cadete, en mayo del 2007. Su participación fue decepcionante a todas luces pero, gracias a ella, tal vez los aficionados catalanes recuerden a tres de los integrantes de este equipo junior: Brice Rominger, Remy Duzan y Amadou Diop. Fueron los más destacados de aquel conjunto mediocre, de entre los cuales el único que sorprendió positivamente un joven Diop, todavía cadete este año y con números de formar parte de la selección francesa en el próximo Europeo. Aportando en todas las facetas del juego, destacó en el juego al contraataque (creado a partir de sus innumerables robos de balón), despidiendo un aire de amplio margen de mejora, por los derroches físicos de su inmadurez baloncestística. De todos modos, su edad no le presume excesivas oportunidades en Hospitalet.

El recuerdo tanto de Rominger como de Duzan (segundo y tercer máximo anotador de aquel equipo, respectivamente) queda inmerso en la mediocridad que definía a aquel conjunto.



CSKA MOSCÚ

Las gloriosas generaciones rusas del 86 y el 87 que deslumbraron durante dos ediciones consecutivas, las de 2004 y 2005, parecen cada vez más lejanas. Pero es que en esta edición ni siquiera encontramos un Alexey Shved que despierte especial interés a priori.

Las huestes rusas se presentan con una plantilla gris, sin ningún jugador especialmente remarcable de inicio. La competición puede sorprender, mas si bien superar la última posición del año pasado es factible, no hay que desbocar el optimismo.

El equipo presentado la pasada edición se desmarcaba por su especial juventud. Así pues, repiten varios de aquellos jugadores: Denis Polokhin, Ivan Strebkov, Sergey Palkin, Dmitry Smirnov, Pavel Ivanov y Fedor Sorokin, pero el conjunto sigue siendo muy joven, con mayoría de jugadores de primer año.

Denis Polokhin es el único internacional de la generación del 90 presente en este equipo. Suplente en aquella Rusia que cayera en la final ante España en Jaén, un base de su estatura despierta en sí mismo cierto interés, aunque sus números en la presente temporada (4.6 puntos de media en la High League A y 11 en la Junior) no dejan entrever una gran mejora con respecto a la edición de 2007.

El otro internacional es otro base, en este caso nacido en el 1991. Ivan Strebkov, aunque de origen kazajo, formó parte de la decepcionante selección rusa que acabó decimocuarta en el último Europeo U16.

A juzgar por los números del equipo del CSKA en la High League A, los grandes anotadores moscovitas en Hospitalet deberían ser el ala-pívot Alexander Morozov y el escolta Sergey Palkin. Sólo este último disputó el torneo la pasada temporada, acabando con valoración negativa.

CIBONA ZAGREB

Una de las grandes atracciones del torneo. El reparto de grupos de la primera fase ha querido borrarnos a DKV Joventut o Cibona de la fase final, lo cual nos robará a uno de los dos para los momentos culminantes, pero nos regala un choque de grandísimo interés para la primera jornada.

Este equipo junior de la Cibona se asemeja mucho al que ya presentara el año pasado. Las bajas sensibles del internacional Filip Kruslin y el base Filip Toric cabría compensarlas con la evolución de cuatro internacionales que ya pisaron el Hospitalet Nord la pasada edición: Tomislav Zubcic, Leon Radosevic, Dino Hodzic y Sven Smajlagic.

Para empezar, el equipo tiene altura y poderío interior. Tres jugadores por encima de los 2.08 y un pívot, Radosevic, en 2.03 pero de constitución rocosa. Titular en la selección croata cadete en el Europeo U16 de 2006, Leon Radosevic es un seguro de anotación bajo tableros y sus números a nivel de rebotes pueden alcanzar cotas realmente altas. Como contrapunto a su juego de pintura tenemos la multidimensionalidad del ilusionante ala-pívot Tomislav Zubcic. Con gran capacidad para jugar de cara y desbordar con esa altura, debería corregir la inconsistencia en su juego, que le marcó en la anterior edición (y al global de su equipo, que acabó cuarto a pesar de las lesiones de Kruslin y Toric durante el transcurso del torneo), especialmente por su propensión a faltas estúpidas que le deparaban mayor banquillo del deseable.

El jugador de primer año Dragan Sekelja (2.08), también internacional cadete, asegura mantener la elevada media de altura con los relevos, así como anotación interior y rebotes. Junto a él en la selección cadete estaba Toni Brnas, forward que dispuso de escasos minutos. Completa el juego interior el techo Hrvoje Vucic, en 2.10 según alturas oficiales.

Los puntos en el exterior correrán a cargo de los dos bases del equipo, con perfil mercadamente anotador y estilo por momentos alocado. El internacional croata cadete y junior Sven Smajlagic y el también internacional cadete y junior, aunque por la selección bosnia, Dino Hodzic, deberían dirigir a un equipo con múltiples opciones ofensivas sin hipotecar su vital anotación, a juzgar por la falta de efectivos en las posiciones de 2-3 que presenta el roster.

Pero detengámonos. Que estamos hablando de baloncesto croata y el apellido Petrovic son palabras mayores. Y más si se trata del sobrino de la eterna leyenda dálmata, Drazen. El propio padre de Marko Petrovic, Alexander (ex entrenador de Plus Pujol Lleida y Caja San Fernando, entre otros), reconoce el parecido con su tío: “Tiene mucho de Drazen en lo físico, en la forma de jugar, en el bote…”, “Marko ha salido a su tío más que a su padre”. Petrovic acaparará flashes al mínimo remember de Mozart que desprenda.

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