La vida es larga, pero pasa enseguida. Podría ser uno de los lemas más valorados por Azu Muguruza. De niña; jugaba, corría y practicaba baloncesto. Luego compaginó estudios con deporte. Más adelante; familia y baloncesto. Como un buen Druida podría ser sacerdote, profesor y juez de su aldea en los antiguos pueblos celtas; Azu en la cancha es entrenadora, sicóloga y consejera de todas las jugadoras del IDK; en casa es Aran, madre y por tanto, desarrolla todos los múltiples oficios que conlleva esa maravillosa profesión.
Aquí tenéis su historia. Una gran historia repleta de pequeñas historias.
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Cuando el baloncesto llama a tu puerta
El primer día de octubre de 1968 llega a unas de las esquinas más bellas del mundo como es Donosti, Aranzazu Muguruza Domínguez.
Su niñez transcurre como la de la mayoría de niños y niñas de aquella época, cuando una televisión, todavía en blanco y negro, empezaba a entrar en las casas, las cuadrillas jugaban en unos barrios llenos de vida al escondite, al bote-bote o a la cadeneta. Veíamos a Marco o Heidi y leíamos Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón. “Era buena estudiante. Sacaba los estudios sin muchos problemas. Me apuntaba a todo tipo de torneos del deporte que fuera y sobre todo a las carreras, aunque coincidiera con el día de partido. A nivel federativo sólo jugaba a baloncesto”.
Junto a su hermana Carmen iba al Colegio Mary Ward donde además de ser una buena estudiante, jugaba y entrenaba al baloncesto. Jugando se divertía, siempre intentaba hacerlo con el 9 a las espaldas, su número favorito. En esa etapa inicial llegaron a ser terceras en el campeonato de España. Ya por entonces, como a lo largo de su vida, compaginaba varias facetas. Estudiaba, jugaba al baloncesto y jugaba a ser entrenadora de las niñas que empezaban a asomarse al maravilloso mundo de la canasta. “Empecé en el colegio que había mucha dedicación al baloncesto. Los sábados ejercíamos de entrenadoras con las niñas pequeñas, entrenando en todos los torneos que podíamos y en los cuales nos lo pasábamos en grande”.
Aquella primera etapa llena de deporte, juegos y viceversa fue el inicio de su historia de amor con el deporte y con el baloncesto en particular.
Compaginar estudios y deporte es posible
Como un buen Druida empieza a conocer la naturaleza y sus secretos para luego aplicar esos conocimientos a la gente de su aldea; la joven Azu inició sus estudios para más adelante poderlos aplicar al mundo del baloncesto en Gipuzkoa; aunque como es lógico y notorio, ella en ese momento lo desconocía por completo.
Aranzazu estudió Educación Física y Deportiva en Vitoria. Los fines de semana regresaba a su querida Donosti y ayudaba en todo lo que podía. “Siempre me ponía a la disposición del club, en especial de Eva, que es mi compañera de faenas en el equipo y con la que he compartido de todo. En cada etapa de mi vida he compaginado varias facetas a la vez. Cuando comencé la Universidad no dejé el deporte por los estudios. Creo que hay que fomentar que la gente no abandone los estudios por el deporte aunque a veces sea muy sacrificado y haya que renunciar a otras cosas que te apetezcan. Aunque a veces te cueste más o los estudios se saquen más despacio, pero siempre acabar un curso y seguir con el deportes una cuestión de satisfacción personal. Creo que a veces no se compaginan ambas cosas por comodidad”.
Azu Muguruza siguió jugando a baloncesto hasta que terminó su etapa universitaria y también jugaba a ser entrenadora de niñas. Al terminar sus estudios quiso optar y eligió el otro lado de la cancha.
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Cuelga las zapatillas y se sienta en el banquillo
Ya de regreso a Donosti comenzó a trabajar, pero no por ello abandonó el baloncesto. Recibió la llamada del Juven Saki Baloia en el que estuvo 5 años como entrenadora de la cantera en varios equipos y a la vez era la preparadora física de todas las categorías. De ahí pasó al Gros Loiola, actualmente el Bera-Bera, con el que años después sigue manteniendo una formidable relación y al que sigue en especial a su sección de balonmano y como testigo escrito tenemos sus múltiples mensajes que envía a través de la Red Social Twitter.
