Lo pedimos hace unos días aquí en solobasket, y Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Española de Baloncesto ha hablado en diversos medios de comunicación.
Las declaraciones más jugosas las realizó en su paso por El Larguero para analizar la situación del Covid-19 en relación a su deporte y las competiciones españolas:
"Me gustaría acabar las competiciones pero vivimos en un momento tan excepcional y tan negativamente extraordinario que decisiones que tomas en un momento lado y que te parecen exageradas, a las cuatro horas igual te has quedado hasta corto. Un día las noticias parecen horribles, al día siguiente mejoran un poco y al día siguiente vuelven a ser malas... Intentamos no cerrarnos puertas. El tiempo, la situación del país y las instituciones nos marcarán un poco si se puede o no. Intentamos apurar los plazos para que se pueda disputar, primero por nuestras competiciones y nuestro propio deporte y luego porque quizá la vuelta del deporte a la vida habitual de las personas sea un símbolo de haber ganado la batalla", señaló el máximo dirigente federativo.
La pregunta clave era clara, y así se le hizo durante el programa de radio, ¿qué pasa con las competiciones FEB? Garbajosa señaló que "no se descarta nada en ninguna de las competiciones. El mundo va a cambiar tras esto y no sabemos qué va a pasar. Las competiciones se juegan en la cancha y luego el resto... pues ojalá que pueda haber aficionados en la cancha pero al final también hay aficionados que siguen el deporte por la TV o por los medios... El deporte sin el espectador en la cancha pierde pero hay otro tipo de espectadores que también paga, lo ve y lo vive. Ahora ninguna solución es buena, la mejor es la que había. Tenemos mucha preocupación y empatía por estas competiciones. Necesitamos toda la información para tomar las decisiones pero todo lo que no se decida en una cancha corre el riesgo de ser judicializado. Nosotros ya logramos el hito de desbloquear los ascensos de la LEB Oro a la ACB y es lo que queremos, que en la cancha se decidan los ascensos. Si no se acaban las competiciones en la cancha, el equipo que no haya podido jugar hasta la última jornada podrá recurrir en su legítima defensa o el que crea que deba subir. Defendemos los derechos de los equipos, sé que las situaciones económicas no son fáciles para nadie. Intentamos que la cancha dictamine los méritos deportivos porque es lo más justo. Un desequilibrio en las competiciones que podremos arrastrar muchos años".
Una cosa esta clara, la situación no va a ser fácil para nadie tras el estado de cuarentena que estamos viviendo, para el deporte tampoco. Si nos miramos un poco en el espejo del futbol, deporte que lo mueve casi todo, la FIFA ha anunciado ya que da prioridad a las Ligas Domésticas y a la Champions respecto a las competiciones de Selecciones. Esto traducido al baloncesto, pondría en primera línea de importancia a las ligas de cada uno de los países y la Euroleague. Si se cancelan las ventanas FIBA, si todo lo relacionado con las Selecciones queda pospuesto para el próximo año, si los jugadores no tendrán que atender a la llamada de su combinado nacional, hay tiempo para estudiar fórmulas que permitan acabar deportivamente la situación que ahora está en el aire, aunque tenga que alargarse en el tiempo y meterse en fechas estivales.
Cierto es que muchos clubes han mostrado su preocupación porque los contratos, sobre todo con los jugadores foráneos, son complicados de resolver, los clubes que han aplicado ERTES tienen la situación contractual algo más “solventada”, aunque quedaría por ver cómo está la situación económica, algunos patrocinadores de clubes importantes son empresas duramente castigadas por esta situación y los clubes no tienen seguridad absoluta que puedan seguir afrontando sus compromisos de patrocinio, ni siquiera pueden asegurar la salvaguardia como institución si el apoyo financiero de sus patrocinadores, que en algunos casos se extiende por varias temporadas, seguirá siendo posible.
Es el momento de plantearse el modelo de patrocinio y el carácter económico de muchos clubes, es más, es el momento también de plantearse el modelo de competición FEB, demasiado “profesionalizado” o dependiente de ingresos de terceros, puede que lo más conveniente fuera moverse hacia un modelo de formación desde categorías como LEB Plata, dejando LEB Oro como categoría profesional que diera una primera salida a los jóvenes valores formados en Plata y EBA. Este modelo podría tener su reflejo en la Liga Femenina, donde la LF fuera profesional y la LF2 fuera formativa, sin la presión de descensos, sin la obligación de ascensos… Es algo a plantearse, aunque en este país no tengamos esa “cultura formativa” y todos queramos tener un equipo en la élite, pero si no se puede, no se puede.
Poniendo el ojo sobre el final de la temporada 2019-20 ¿Cuales podrían ser los posibles modelos a aplicar?
En un ejercicio de basket ficción contemplo dos modelos posibles:
- Un primer escenario, algo complejo y confuso, en el que se juntaran la temporada 2019-20 y la 2020-21, una temporada de 58 jornadas, en la que los equipos luchasen como han venido haciendo hasta ahora, con parón veraniego donde poder “rehacer plantillas” como si de un mercado invernal se tratase, pero pudiendo hacer un número limitado de movimientos. Esto daría oportunidad a rehacerse, no perderíamos el escenario ya jugado y daría continuidad a los clubes que luchan por el ascenso o mantener la categoría. No perderíamos nada, pero podría hacerse demasiado largo.
- Un segundo escenario, para mí más atractivo, aunque algo justo en el tiempo, sería la reanudación de la competición con jornadas intersemanales hasta finalizar las jornadas restantes, ascensos y descensos reglamentados hasta ahora y el playoff por el ascenso, que fuera en formato copa, o sea, emparejamientos a partido único concentrados en cuatro días. Esto nos daría un segundo equipo que ascendiera de categoría. Esta fórmula es a todas luces más atractiva para el espectador, aunque para los jugadores puede ser algo estresante, sobre todo por la acumulación de partidos en poco tiempo, aunque tampoco es descabellada si comparamos la cantidad de partidos que se juegan en la NBA por ejemplo.
Todo esto cuenta con el lógico handicap de poner en marcha los equipos cuando el Gobierno decida que el estado de Alerta Sanitaria ha llegado a su fin, estado que no será de un día para otro, sino que se hará de forma gradual. Sobre esto, el CSD tiene mucho que decir, y como ha expresado el presidente de la FEB, es preferible atenerse a lo que digan las autoridades, establecer varios planes de contingencia en diversos escenarios y actuar según se produzcan las circunstancias. Pero para eso, aún falta tiempo. Vaya aquí nuestra aportación con dos posibilidades de futuro. ¿Cual sería la tuya querido lector? Déjanosla en los comentarios.