En una vida con tantas aristas como la de Azu Muguruza, es difícil decantarse por una dedicación favorita. Pero, sin duda, una de ellas ha sido la dedicación al baloncesto femenino de cantera. “A una niña que en el futuro lejano tuviera el sueño de ser jugadora de baloncesto, lo primero que le diría es que disfrute al máximo de todo lo que le va a aportar un deporte de equipo, que aprenda a respetar a todo lo que le rodea y que trabaje al máximo para ser la mejor en eso que sólo ella puede ser”.
Los Druidas ya eran descritos por cronistas griegos y romanos. Estos jueces, maestros, curanderos y adivinos tenían sus altares en el interior de grutas y bosques, y el roble era su árbol sagrado. Entre los poderes que se les atribuía estaba el de predecir el tiempo y el futuro, volverse invisibles e incluso hay escritos donde narran su transformación en forma animal.
Nuestra protagonista no predice el futuro, ni el tiempo y no se esconde de nada ni de nadie. Todo lo contrario. Tanto en victorias como en derrotas siempre da la cara. Su trabajo se desenvuelve en el interior de la cancha y para ella es sagrado la entrega, el sacrificio y la honestidad. Eso para empezar. El resto viene después.
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Una llamada que ha marcado sus últimos 25 años en los banquillos
Suena el teléfono en casa de Aran, una mañana de verano de 1993.
- ¿Quién es?
- Te llamo de la UPV. Necesitamos entrenadora para el equipo femenino de la Liga Nacional Universitaria. Hemos pensado en ti.
- ¡Gracias! Yo encantada. Lo que pasa es que estoy comprometida con otro equipo para esta temporada.
- Por nuestra parte no habría problema.
Aquella temporada 1993/94 Azu Muguruza fue la entrenadora del Gros Loyola y de la UPV/EHU. Compaginar y baloncesto eran términos que le sonaban casi igual; pero el futuro es caprichoso y aquel año iba a ser el último en el que estas palabras estarían unidas. A partir del año siguiente sólo entrenaría al equipo universitario. “En ese momento sentí que el paso que había dado para dedicarme a entrenar, no era erróneo. Las vivencias como entrenadora y jugadora, son totalmente diferentes. Como jugadora recuerdo de manera especial el Campeonato de España Junior que ganamos donde tuvimos un gran entrenador como era Pedro Hernández, que hizo que pasara grandes momentos y que este deporte se convirtiera en algo maravilloso. De entrenadora todo se ve de manera diferente.”
La UPV jugó categoría universitaria hasta que en 2001 llegaron a un acuerdo con el Atlético San Sebastián para jugar en 1ª Nacional con el nombre de UPV Atlético. Durante las seis temporadas que estuvieron en la categoría, las de Azu Muguruza disputaron la Fase de Ascenso a la LF2, antesala del profesionalismo. “Antes hablaba de los recuerdos como entrenadora. Por su relevancia y complejidad, esa Fase de Ascenso en León es una de las que guardo mejor recuerdo. Perdimos el primer partido en el último momento. Nosotras no teníamos la presión de tener que subir. Antes del segundo partido, junté a las chicas y les dije que cualquier cosa podría ocurrir. Salimos a ganar los dos partidos y así lo hicimos. Ganamos y pudimos subir. Ese ascenso a LF2 fue el gran paso hacia adelante que dio el club”.
Pero en el baloncesto actual se trabaja mucho entre bambalinas. Muchas reuniones, decisiones que se fueron consolidando poco a poco. Patrocinio, que las Instituciones se involucraran en el proyecto y al final el proyecto de club de la UPV daba el paso y sacaba equipo en la LF2.
Así como las grandes historias se escriben a golpe de pequeñas historias, las personas siempre se rodean de gente importante y que muchas veces su trabajo en la sombra no sale a la luz, pero siempre, más tarde o temprano surgen sus renovados frutos. Esta podría ser la carta de presentación de Iulene Olabaria que lleva 16 años en el equipo y que junto a Azu es la superviviente de aquella primera plantilla en LF2 que salía a la cancha cada fin de semana. Una plantilla elaborada con gente de la casa: junto a la propia Iulene, estaban María, Oihana, Estíbaliz, Raquel, Cristina, Cándida, Maider, Leire, Maitane y las dos extranjeras; la argentina Erica Carolina y la búlgara Radmila Nikolaeva.
Seis temporadas en LF2 y a la tercera llegó la vencida
Después de dos intentos fallidos, en los años 2010 y 2012, la UPV llega a la Fase de Ascenso a LF como líder de su grupo, pero eso en una liguilla a tres partidos, sirve de poco. Las Azu ganaron a Goko Ibaizabal, Universitario de Ferrol y a Porta XI C.B. y así lograban el ascenso directo a la máxima categoría del baloncesto femenino profesional. “En Cáceres logramos ascender a Liga DIA que por entonces se denominaba Liga Femenina. La receta fue la misma, con jugadoras de casa y alguna incorporación. Al principio ni siquiera sabíamos si íbamos a poder mantenernos, pero fue la época de crisis y muchas jugadoras se fueron al extranjero y pudimos plantar cara a todos los equipos”.
Valencia Basket vs IDK Gipuzkoa (Foto: Juanjo Frías)

En Liga DIA con amplia solvencia
Esta temporada es la sexta consecutiva de Azu Muguruza llevando los mandos de esa nave llamada Ibaeta Basket y que por motivos publicitarios se denomina IDK Gipuzkoa. Todos los cursos se han mantenido con amplia solvencia. No han bajado del décimo puesto, lejos de las plazas de descenso. Por si esto fuera poco, que en absoluto lo es. Las dos últimas campañas han ido todavía más allá. Podríamos decir que las pócimas secretas de Druida utilizadas por Azu a su equipo y que sus mensajes secretos y encriptados han dado sus resultados. Pero no es así. Detrás hay mucho trabajo y esfuerzo. “Compatibilizar todo no siemore es fácil; trabajo en la ikastola, equipo, familia, hijos, … Todo es cuestión de tener una vida muy programada, ordenada y salirte poco del guión y a partir de ahí, currar y currar”.
La temporada 2016/17 se clasificaron para los Playoffs y aunque cayeron ante Uni Ferrol por 1-2, nos regalaron una maravillosa e histórica victoria en el Gasca para el recuerdo de toda la afición.
La temporada pasada lograron otro hito para el equipo, como fue jugar la Fase Final de la Copa y además con premio; jugaron una de las semifinales. También volvieron a disputar los Playoffs y volvieron a caer en los cuartos por 1-2 esta vez ante Mann Filter pero esta vez algo más amarga la eliminación, porque ganaron Zaragoza y cuando esperábamos rematar aquí la clasificación para la semifinal de la Liga DIA, llagaron dos derrotas que eliminaron a las de Azu.
IDK Gipuzkoa (Foto: Ibaeta Basket)

Un buen Druida nunca desvela sus secretos
Cuando Azu deja ese disfraz y coge el de Aran, se convierte en una mujer que para ella sus hijos son lo primero. Irse a la playa con su familia es el mejor plan posible. Una playa donde ponerse los cascos e oír a Fito y los Fitipaldis. Mejor en Donosti, su ciudad, por eso el baloncesto nunca se lo ha planteado como algo itinerante. Quería desarrollar su faceta profesional y personal aquí. Cuando tiene un hueco libre en su apretada agenda, se evade jugando al paddel, su afición favorita. Cuando llama a la amá para ir a comer a su casa, le pide paella con marisco.
Pero Azu Muguruza tiene su secreto mejor guardado. Nunca utiliza pizarra en sus tiempos muertos. Podríamos decir que prefiere la charla sicológica antes que tantas directrices encorsetas. Pero también podemos pensar que no quiere descubrir sus cartas, como procede a cualquier Druida que se precie. Ese es su mejor secreto. Secreto de Druida. Secreto de Azu Muguruza, druida del IDK Gipuzkoa.